Sofía:
-Cabrón ¿Por qué has tardado tanto? -Ethan hizo el intento de entrar, pero el cuerpo de Álex se lo impidió.
-¿Qué haces? Sé que estaréis enfadados con nosotros, pero...
-No, no es eso, es solo que estamos arreglando las cosas -pronunció con un tono que no era para nada creíble. Rezaba para que se largara pronto, el cañón del arma presionaba cada vez más sobre mi cabeza y mis lágrimas ya hacía rato que no podían dejar de salir.
-Oh, vale.
-Hasta el lunes -pronunció Álex un poco más alegre. Al parecer Ethan se había conformado con aquello y se disponía a irse hasta que la voz de Álex volvió a pronunciarse-. Por cierto, Ethan, acuérdate de darle de comer a mi perro.
Ethan paró sus pasos y poco a poco se volvió a girar.
-Dalo por hecho -se despidieron y cuando cerró la puerta y se escuchó el motor del coche arrancar fue cuando pude respirar. Había estado reteniendo la respiración, mis manos temblaban de nervios y solo quería que me soltara para ir con Álex.
Cuando miré fijamente su mirada caí en algo. ¿Tenía perro? Que yo supiera no tenía ninguna mascota, no estaba en casa ni en la de mi padre, ni siquiera en la de Ethan y Mackenzie. No entendía por qué le había dicho aquello.
El ladrón que me sujetaba me situó en el mismo sofá que antes y posicionándose delante de nosotros preguntó.
-¿Cuál es la combinación de la maldita caja fuerte? -preguntó en un tono oscuro.
-Ya te ha dicho que no lo sabe -Álex habló antes que yo haciendo que los ojos del tipo se fijaran en él.
¿Tú no has tenido bastante? Se lo pregunto a ella...
-Puede que esté anotado en un cuadro -las palabras de mi padre volvieron a mi mente. Dejó el número anotado en un cuadro, lo que no recordaba era en cuál.
-¿Así que anotado en un cuadro? -se levantó mirando a su alrededor fijándose en la variedad de cuadros que había por las paredes-. ¡¡Maldita sea!!
-Tenemos que darnos prisa -aquello lo pronunció en dirección al otro tipo que empezaba a descolgar los cuadros del salón.
Los iban dejando cerca de nosotros para que lo inspeccionáramos y le diéramos al clave. No esperé más y empecé a coger el primero para mirar por donde podía estar anotado.
El que parecía el jefe se precipitó por el salón mientras el otro tipo seguía con la mirada puesta en nosotros a una distancia que no podía escuchar lo que decíamos, pero que le permitía dispararnos sin ningún problema.
ESTÁS LEYENDO
Mi pecado I
RomanceSofía procede de una familia muy adinerada, llena de apariencias y poder, pero recibe una llamada que intensifica sus peores pesadillas. No solo tenía que digerir la noticia de que su madre había muerto hace tiempo sino que su padre ahora iba a casa...