Capítulo 8

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Damon Armstrong.

Semana de miseria.

Me explota la cabeza, no he dormido ni un puto día desde que se fue, tengo ataques psicóticos y ya he matado a dos guardias de la jerarquía en un ataque de ansiedad.

Me llevan la contraria y es algo que me raspa la garganta, tengo dos horas escuchando palabrerías de Franck «cosas que no me sirven», pienso. Nadie sabe sobre el maldito de capucha y ya comienzo a calentarme los huevos, me asfixia ver a tanta gente en mi casa, lo que no me explico es que hace la urraca entrando con café como si fuera la madre del año y...

—¿Tú que mierda haces aquí? —espeto.

Cómo si no fuera suficiente con el arrimado.

—Encontré algo en casa de Love —dice el baboso de Jonson. Le voy a pegar un tiro en cuanto me diga lo que sabe.

—Al fin alguien no tan inútil.

—Es mejor que sea a solas —me mira a los ojos y acepto, pero nadie se mueve.

Miro el arma y por arte de magia el bastardo y la urraca salen del despacho de Harold el cual ahora es mío, ya que, se largo a sacar la información que necesita de la jerarquía.

Jerarquía: rama de poder que maneja a la mafia y la ley por igual, mantiene el equilibrio entre las dos, si hay problemas en la jerarquía les vuelvan la cabeza, y si hay problemas en la mafia... les vuelvan la cabeza y se quedan con su dinero. Las leyes son una mierda, por lo cual el caso de Lovely se borró pero no la historia. Todos apuntan al video, y después el idiota de Tayler frenando el puto maldito acto porque Theo la lastimó. «Que ganas de que se dispare el mismo». Cosa que sólo se vió en la jerarquía, cosa que estoy viendo ahora con la jaqueca hasta la última neurona y gracias a satan que sólo tengo dos porque siento una hacha clavada.

—Muéstrame —le digo al imbécl cuando la peste se larga.

—Encontré esto en la habitación de Lovely —me muestra un pedazo de basura quemado donde dice "muñeca" y me empiezo a cuestionar si lo mato ahora o después de meterle el maldito papel en el culo.

—¿De qué me sirve? —lo arrojo al suelo.

—Seguramente tú no recuerdas porque siempre que vas a las fiestas estás cogiendo o hasta el tope de ebrio.

¿A qué juega este?

—¿Vas a ir a lo importante o te pego un puto tiro para que dejes de molestar? —me harta que no hablen rápido.

Rueda los ojos sonriente y se aplasta en la silla frente a mí como si fuera mi colega, lo cual es imposible, ya que, su legua se metió dentro de mi...

—Escuché a una que otra vez a un chico llamarla así.

—¿Nombre? —digo, tallando mis sienes que están a nada de matarme.

—No lo sé, pero recuerdo el día del karaoke.

—¿Cuál?

—¿¡La fiesta dónde sacaste a Lovely como si fuera un costal de papas!?

Vívidamente, su trasero se veía excelente ese día y hasta...

—Bueno —sacudo la cabeza para enfocarme. Quiero follar y no sé cómo hacerlo si sólo quiero estar dentro de ella—, ¿qué más?

—Hay fotografías de ese día —pone álbumes sobre el escritorio—, tiene que haberlas, la vi tomar fotos y si ese chico es el mismo de este papel, podemos averiguar cómo se ve.

𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐥𝐚 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐚 𝐜𝐨𝐫𝐭𝐞𝐳𝐚. Obsesión 1 / Delirio 2. (+21) ©                  BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora