Capítulo 32

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Noche del 5 de Mayo de 1996 parte 2

Torre del director, Oficina de Albus Dumbledore

El mago de túnica de estrellas color lila y dorado se encontraba caminando cual león enjaulado por su oficina, se habían cambiado demasiadas cosas en el futuro, cosas que por algún motivo él no había podido impedir, no sabía no estaba seguro ¿cómo diablos había ocurrido aquello? La respuesta a esa pregunta no le gustaba, y sin dudas planeaba evitarlo, miro su mano ennegrecida, si, debía encontrar una forma de seguir con vida.

—¿Qué te ocurre muchacho? — dijo el cuadro de su antecesor, el director Dippet.

—Las cosas están saliendo mal... Muy mal.

—Los alumnos se ven felices—dijo Phineas Black disfrutando de ver al hombre hundirse en la miseria.

—Eso no es lo importante...— iba a continuar hablando cuando de una de las paredes aparece el fantasma de Sir Nicolás guardián de la torre de Gryffindor —¿dime todo está bien?

—Si, todo perfecto — mintió el fantasma, odiaba al hombre que lo obligaba a espiar a los jóvenes estudiantes. Pero sobre todo odiaba el hechizo que lo tenía atado por lealtad, y solo podía mentir a medias, porque, técnicamente todo estaba bien.

—Bien, bien— comentó el actual director mientras jugaba con su barba platinada quedándose en un estado meditativo— asegúrate de que siga así —luego de recibir un asentimiento del fantasma y verlo partir se concentró en su problema. Ignorando el murmullo generado por sus ancestros silenciando los cuadros para que no se oyera lo que ellos charlaban, pero olvidó que podían oír.

El giratiempo para devolver a estos intrusos a su tiempo estaba casi listo, no faltaba demasiado sus maestros eran talentosos y los visitantes mayores del futuro también habían trabajado arduamente. Ahora solo debía borrarles la memoria a todos luego de la partida para evitar que ese futuro realizara, debía corregir lo que había salido mal, solo una cosa lo estaba deteniendo, y era que si una sola persona más tenía una relación con una serpiente y resultaba amor verdadero como se veía, ya que habían superado todos los mandatos sociales que años le había tomado imponer, si esto ocurría no habría forma de lograr revertir lo sucedido, incluso un mago de su calibre tendría fallas contra esa fuerza, él sabía muy bien que el amor verdadero era la magia más poderosa, y definitivamente esperaba que los descarriados solo fueran Harry Potter, Hermione Granger y los gemelos Weasley, si algo más salía mal estaría en serios problemas.

Tomo uno de sus preciados caramelos y lo saboreo tratando de calmar su enojo e idear la mejor manera de volver todo a un punto de inicio correcto, era evidente que varias cosas se le pasaron por alto. Mientras por primera vez en años Phineas y Dippet hablaban de forma civilizada sobre lo que parecía que Albus Dumbledore estaba tramando, pues sentían que algo no estaba bien con su preciado colegio y por más odio y rencillas que tuvieran Hogwarts estaba por sobre ellos.

Mazmorras habitación de Severus Snape.

—Severus dijo un joven al ver al hombre entrar por la puerta.

—Solo me quede hablando con Minerva— dijo con suavidad y agrego mirando la habitación —¿ya están instalados? —preguntó el mayor quitándose la túnica de diario quedando en camisa y pantalón.

—Yo...— el joven Harry se sonrojo — Espero no te importe que hayamos decidido venir aquí —miro el suelo con repentina timidez y aprensión — Malfoy fue muy amable al invitarnos, pero, nuestras cosas estaban aquí y...

—Harry, esta bien, no me molesta, evidentemente el castillo así lo decidió — Severus lo tomo por la barbilla le levantó el rostro con su mano, odiaba verlo sentirse menos. —Quería saber si están todos cómodos e instalados, mis habitaciones no están preparadas para jóvenes de 16 o 20 años...

Harry trago el nudo en su garganta, el estrés del día había provocado que su ansiedad se disparara, las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, parecían no tener fin. Severus sintió una presión en el pecho, hacía ya un tiempo que no veía al joven llorando de esa forma, el realmente lo odiaba.

—Pequeño tranquilo, ven—lo atrajo y lo guio tratando de no romper el abrazo, lo llevo hasta una de las habitaciones que el castillo había aparecido.

Severus ayudo al joven a recostarse para calmar un poco la ansiedad, se sentó a su lado en un intento de consolarlo. Tres cabelleras negras se asomaron desde la puerta que daba al salón y vieron a su papá desahogarse sobre el pecho de su padre, algo tímidos, preocupados por el estado de su joven padre, se subieron a la cama abrazaron a su papá en un intento de consolarlo. Solo unos momentos después de eso Harry se quedo profundamente dormido, disfrutando del afecto que estaba recibiendo y que era tan poco común para él.

—Se ha dormido... —dijo Severus poniéndose de pie y arropándolo con las mantas.

—¿estará bien? — susurro Tom.

—Fue un día muy duro para él... —murmuró y al ver el rostro triste de sus hijos, como asumiendo la culpa por el estado de su padre agregó — sin embargo, el llanto y su ansiedad son respuesta al estrés que siente, y ha sentido desde hace tiempo, no es la primera vez que esto ocurre, pero el abrazo que le han dado le ayudó mucho, se ha dormido muy rápido— dijo mientras veía el alivio en el rostro de sus hijos —¿No deberían ir a la cama ustedes tres?— hizo una mueca burlona en su rostro.

—¡Papá!—dijeron los tres hijos a modo de queja, saliendo de la habitación.

—Es temprano— dijo Tom, mientras veía a su padre cerrar la puerta del cuarto.

—¡No queremos! — agrego Alan con una sonrisa.

—¿Me prestas un libro de DCAO? — dijo el mayor mirando la biblioteca de su padre, como Auror e hijo de Severus Snape tenía cierto gusto por el conocimiento en esa área.

—Con cuidado, saca el que quieras...— dijo Severus y luego bajó la vista miró a sus hijos más jóvenes que se habían abrazado a él — ¿Y ustedes dos que piensan hacer? Yo tengo que ver una poción para la enfermería.

—¡Te ayudamos! —hablaron al mismo tiempo.

El adulto rodó los ojos tratando de prepararse mentalmente para criarlos mientras guiaba a sus hijos hasta el laboratorio. Bajo la atenta mirada y risa del mayor que se había acomodado frente al fuego.

Mazmorras Sala Común de Slytherin

Los leones se encontraban sorprendidos por la aceptación de su casa rival, si bien varios tenían pareja en esa casa desde hace tiempo, estar sentado en los sillones y hablar con estudiantes de años menores sobre su vida era algo muy distinto, Hermione junto con Draco y sus hijos menores se vieron rodeado de estudiantes que querían revisar su tarea, y nada mejor que preguntarle a la mejor de la clase, esto provocaba la alegría de la prefecta. Fred y George estaban siendo interrogados por sus compañeros sobre pociones y hechizos para bromas, querían las primicias sobre sus proyectos. Abraxas se sentó junto a su pareja que estaba con su padre y lo abrazó por la espalda haciendo que este se sonrojara

—¿qué piensas? —Pregunto el rubio.

—Sabes, cuando nos hablaban de Dumbledore, siempre eran cosas buenas o al menos nunca nos contaron cosas como lo que estoy viendo ahora... no me gusta.

—Lo se cariño, tienes que entender que lo pusimos en una situación muy compleja, ahora está mostrando su verdadera cara, quizás es algo bueno, nuestros padres y tíos podrán prevenir algunas cosas...—respondió el joven Malfoy jugando con el cabello largo de su prometido, sabiendo que esa acción lo calmaba.

—Supongo que tienes razón...— suspiro y recostó su cabeza en el pecho de Abraxas.

¿Qué nos paso?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora