Sofía:
-Sofía vamos a la montaña, no creo que esos tacones sean una buena opción -dijo Mackenzie mientras se ajustaba el cinturón de seguridad.
-Tranquila a no ser que quieras ir campo a través está muy bien asfaltado -respondí con emoción.
Un fin de semana con ella en mi casa de la montaña era justo lo que necesitaba. Quería contarle todo lo que había pasado con Álex, aunque no sabía si mencionar la parte que cada vez me siento más extraña con él. Lo que estaba sintiendo no estaba bien, pero sentía la necesidad de contarlo a alguien de confianza y eso es lo que me había demostrado ella en muy poco tiempo.
Además, ella conocía muy bien a Álex estaba segura de que podía entenderlo mejor si ella me hablaba un poco de su pasado y con todo el tema de las amenazas me vendría bien un poco de desconexión.
El último mensaje fue después del día del velatorio de mi madre y firmado con una "A" no lo entendía. Si era una broma empezaba a no tener gracia.
-Estoy súper emocionada -pronunció Mackenzie con un gritito que me ayudó a olvidar mis pensamientos.
-Yo también, cuando organicemos las maletas podemos hacer una lista de cosas, podemos ver pelis, ir a la piscina...
-Pues deberíamos ir a la piscina hoy, dicen que mañana caerá una buena tormenta.
-Bueno pues ya tenemos algo claro -dije riéndome.
*****
El taxi ya había empezado a ir más despacio por los caminales, eso era señal de que faltaba muy poco para llegar.
Cuando tuvimos la casa delante de nuestros ojos fue imposible que los miles de recuerdos volvieran a mí. Hacía tanto que no había vuelto a esta casa...
-J-o-d-e-r -pronunció Mackenzie al bajar del vehículo-. ¿Esto es una casita de montaña o una mansión?
-Te aseguro que no es una mansión, por dentro es más pequeña.
-Ya... creo que nuestros conceptos de grande y pequeño son bastante diferentes -aquello hizo que soltara una carcajada.
-¿Te ayudo? -le dije a Mackenzie intentando coger su maleta.
-No -que retirara muy rápido la maleta de mí me sorprendió mucho. No espera aquel gesto, si quería llevarla ella no iba a obligarla.
-Lo siento, pero es que me gusta llevar mis cosas -sus nervios se dispararon, cosa que me resultó demasiado extraño.
No quise hacer más preguntas, aquello ya había sonado demasiado raro. Avanzamos un poco hasta llegar a la puerta principal y la descubrí intentando llamar por teléfono.
-Aquí no hay cobertura, es inútil que lo intentes.
-Así que en esta casa estás incomunicada -dijo muy pensativa. ¿Qué le estaba pasando? Desde que habíamos bajado del taxi se estaba comportando de una manera muy rara. Parecía estar algo inquieta en cuando hace apenas unos segundos estaba muy emocionada con este plan.
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Mi pecado I
RomanceSofía procede de una familia muy adinerada, llena de apariencias y poder, pero recibe una llamada que intensifica sus peores pesadillas. No solo tenía que digerir la noticia de que su madre había muerto hace tiempo sino que su padre ahora iba a casa...