¿Qué nos paso?

Capítulo 55

―Muy bien... lo mejor es que todos vallan a descansar... mañana a primera hora nuestros invitados partirán..― dijo el director moviéndose intranquilamente, todos se levantaron de sus asientos y se dirigieron a sus habitaciones algunos con sus yo's adultos.

Severus se detuvo a si mismo en el camino de una manera brusca y se desvío a un pasillo poco concurrido.

―Si no fueras yo probablemente te golpearía por el agarre― mencionó el más joven de los dos esto provocó la risa del otro.

―Por supuesto ― se apoyo en la pared de enfrente y cruzo sus brazos ― debes tener cuidado, quizás esto haya servido de algo y se salven algunas vidas, pero lo más probable es que tengas sobre tu cabeza no solo un mago oscuro, sino también un viejo manipulador

―¿Crees que no lo sé?― se dijo adoptando la misma postura

―Severus―dijo el mayor en tono de advertencia

―Se que juego en medio, excepto un par de personas todos me quieren muerto. He... hemos vivido con eso por mucho tiempo...

―Hasta ahora no habías tenido a Harry...― se respondió― en este cuaderno― dijo buscando dentro de su chaqueta ―hemos anotado varias cosas que debes tener en cuenta, nada será igual, la historia cambiará, pero con suerte... con suerte cumplirás la promesa que le hiciste a Black.

―¿Como...?

―Sigo siendo tu...―le entrego el cuaderno ― Hay cosas que no te gustarán leer, y la información no está completa, pero es lo mejor que podemos hacer, tendrán que escribir la historia de nuevo...

―Hay algo que no me dices...

―Vigila a Dumbledore, la idea de que nos presentemos no fue otra cosa que una simple manipulación, no tardará en comenzar nuevamente, piensa bien antes de hacer las cosas, las situaciones tienen más de una respuesta.

―Bien― se frotó el puente de la nariz, se estaba estresando

De mutuo acuerdo ambos se encaminaron en silencio a la habitación del porcionista para encontrarse con sus parejas

Mazmorras, habitación de Severus Snape

El Harry Potter de 40 años se explicaba a si mismo todo lo que sabía, nadie le contaría nunca, sus pesadillas, esas de las que casi nadie sabía, como manejarlas, que eran, y lo más importante, la guerra, como ganar la maldita guerra, el joven héroe se encontraba muy conmocionado, por un lado saber cómo ganar era más que positivo, pero... todo lo otro, saber que solo había una forma, eso le ponía los pelos de punta. Estaba aterrador, tan ensimismado estaba en sus pensamientos que se sobresalto al sentir una mano en su hombro, giro su vista y siguiendo el brazo apoyado en su hombro hasta encontrarse con unos ónix que lo miraban preocupado.

―¡Severus!―dijo el menor abrazándolo y ocultando su rostro en el pecho del mayor que aún no se había quitado la ropa de trabajo ― hay mucho que no sabíamos...― dijo controlando su respiración mientras sentía una suave caricia en su espalda

―Lo resolveremos ― miro significativamente al Harry de 40 años este solo le devolvió la mirada, como queriendo decirle que la información solo la obtendría del joven abrazado a su cintura.

Torre del director, despacho del Director.

El hombre mayor daba vueltas sobre si mismo, mejor dicho sobre sus pasos, miro la pequeña poción que había recibido con cierta desconfianza, al mismo tiempo, tenía claro que sí el hombre de negro quería matarlo podría hacerlo, solo quedarse callado, callar a todos y dejar que las cosas pasarán, el hombre tenía los recursos, siempre los había tenido, era un hombre de temer, Albus pensó y siguió pensando, sabía que esa poción le salvaría la vida. Le gustará o no ese hombre quería salvarlo o al menos no iba a matarlo y eso le molestaba.