Elton Makris.
Fiesta de cumpleaños.
El aire me hace falta y lo único que escucho son disparos, me duele la clavícula, y el estómago. Trato de removerme pero los ojos no me apoyan ya que, veo estrellas, comienzo a arrastrarme mientras los disparos se hacen más presentes.
Vuelvo a caer y creo que moriré, mi boca sabe a metal...
—¡Hijo de perra! —esa voz—. ¡No te atrevas a morir ahora!
Sonrío sin abrir los ojos porque sé qué es la más cabrona de los Makris.
—¡Arriba! —exige.
A ciegas dejo que arrastre. Entro a un vehículo y todo me duele.
—¿Por qué hay sangre? —balbuceo.
—Te lancé un dardo envenenado —confiesa la rara que tengo como hermana—, pero aquí está el antídoto.
Me inyecta la rodilla y me duele hasta la última neurona. Suprimo el grito y comienzo a ver estrellas.
—Tranquilo —me dice—, estarás bie...
Todo se vuelve oscuro, no siento, no oigo, estoy dormido o estoy muerto, no lo sé pero estoy consiente. A lo lejos escucho voces y un pitido de calibrador de pulso.
Mis ojos se abren y la claridad me lastima. Comienzo a recordar que fue lo que pasó y...
—¡Lovely! —es lo primero que digo cuando me levanto.
Miro a todos lados y la pelinegra de cabello corto se levanta.
—¿Cómo te sientes?
No me interesa.
—¿Adónde está? —trago saliva que sabe a sangre—. ¿Damon la salvó?
Se queda callada y niega. El nudo en mi garganta y la promesa de protegerla me abruma el corazón, mis lágrimas se hacen presentes en el alboroto.
—¿Qué sabes?
—No más que tú —se cruza de brazos—. Puse micrófonos en la casa de la chica, dejé las fotografías que tomé. Eran de un chico rubio y ella...
—¡No! —me golpeo mi frente con tanto problema—. Era el hermano.
—¿Como iba a saber? —se defiende—. Apenas y sé dos cuartos de la historia.
—Dime qué ha sucedido y cuánto llevó aquí —pido—, y, ¿adónde estoy?
—Estás en Grecia —confiesa y se me ponen los pelos de punta—. Llevas dos semanas y media en coma, el veneno fue fuerte, y los disiparos no ayudaron.
—¿Y Tayler?
—Desapareció con ella —dice—, la jerarquía no hace nada porque ella se entregó, y todos sabían que era una deuda que tarde o temprano se debía pagar.
—¿Cómo?
—La jerarquía la entregó —explica y ahora entiendo el porque me pidió hackear las cámaras de Franck.
Aunque de su amigo no, y de hecho nunca me pidió que lo hiciera. Por suerte no encontré nada que lo inculpara, así que, no importa.
Las cartas no se mueven a nuestro favor, las fotos de Franck ya fueron enviadas pero las otras no, las cuales están en mi casa y me pongo a pensar que tan inteligentes cómo para averiguarlo. Aunque confío en que aún haya algo del Tayler que yo conocí.
—¿Damon la entregó? —frunzo el ceño.
—No —explica—, tuve que hacerme pasar por enfermera, le di una droga después de sacarte y allí y volví por información —me dice con un tono irónico. Y la entiendo, los malos siempre son los buenos—. Los únicos sospechosos son la jerarquía; los soldados resultaron dañados en el fuego cruzado, y ningún enemigo. La cabeza de Walker vale más viva. Y, creí que había sido él cuando despertó eufórico, pero no, le apuntó a su madre cuando ella le negó la ayuda que requería, que si hubiera hecho caso, ella no habría salido del país.
—¿La mujer de Graham?
—La misma —se ríe y empieza a caminar por la habitación—, ella no se asombró, y cuando el papá de la chica llegó al lugar se pusieron a discutir. Lo cual ella respondió; ella hizo lo necesario para salvarlos.
—Pero ella se entregó para matarlo —le informo—, con mi ayuda lo haría. Y saldría de allí sin un rasguño. ¿Por qué Tayler la quiere?
—Porque tiene una fijación. —se encoge de hombros—. El tipo está loco por ella, creo una estrategia para atraerla a él, y ella también. Lo cual me da a entender que sus movimientos los sabía la jerarquía y en el fondo ella lo sabía.
—Sí, por Franck —explico—. Aunque Love está algo obsesionada con Tayler... dudo que haya algo más.
—¿Y quién maneja a Franck? —sonreí con entusiasmo.
Mierd...
—Regresamos de inmediato, si saben los movimientos o descubren algo llegaron a los oídos equivocados ella estará muerta en menos de dos segundos —advierto—, y sabemos quién saldrá perjudicado.
—El Jet nos espera en la azotea. —me guiña el ojo y sale con sus pantalones de cuero.
Siempre estuvimos en la jaula, y creímos como el leon que saldríamos, algo que no vi y el territorio que no abordé fue aquél que se veía insignificante a mi parecer. Creí que no le harían daño, y resulta que el único que la mantuvo viva fue el maldito loco de Tayler. La vida es irónica, pero yo lo soy más.
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𝐁𝐚𝐣𝐨 𝐥𝐚 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐚 𝐜𝐨𝐫𝐭𝐞𝐳𝐚. Obsesión 1 / Delirio 2. (+21) © BORRADOR
RandomLa vida de Lovely Walker se dividía entre karaoke y fotografías. Ahora debe decidir entre la jerarquía y el líder de la mafia que la rige. Los acontecimientos de hace cuatro años atrás la devastaron, y la condenaron a ser propiedad de su agresor, el...