Capítulo 37

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Receso 6 de mayo de 1996

—¿Que les parece un almuerzo y unas horas de receso? — propuso el director, pero al recibir las protestas de sus estudiantes entre cerró los ojos sonriente y procedió a ignorarlos para juntar sus manos haciendo aparecer la comida sobre las mesas. —¡A comer! — dictó.

Y los estudiantes así lo hicieron, aunque todo deseaban poder seguir escuchando las presentaciones, nadie podía hacer mucho más que degustar su comida y esperar pacientemente ha que volvieran a reanudarse las presentaciones, en la mesa de Slytherin, varios estaban riendo en familia, los Malfoy se encontraban encantados con sus nietos, todos y cada uno de ellos, su familia había caído en la maldición de un solo heredero, hacia ya varios cientos de años, producto de uno de los Lord que rompió un contrato, por eso, la idea de tener muchos nietos a los patriarcas les hacía muy feliz, era obvio que el secreto estaba en que el heredero se casara por amor y con una nacida de muggles, algo que en el linaje Malfoy pocas veces había pasado.

Algo similar pasaba con los Parkinson y los Greegranss que estaban decididos a disfrutar de su familia y de todo lo que el futuro parecía traerles, ya que era evidente que los matrimonios de las tres niñas se habían forjado con amor y no por conveniencia, ambas familias se sentían orgullosas de sus hijas de sus logros puesto que todas hasta donde sabían habían logrado sus sueños, incluso más.

Harry alzo los ojos y se encontró con unos ónix que lo miraban de forma penetrante, Severus estaba preocupado y no le quitaba la vista de encima queriendo saber qué le ocurría. Descifrar qué pasaba por aquella cabeza.

—¡Estoy bien! — dijo forzando una sonrisa en sus labios —tranquilo ¿si? Solo hay mucho en mi cabeza Sev. —dijo usando el apodo que solo usaba cuando estaban solos, desde que supo que así lo llamaba su madre —Lo estoy procesando todo.

Harry apretó la mano de su futura pareja mientras miraba al director con tristeza y luego dirigirla hacia los pelirrojos y sentir dolor, mucho dolor, llegaba a cuerpo, no era fácil de ignorar, pues su pecho ardía y su corazón se estribaba, trató de ocultarlo con una tenue sonrisa que no engañaba al hombre que siempre lo estaba protegiendo.

—¿nos dejas descansar en tu habitación?

—Sabes que puedes ir allí siempre que quieras... — contesto el maestro aun observando con detenimiento y memorizando las expresiones del rostro de Harry.

—Si lo se... Gracias— Harry volvió a sonreír.

Esta interacción fue observada por varios, los hijos de la futura pareja y los padrinos del de ojos verdes, también la familia de rubios sentados cerca, en primera instancia ya que les preocupaba el estado emocional de Harry, ninguno de ellos estaba muy seguros de cómo ayudar. Entendían, todos entendían que le dolía, pero el joven héroe parecía tan abatido que a nadie tranquilizaba con una sonrisa, de hecho solo se convertía en algo más preocupante aún. Todos volvieron a concentrarse en la comida, todos trataron de fingir que le creían pero al final del día sabían que no habían engañado a nadie, puesto que aunque habían vuelvo a sus cosas aun le dedicaban miradas de reojo.

Ajeno a tanto pensamiento el director, molesto con la situación como estaba, se volvió a poner de pie una vez finalizados los postres, para anunciar el inicio del receso como tal, éste duraría 3 horas. Luego de dar ese anuncio procedió a marcharse a su despacho ignorando las miradas sobre él.

—Iré un momento con Minerva, tengo que comentarle algo, pero luego iré contigo, ¿estarás bien? —susurró Severus por lo bajo a Harry quien se había pegado a él para escuchar.

—Estaré bien Sev. Has las cosas tranquilo ¿si? — enfoco sus ojos en los ojos oscuros de su futura pareja — iré con los niños a la habitación.

Luego en un acto de valentía absoluta y pudiendo ser hechizado hasta el infierno por su atrevimiento, se inclinó para besar la mejilla del mayor. Pocas veces había hecho algo como eso, y no era algo que el hombre aprobara pues sentía que heria a Harry pero el joven deseaba poder hacer eso y mucho más, se giró para marcharse seguido de sus hijos que le saludaban y le sonreían al mayor imitando las acciones de su padre joven. Cosa que causo gracia para el mejor amigo rubio del pocionista.

Primer piso despacho de Minerva Mcgonagall

La subdirectora se encontraba corrigiendo unos trabajos de tercer año, había decidido adelantar gran parte de sus tareas pendientes, ella no estaba de acuerdo con la suspensión de las clases, muchos alumnos estaban a nada de realizar exámenes importantes y otros muy atrasados en sus materias, recordó cuando le menciono esto a Albus, el hombre se había reído, le había dicho que necesitaba distraerse un poco y no pensar demasiado, a Minerva le molesto su falta de seriedad en el asunto, ella siempre lo había considerado su mentor, había sido su maestro cuando obtuvo su maestría, pero ahora, ya no estaba segura. Un golpe en la puerta la sacó de sus pensamientos, con cuidado dejo la pluma con tinta a un lado y dio el permiso de entrada con palabras monótonas que solía repetir incansables veces por día cuando recibía estudiantes.

—Ha Severus, pasa, pasa — comentó al ver a su colega asomarse.

—Permiso — dijo el menor acomodando su túnica negra — Él está planeando "separarnos" de forma... tradicional por así decirlo—agregó yendo directo al punto, no quería estar lejos de Harry más tiempo del necesario.

—Si, eso me temo... —murmuró su ex maestra —¿Cómo lo sabes? — Alzó una ceja interrogando al hombre

—Tengo mis trucos...— sonrió de forma torcida para luego ensombrecer su rostro — él se está descuidado mucho, esta situación lo puso en un aprieto. Aparentemente nada está saliendo como él esperaba, solo puedo suponer que buscaba el control sobre Harry, lo que no se, es porque... — se acercó a la ventana y pudo ver el campo de Quidditch y a los pelirrojos que tanto odiaba en las gradas.

—Harry debe ser más importante para sus planes de lo que suponemos... o de lo que nos dijo... —apoyo una mano en el antebrazo vestido de negro y agrego— No me explico otro motivo por el que quiera separarlos cuando ni siquiera están juntos aun... y con el apoyo de Sirius, tu no cometes ningún delito aun si entraras en un noviazgo y él ya ha dicho que no tiene problemas... No... Algo no sabemos... —hizo otra pausa y se giró para mirar a su colega— Debes cuidarlo Severus.

—Eso no está en discusión —Severus la miró fríamente para luego relajar un poco su expresión, no mucho, solo la tención de sus hombros y agrego — Mis últimos 5 años han girado en torno a protegerlo, de cada estupidez en al que se vio envuelto y planeo hacerlo el resto de lo que dure mi vida — tomó un respiro, para luego suspirar. — puede que no estemos en una relación Minerva pero siempre supe que si sus afectos continuaban luego de su graduación lo perseguiría y buscaría permanecer a su lado. Es joven y debe aprender mucho, pero en sus dieciséis años ha vivido y sufrido como yo, es fuerte, valiente y por alguna estúpida razón esta enamorado de mi...

—Quisiera que Albus reflexionara, viera lo que todos vemos en ustedes y que nos explicara el porqué de su actuar... —dijo al aire la mujer

—¿Aún confía en ti?

—Si...

—No pierdas eso...— la miro fijamente — sé que no te gusta, pero yo ya no soy de su confianza, me usara y seré desechable a la primera de cambio, cuando no me necesite. —Hizo una mueca, él había admirado al hombre, había recurrido a él, le dolía, ese hombre se había sentido como su mentor, igual que la mujer a su lado — Tú puedes estar cerca, intenta averiguar qué ocurre...

—Sirius y Remus deberían saber lo que está pasando...

—Lo saben, igual que los Malfoy y planean actuar — dijo sorprendiendo a la mujer, su rivalidad con los merodeadores era legendaria — Harry no está solo, nunca lo estuvo y no lo estará. Hay muchas personas que van a protegerlo...

¿Qué nos paso?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora