¿Qué nos paso?

Capítulo 26

Receso 5 de mayo de 1996 parte 2

Todos volvieron al gran comedor bastante conmocionados, nadie había superado la presentación anterior, y muchos querían saber que había pasado, debido a la actitud del director, otros estaban clamando injusticia, pues era evidente que el director estaba furioso por algo que no había pasado, lo curioso era que solo los pelirrojos y algunos Gryffindor hablaban contra el hombre.

Una vez todos se sentaron en sus respectivas mesas, Harry, Sirius y Remus, junto a sus hijos en la mesa de Slytherin, el director se puso de pie para hablar pero fue interrumpido por Molly Weasley que parecía haber llorado pues llevaba los ojos rojos y un pañuelo en la mano derecha.

—Albus, que has hecho con Harry, el pobrecito...— miro al mencionado con pena en la mesa de serpientes — A demás espero hayas despedido a ese hombre, es un peligro para nuestros hijos... quién sabe que más ha hecho...

—Lamento informarte querida...— dijo el director antes de que Harry pudiera defenderse o defender al hombre— que no le he podido despedir.

Los murmullos empezaron a esparcirse, el director había intentado despedir al hombre.

—El padrino de Harry decidió aprobar esta... relación futura, y yo me veo con las manos atadas ya que aunque me preocupe y lo vea como algo muy cuestionable, Severus no esta cometiendo ningún delito a los ojos de la ley.

—¡Sirius! — grito el matrimonio Weasley.

—¿cómo vas a permitir algo así? ¡Es... esta mal! — agrego el patriarca.

—No veo el problema Arthur, Harry asegura que es lo que desea en un futuro ¿cual es el problema? —dijo el prófugo molesto.

—Harry es un niño, no sabe lo que quiere o es mejor para él... — dijo Molly fingiendo un llanto— ese hombre podría ser su padre, además de que es un mortigafo, es despreciable que lo entregues de esa forma...

—Creo que Harry aprendió hace tiempo lo que quiere... es más adulto que muchos de ustedes y ha pasado por situaciones que lo han hecho madurar rápido — dijo Sirius el realmente estaba sorprendido por la actitud de los pelirrojos.

—¡Es un niño!

—No, no lo es... — dijo Remus controlando a su lobo interno.

—Ni tu, ni Sirius saben lo que el chico quiere, o necesita...— dijo Molly —¡No lo conocen! No tendra un buen futuro, seguro esta siendo abusado... Oh Albus... Como se nos pudo pasar algo así... Nuestro Harry.

—¡Basta! — grito el mencionado — No estoy siendo abusado, ni fui regalado o entregado, y mucho menos estoy siendo manipulado... —respiro profundamente, las lagrimas empezaron a nublar su vista y la magia empezó a desprenderse de su cuerpo— Ni siquiera me a tocado, están actuando ridículos, por algo que no ha pasado— Harry se limpio las lagrimas y agrego — Ese hombre que esta ahí, me conoce más que ustedes, ha salvado mi vida, como ninguno de ustedes lo ha hecho, y para que les quede bien claro ¡No tengo una relación con el profesor! —tomo aire y continuo— es algo que ocurrirá en un futuro, así que les pido que si me conocen del algo, respeten esa futura decisión, mi familia lo hace, y es todo lo que debería importar.

Todos se quedaron en silencio nunca en sus 6 años de estudio el héroe mágico había pedido algo, de pronto todos se sentían culpables por juzgarlo o esperar explicaciones de cosas que no eran de su incumbencia, al menos casi todos se sintieron culpables. Algunos estudiantes, los que conocían al joven, no entendían cual era el gran alboroto, se podía ver que no estaban juntos, había amor en los ojos de Harry, era evidente que estaba enamorado, pero eso no significaba nada, nadie podía imaginar al maestro de Defensa cometiendo un delito como ese.

—Harry muchacho...— dijo el director con una sonrisa de abuelo, intentando aplacar la situación y tratar de ocultar un profundo desprecio que estaba sintiendo—¿Estas seguro de esto? Siempre puedes pedir ayuda... Si el profesor Snape te esta forzando...

—¡Basta! Estoy más que seguro de que es lo que quiero— grito dejando salir nuevamente las lagrimas — pero que quede claro. ¡No estoy en una relación con el profesor Severus Snape!

La magia de Harry comenzó a descontrolarse, haciendo temblar los cuadros del gran comedor. Y allí todos vieron lo impensable, Severus Snape el temido maestro se puso de pie y abrazo al joven logrando poco a poco calmarlo, luego se separo y seco sus lagrimas con sus pulgares mientras le susurraba palabras de aliento. Ciertamente el conocía a Harry mejor que nadie, había hablado con el joven por horas, lo había consolado, incluso había curado sus herdias y no pensaba permitir que unos idiotas lo estrenarán a tal extremo.

—El señor Potter había decidido que los enfrentaría solo —dijo refiriéndose al director y los Weasley —pero se están pasando, entiendo que no les guste, incluso que lo desaprueben, acusen mi moral y mi ética, sobre lo que aparentemente ocurrirá en un futuro, pero no voy a permitir que sigan cuestionándolo de esta forma y tratándolo como el niño indefenso, que les conviene ahora, para luego todos ustedes poner sus vidas en las manos de un joven de 16 años y esperar que el gran Harry Potter los salve...— siseo furioso.

Culpa. El gran comedor quedo en silencio, todos eran conscientes de que creían que Harry Potter era su salvador seria quien decidiría cualquier guerra futura, pero sin duda no lo trataban como algo más que escoria en ese momento.

—Y ustedes —agrego Severus mirando a la familia de pelirrojos, enfadado hasta la medula por hacer llorar al joven que aun hipaba oculto en tu pecho — tienen dos deudas de vida con él, o se olvidaron de que gracias a él su hija sigue viva... o usted señora no quedo viuda el año pasado.

Todos recordaban el segundo año del héroe, la muerte de la bestia de Slytheris había sido trascendental, nadie sabía que había pasado el año pasado pero por la palidez en el rostro de los Weasley sabían que el maestro tenia razón

—También ese mismo año con solo 15 años un "niño" salvo la reputación de este colegio y hasta donde sé, — respiro profundo —este mismo "niño" les ha estado dando clase de DCAO a muchos de ustedes ya que lo consideran necesario y se atreven a juzgarlo por una elección que ni siquiera a tomado todavia, sea yo o sea otro, ¡no tienen derecho! ¡Ni voz ni voto en su vida! — dijo dejando salir su magia en su voz.

Harry hundió más su rostro en el pecho del hombre que lo estaba protegiendo, tal y como lo hacia siempre. Recordó como empezaron su pequeña amistad, cuando sus dudas y el miedo lo llevaron a estallar en la torre de astronomía, a pender de un hilo cuando el dolor lo carcomía por dentro. El quinto año había sido muy crítico para él, las lecciones, la maestra de defensa, las visiones de Voldemort y los secretos de Dumbledore. Y ahí estaba él de nuevo defendiéndolo, no importaba si de él mismo o si de otra persona siempre lo protegía, desde los 11 años ese hombre había estado para él, sabia que a pesar de toda la crítica popular, había elegido bien, noto que nadie hablaba y se despego solo un poco de su futura pareja que seguía abrazándolo, sin soltarse noto que todos lo miraban.

De la nada Nevill el timido chico de Gryffindor que este año había crecido unos centímetros, se puso de pie y con la copa de jugo que estaba en la mesa dijo:

—¡Por Harry!

—¡Por Harry! —dijo Hermione parándose

—¡Por Harry! — agrego Luna son su típica sonrisa

—¡Por Harry! — dijo Draco alzándose y demostrando la opinión de la casa de Slytherin.

—¡Por Harry! — exclamo todo el ejercito de Dumbledore.

Todos o casi todos, se pusieron de pie viendo al joven que nunca les había pedido nada, y que les había entregado todo, incluso los años de paz que habían vivido, ahora solo les pedía un poco de confianza, que no juzgaran y ellos sin duda se la darían, todos sabían que le debían mucho a ese joven. Incluso varios en esa habitación sabían que la deuda de vida que tenían era con ambos hombres, porque puede que Harry los salvara, pero alguien estaba allí para ayudarlo o salvarlo a él y ese siempre era Severus Snape, al saludo se sumó casi toda la mesa de las serpientes, poniéndose de pie y sorprendiendo al héroe. Pero lo más curioso y lo que no paso desapercibido fue que ni el director ni los pelirrojos se alzaron, ni se disculparon.