Sofía:
Esperaba otro sitio, pero aquella casa no parecía ser muy grande, al menos no para todas las personas que parecía haber. La mayoría se centraba en el pequeño jardín delantero que nos recibía con algunas personas por el suelo rodeado de varios vasos gastados.
La imagen no tenía nada que ver con los eventos a los que solía ir.
No podía parar de mirar a mi alrededor. Me sentía fuera de lugar y los demás lo notaban. Sentía como sus ojos estaban puestos en mí.
-¿Qué quieres tomar? -Mackenzie me sacó de mis pensamientos y fijándome en que ya tenía una bebida aproveché para pedir lo mismo. No creía que por aquí tuviera el tipo de cocteles que tomaba.
Aquel líquido pasó por mi garganta sorprendiéndome por el buen sabor que no me esperaba que tuviera.
-Mackenzie nos falta una para jugar -una voz se hizo un hueco entre nosotras acaparando toda nuestra atención o, mejor dicho, la de Mackenzie, lo que Rachel tuviese que decir me importaba bastante poco.
-No, hoy no me apetece, voy a bailar ¿vienes? -dijo cogiéndome del brazo sin tirar de él.
-En un rato, ve tu primero -la alenté a que se fuera sin mí. Le dediqué una sonrisa para que no se preocupara por dejarme ahí.
-Deberías irte -la irritante voz que tenía a mi lado no tardó mucho en dirigirse hacia mí.
-Por suerte eso no lo decides tú -afirmé con una sonrisa totalmente falsa. Rachel me devolvió la sonrisa y mientras se acercaba más a mí levantó la cabeza con prepotencia.
-Pues... si te vas a quedar, ¿Por qué no juegas con nosotros? -la lentitud con la que pronunció sus palabras me advirtió que no sería muy buena idea. Parecía como si estuviera planeando algo.
Fruncí el ceño. ¿Qué es lo que quería?
La cabeza de Rachel hizo un ligero movimiento señalando así un grupo que no paraba de gritar y donde un montón de botellas se acumulaban alrededor.
Levanté las cejas sin importarme demasiado los que había. Me quedé más tiempo del que pensé barriendo con la mirada todos los rostros. ¿A quién estaba buscando?
Pensaba que encontraría a Álex con Rachel, pero no se encontraba en aquel momento con su pandilla. Arrugué un poco la frente. Me resultaba extraño y después de ver una pequeña parte de las cosas que hacían más.
Mi atención volvió a la persona que tenía delante esperando una respuesta, con una sonrisa totalmente falsa le dije:
-¿Qué es, el típico juego de adolescentes? -tampoco me interesaba mucho. No iba a jugar de todas formas, ya había "jugado" a ese maldito juego en el sótano y no me había hecho ninguna gracia a lo que ellos llamaban "juego"
Me devolvió la misma sonrisa falsa que había en mi rostro.
-Nosotros solemos poner retos de verdad -la gravedad con la que pronunció aquello me llevó a quitar cualquier signo de diversión para pronunciar un gesto de seriedad.
-Aunque claro... una chica como tú...
-Lo podría hacer perfectamente -mi tono seguro acompañó el hecho de dar un paso hacia delante poniéndonos más juntas la una de la otra. El cambio radical de su rostro me dio un poco de miedo. Una sonora carcajada salió de sus labios atrayendo algunas miradas.
-¿serías capaz de pasar un triste hielo?-sus palabras de burla incitó a que poner los ojos en blanco.
-Sí -afirmé con un tono firme.
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Mi pecado I
RomanceSofía procede de una familia muy adinerada, llena de apariencias y poder, pero recibe una llamada que intensifica sus peores pesadillas. No solo tenía que digerir la noticia de que su madre había muerto hace tiempo sino que su padre ahora iba a casa...