Capítulo 11

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—Antes de continuar jóvenes, vamos a cenar —dijo el director moviendo sus manos y haciendo aparecer la comida en todas las mesas de la sala.

Entre murmullos todos comenzaron a comer y conocer a los que se habían estado presentado durante la tarde. Frank disfruto de pasar tiempo con su padre joven y su bisabuela, también habló con su padrino y Hermione, para los tres Gryffindor era agradable conocerlo, Teddy por su parte solo reía de las tonterías que decía Frank, eso le hizo saber a sus padres que el joven crecería junto a todos los niños, y que como había dicho fue como uno más en las familias. Pasó una hora antes de que todo se calmara y todos hubieran comido.

—Estudiantes, habrá una última presentación esta noche y luego mañana continuaremos.

Aun entre quejas todos empezaron a silenciarse al ver a un encapuchado acercarse a la tarima. Era alto, de porte elegante al llegar al escenario se descubrió el rostro todos quedaron asombrados por lo que veían. Rubio de ojos claros, una mezcla de azul y miel, de porte serio pero con una sonrisa brillando en sus ojos, vestía un traje negro de dos piezas.

 Rubio de ojos claros, una mezcla de azul y miel, de porte serio pero con una sonrisa brillando en sus ojos, vestía un traje negro de dos piezas

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—Malfoy—dijo Ron Weasley con asco —irnos a dormir con un Malfoy.

—¿Mio? —pregunto en un murmullo Draco.

El joven sonrió a la mesa de los leones intentando no transmitir todo el odio que sentía por el pelirrojo y luego miro a su padre antes de comenzar.

—¡Buenas noches! Mi nombre es Abraxas Lucius Malfoy tengo 19 años— sonrió a su padre que evidentemente había superado el shock de verlo y prestaba atención —en Hogwarts fui un Slytherin, Prefecto y Premio Anual.

La mesa verde y plata estallo en aplauso al saber que tendrían al joven, todos le tenían mucho aprecio a la familia Malfoy y estaban felices de ver que continuarían a pesar de las amenazas existentes.

—Prefecto Perfecto— gritaron de la mesa del futuro haciendo reír a varios.

En la mesa de Gryffindor, los autores de la frase estaban impactados, sabían que las cosas cambiaban y ambos sabían que no continuarían en la familia por mucho tiempo, pero ¿cómo habían llegado a eso? Aunque de todas formas sonrieron por el sonrojo provocado en el joven Malfoy.

—Si si, basta ustedes — dijo con una sonrisa a la mesa del futuro— como decía, mi materia favorita eran Pociones y Transformaciones — sonrio al ver a su padre y abuelo asentir— aunque papá... —dijo poniendo cara de asustado.

—¿Que ocurre? — dijo mirándolo de forma preocupada pues no había captado el brillo de humor en sus ojos.

—No me gusta el Quidditch, lo intentaste cuando era pequeño, pero las alturas no son lo mío —dijo en tono serio provocando la risa de todos, pero sobre todo de su familia.

—¿Eso? —dijo Draco luego de suspirar aliviado —¡Esta bien! Se nota que tus talentos son otros. Estoy orgulloso— dijo sonriendo —¿Me dirás quién es tu madre...? — Draco estaba casi seguro, pero quería la confirmación.

—No, lo siento. No te lo dire yo—dijo Abraxas y lyego rio al ver el puchero de su padre, parecía infantil.

—¿Que pasa Malfoy? ¿Te avergüenza? — dijo Derek que estaba siendo victoreado por su padre al pelear con un Malfoy.

—¡No! A diferencia tuya mi madre es una mujer valiente y orgullosa que nos crio a todos para estar orgullosos de quien somos.

La matriarca Malfoy lo miro con amor, le recordaba a su hijo cuando era pequeño, ella podía ver rasgos de su nuera en el niño también, el fervor con el que defendía a su madre solo podía ser comparado con la pasión que la misma niña tenia. Ella estaba feliz de ver que las cosas habían salido bien para su hijo.

—Ahora me toco revelar un poco del futuro, así que, en tu caso papá, eres feliz, tienes las empresas Malfoy y te convertiste en un gran inversionista, de hecho la beca de Frank salió de un programa que creaste junto al abuelo y mis padrinos para apoyar a algunos de los mejores estudiantes del país, también otorgan becas para Hogwarts...

Todos estaban asombrados, el patriarca Malfoy tenía una sonrisa de orgullo por su descendencia y el resto de la escuela no salía de la impresión, habían tachado a los Malfoy de cosas horribles, sin embargo, las cosas parecían ser al revés.

—Continuo—dijo el joven luego de un momento— ahora trabajo en la empresa, específicamente me encargo de comercio exterior, junto con algunos amigos estamos buscando expandir un proyecto de inversión en particular, pero prometí no adelantarme mucho ya que hay personas que quieren contarlo — sonrió. Y miro a su compañero de juegos, jugar con su corbata sentado junto a su padre. —¿Me falto algo Fra? —dijo de forma casual, aunque sabía que no lo era, quería dejar claro quién era su amigo.

—¿Padrinos? — dijo conteniendo la risa mientras su padre lo interrogaba con la mirada, el joven Lombotton solo se encogió de hombros y sonrió.

—¡Cierto! Aun no se como acabaste en Gryffindor – le dijo a su amigo mientras ambos reiran.

—¡Porque es una buena persona! No es un mortifago, ni hijo de uno, ¡sabe donde debe estar! — le dijo Ron metiéndose en la conversación —Tu y tu padre no deberían estar vivos para esa época.

Todo se hizo silencio.

—¡Repite es eso Weasley! ¡Y veamos quien sigue vivo! —le dijo Draco —¡a mi hijo no lo tratas así!

—Malfoy baja la varita te vas a lastimar— agrego con burla Bill mientras se paraba para defender a su hermano.

—Yo le sugiero señor Weasley que la baje usted —dijo Frank con una voz cargada de enojo, sorprendiendo a todos, aunque su padre ni se inmuto.

Los hechizos comenzaron a volar entre ambas mesas e incluso dentro del mismo Gryffindor, estaban a punto de volverse peligrosos y más nocivos, cuando dos encapuchados uno más alto que el otro se levantaron de sus asientos, ya cansados de la exhibición y levantaron sus manos retirando a su paso todas las varitas levantadas sin siquiera murmurar un hechizo. El más alto recogió todas las varitas y se las entrego al director que ni siquiera había estado intentado detener la pelea. El encapuchado volvió a sentarse mientras murmuraba sobre la inmadurez y lo poco que las cosas cambiaban. Todos estaban sorprendidos, magia no verbal y magia sin varita juntas. Esos dos eran poderosos.

—Terminare rápido— dijo al ver que las cosas estaban demasiado tirantes— mis padrinos son Severus Snape – sonrió al aludido que estaba algo sorprendido— y... y su esposo — sonrió a la mesa del futuro — ¿Alguna duda?

—¿Novia? — dijo una leona.

—Prometido para ser precisos, pero aún no se presenta —miro a su padre y abuelo esperado su respuesta, aunque sabía que sería aceptado.

—¡Por mi está bien hijo! Si te hace feliz — comento Draco con una sonrisa.

—¡Yo opino igual! Estoy seguro elegiste a alguien muy respetable —dijo Lucius de forma sencilla.

Mientras ellos decían esto, todos los miraban como si tuvieran otra cabeza y él mayor de los Malfoy les alzo una ceja impidiéndoles cuestionar, sin embargo, todos estaban pensando en la diferencia entre las familias, como la familia Weasley se comportaba vs como se comportaba la familia Malfoy. Ignorando todo Abraxas bajo entusiasmado y fue a sentarse con su familia mientras le dedicaba una brillante sonrisa a la mesa de los leones.

¿Qué nos paso?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora