Capítulo 24

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Lovely Walker.

Ecos de agonía.

No salí de mi habitación en toda la noche, mi teléfono sonaba como un maldito loco y no me molesté en responder, tenía un nudo en la garganta que me estaba quemando, porque era verdad, no era sólo sexo, en serio quería estar con él, pero ahora ya no sabía lo que quería.

No quise saber más porque sólo dijeron que eso complicaba el caso ya que la familia de Edward se encargaría de culpar a la mía, lo que rebajaría su condena, así que simplemente no hubo cargos porque jamás se vió su cara, aún así sabían que era él y aún así dijeron que había sido victima, que ese maldito lo había obligado, pero si era así porque diablos estuvo ayudándolo a acosarme. Sus pisadas me dolían, y gritaba fuerte que me soltara, él no me escucho, no quiso hacerlo. No hasta qué él les apunto con un arma...

En ese momento Damon era básicamente lo único que impidió que el juicio fluyera, porque cómo todo padre cubrió sus huellas, quería preguntar la razón, pero bueno quizá era un idiota. Quizá era un idiota y un abusador, mi corazón me traicionó buscando algo para perdonarlo: quizá él salvo a alguien o simplemente se dió cuenta.

Antes de ir por Damon necesitaba verlo, necesitaba hablarle, y dejar que me explicara, si fui con esos malditos podía ir a escuchar a mi novio contarme lo que sucedió. Sin embargo cuando desperté al día siguiente su auto no estaba. Y nunca he sido una chica que frene su vida por un hombre y espero jamás serlo.

Tengo dieciocho años y lo único que he hecho es tratar de vivir, y no sobrevivir. No estoy preparada para empezar con lo segundo.

Me puse el uniforme de la jerarquía ya que, mis clases eran en la central de Londres. Mi agente a cargo me llevaría. Tomé mi maleta y peiné mi cabello con una coleta después de meter mi ropa y informes. Miré mi teléfono pero ningún mensaje. Nada. Sólo llamadas perdidas de Damon, y unas de mi mamá que, no dejó de golpear mi puerta creyendo que abriría. Finalmente se cansó.

Sólo de Cedric.

Cedric: No tengo todo el día

Maldito idiota.

Me miré en el espejo de la habitación de mi madre y reparé la falda negra con medias hasta los muslos, junto con las pantimedias de abajo, la camisa del mismo color con una insignia dorada de una paloma. «La paz». La mierda mejor dicho.

Llegar hasta Londres nos llevaba como unas dos horas pero con Cedric siempre era la mitad, es un maldito loco. Y es teniente de la élite de tropa alfa en espionaje.

Entré a su auto y me miró mal.

-¿Y esa cara de mierda? -dijo.

-¿Hablas de la tuya?

Rodó los ojos y se puso en marcha. Me fue dando por el camino un repaso de todo lo que debía hacer y demostrar, esto definiría si me dan el amparo para ir al MIT, deben saber que soy un soldado preparado, lo único que se me complica es el combate cuerpo a cuerpo por obvias razones, pero soy escurridiza.

He entrenado toda mi vida, y sólo necesito demostrar que han hecho un buen trabajo.

Dos horas después nos paramos afuera de la central que está oculta del mundo por cosas de seguridad. La grava comenzaba a menear el auto lujoso. También quiero uno.

-Soy tu agente a cargo y por lo tanto si quedas en ridículo también yo, y yo no quedo en ridículo -me advirtió y bostecé-. Me importa muy poco si eres víctima o no, si estás sufriendo un enamoramiento que no puedes fecundar, o cualquier mierda adolescente, pero allí adentro eres Lovely Walker, hija de un ex general, futura criminalista, francotiradora, soldado, políglota, filóloga, y probablemente el próximo agente que entre en mi tropa. Inteligente, audaz y la mujer más poderosa del mundo. Aún no lo sabes pero lo serás.

𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐥𝐚 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐚 𝐜𝐨𝐫𝐭𝐞𝐳𝐚. Obsesión 1 / Delirio 2. (+21) ©                  BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora