¿Qué nos paso?

Capítulo 2

2 de mayo de 1996

—¡ahuch!

—¿Quién me golpeo?

—¡Bájate de encima zorra!

—¿A quién le decís así?

—¡Saca tu pierna de encima!!

—SILENCIO!

Solo se escuchaba el murmullo del agua moverse gracias a la pequeña brisa que corría y los roses de la ropa mientras se paraban y acomodaban, también algunos bufidos molestos por toda la interacción. Nadie sabía que había pasado, de un momento a otro todos habían sido ocultados por la neblina blanca y lo siguiente era estar uno sobre otros en el suelo, como si se hubieran caído desde lo alto. Un llanto se escuchó rompiendo el silencio.

—Princesa...—dijo el hombre de la cicatriz en forma de rayo— no llores...—pidió.

—No grites abuelo...—le responde la pequeña mientras se limpia las lágrimas con su puño.

La niña es automáticamente alzada y abrazada por un hombre vestido con un traje negro, extremadamente formal. Ella recostó su rostro lloroso en el hombro del hombre.

—El abuelo Harry no te estaba gritando a ti pequeña...— dice el hombre mientras le frota la espalda para calmarla.

—¡Hace que se calle Snape! —le dijo un pelirrojo furioso.

—¡Basta Weasley! Es Prince, y es mejor saber que paso y donde estamos...— contesto el héroe mágico molesto— no empecemos ahora...

—¡Nadie empieza nada Potter! —grito—Y estamos en Hogwarts donde más genio...—contesta con odio— mira allá —dice señalando el imponente edificio.

—No puede ser...

—¡Mierda!

—¡Lenguaje! —reprendió el exprofesor y una castaña con una sonrisa.

Era ya una costumbre esa interacción la castaña no permitía que se hablara de mala forma delante de sus hijos, sin importar la edad de sus pequeños.

—¿Es lo que creo padrino? —dijo un rubio de ojos azules.

—Si me temo que si...

—¿De qué carajos hablan Malfoy? — pregunto enojado el pelirrojo, no le gustaba estar fuera de conversación.

—Retrocedimos en el tiempo... Tu sobrina rompió el giratiempos de Jane...— dijo exasperado el de ojos verdes.

Estaban tan ensimismados en la discusión que nadie vio cómo se acercaba un hombre de larga barba blanca y una túnica violeta con estrellas.

—Buenas noches, ¿están perdidos?

—¡Albus! — dijo impresionado el pocionista, apretando fuertemente a la niña en sus brazos.

—¡Severus muchacho! Te ves... diferente — dijo sorprendido el hombre

El mago de túnica violeta comprendió. Su maestro de pociones, el que ahora residía en las mazmorras no tenía el cabello con ese corte, ni esa mirada calma y jamás cargaría a una niña, era amargado y taciturno a sus ojos, además de que actualmente se encontraba furioso con su persona.

—¿De qué año vienen?

—¿Cómo lo supo director? —pregunto Harry Potter sospecha.

—¿Harry? ¡Te ves bien hijo mío! — dijo, ignorando la pregunta con una sonrisa, el brillo de sus ojos se había atenuado por un instante.

Harry contuvo la risa ante las tácticas distractoras del director, había cosas que había olvidado del anciano, con el tiempo, aprendió a solo quedarse con las cosas positivas para evitar que el dolor nublara toda su vida. El anciano director analizo a los recién llegados durante un momento mientras acariciaba su barba, luego de un momento sus ojos comenzaron a brillar, muchos ahí sabían que eso no siempre auguraba buenas noticias. El director había encontrado un plan de acción para el nuevo desarrollo.

—¡Vengan! Se quedarán en el castillo... Podrán presentarse con sus yo más jóvenes — comento conjurando unas capas para cubrirlos y comenzando a caminar con una sonrisa— podrán contarnos como salió todo—agrego.

—¿Eso no es peligroso director? —hablo una castaña algo perturbada por las acciones del hombre.

—Creo que sería lo mejor... traerán esperanza y buenas noticias a sus yo de esta época, seguro tienen mucho que contarnos...

—A nosotros ni siquiera nos preguntó...— interrumpió uno de los pelirrojos.

—Creo que es lo mejor para todos— respondió el hombre descartando sus palabras —pero si no quieren participar no serán obligados...— agrego con una sonrisa mientras abría la sala de menesteres.

Todos allí lograron vislumbrar una gran antesala con dos puertas que guiaban a lo que parecían ser dos salas comunes de Hogwarts y habitaciones.

—Lo haremos —dijo Harry después de hablar un momento con su familia.

—Nosotros igual.

—Excelente...—sonrió el hombre— Entonces. ¿A quien debo llamar? —observo rápidamente a todos los recién llegados — imagino que hay personas que no están actualmente en Hogwarts.

—Muy bien director— dijo un rubio — serían, los Malfoy, los Nott, los Greengrass, los Zabini, los Parkinson, Lady Lombottong, Black, Lupin, los gemelos Weasley y a los Krum —miro a todos a su alrededor y luego agrego— nadie más.

—Mis padres, los Driggori, los Chang, Andromeda y Tonks — dijo el pelirrojo son una sonrisa llena de odio —Mis hermanos mayores también— miro alrededor un momento y agrego— los Thomas los Brown y las hermanas Delacour— dijo mientras cruzaba sus brazos.

—Muy bien ¿qué tal si empezamos mañana con la presentación? — sonrió el hombre mayor.

—¿Cómo quieres hacer esto? ¿Quién empieza? —pregunto uno de los hombres que estaba junto al héroe mágico.

—¿Por qué no van de mayor a menor los más jóvenes y luego los adultos? — sugirió el director pensando en evitar una pelea, se notaba a leguas que no se llevaban bien entre ellos.

Todos asintieron conformes con la sugerencia y el hombre se despidió de todos listo para marcharse y analizar correctamente todo lo que había aprendido, evidentemente las cosas no se habían desarrollado como él las había planeado y necesitaba averiguar que había salido mal.

Sin dirigirse la palabra en absoluto, manteniendo el casi silencio que el director había dejado, cada grupo de familias se fue por su puerta para esperar el día siguiente, algunos sabían que estaban decepcionados con sus vidas que nada de lo que habían planeado a sus dieciséis años resulto, otros tenían miedo, de las reacciones de sus padres y familias al encontrarse con su futuro.

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