Sofía:
Sally llevaba rebuscando en mi vestidor desde hacía unas horas, pero desde unos minutos mi atención hacía ella había perdido intensidad. Mis ojos solo podían ver como su mandíbula subía y bajaba, pero sin prestar atención a sus palabras. Era como un ruido lejano.
Mis oídos no llegaban a escuchar su voz. Mi mente no estaba en el mismo mundo que ella. Seguía desordenando el vestidor rebuscando entre todas mis cosas. No podía ayudarla demasiado, no sabía a qué lugar íbamos a ir por lo tanto no podía hacer nada.
Solo podía esperar.
No parecía darse cuenta de que mi mente no estaba concentrada en lo que estaba diciendo, aunque no paraba de hablar, eso tampoco favorecía mucho que pudiera responder a lo que sea que estaba diciendo.
Mis pensamientos solo podían estar en una cosa o mejor dicho... en una persona. "No te metas en mi vida" su voz grave sonaba dentro de mi cabeza sin parar. ¿Pero qué se creía? No tenía ninguna intención de meterme en su vida, no me interesaba para nada.
Todo lo que había pasado en aquellos días no paraba de golpear mi cabeza. Me despertaba por las noches con la pesadilla de estar ahí encerrada con esa gente. No entendía como alguien no había llamado ya a la policía para que cerrar ese antro asqueroso, lo que me llevaba a pensar... ¿Por qué Mackenzie había pensado que sería divertido? Quería fastidiar a Álex y aunque parece ser que lo había conseguido fue a cambio de relacionarme más con esa gente.
No sabía cómo Mackenzie había conseguido mi número, pero un día después me llamó. No lo acepté. No quería hablar con ella. No éramos amigas. Solo hemos coincidido unas pocas veces y ya está. No entendía por qué quería hablar conmigo.
Días, eso era lo que había pasado desde la última vez que había coincidido con Álex. ¿Por qué me importaba?
Era mucho mejor así.
No sabía a donde iba, solo escuchaba como la puerta se cerraba y se abría. La piel se me volvía a erizar con solo de pensar en lo que había pasado en aquel sótano.
-¡¡No me estás escuchando!! -mi cabeza volvió a centrarse en la persona que estaba delante de mí con los brazos cruzados sobre su pecho.
-Sí que te estoy escuchando -pronuncié indignada.
-Ya claro...
-No puedo participar mucho porque no sé a dónde vamos -dije con la esperanza que me lo dijera de una vez.
-Sé que lo estás volviendo a intentar y no voy a caer -soltó con un tono juguetón. Volvió a sacar otro conjunto mirándolo esta vez más detenidamente. Ni loca iba a ponerme eso-. ¡Esto es perfecto!
-Ni loca, ¿se puede saber a dónde vamos para que quieras que vaya tan simple?
-Te diría que te pusieras el vestido de novia, pero no creo que quieras que se manche -la ironía en su tono de voz fue muy evidente. Solté una mueca. Aquella afirmación me dejaba un poco inquieta. ¿A dónde narices iba a levarme?
-Muy graciosa -le arrebaté de sus manos el conjunto de pantalones cortos negros y la blusa blanca demasiado sencilla ¿Por qué tenía esto en el armario?
-Venga no te quejes tanto que llegaremos tarde.
Me encerré en el baño para terminar de arreglarme con lo que me había dado. Una fina capa de maquillaje adornaba el rostro que me devolvía el espejo y en pocos minutos estaba lista para irnos, bueno, en realidad no. Me preocupaba un poco a donde quería llevarme. Durante toda la semana había pensado posibles lugares, pero no sabía por dónde podía salir Sally.

ESTÁS LEYENDO
Mi pecado I
RomanceSofía procede de una familia muy adinerada, llena de apariencias y poder, pero recibe una llamada que intensifica sus peores pesadillas. No solo tenía que digerir la noticia de que su madre había muerto hace tiempo sino que su padre ahora iba a casa...