Álex:
Ya faltaba poco. Ander estaría aquí en pocos minutos.
Expulsé todo el humo mientras apoyaba mis brazos sobre la barandilla de la pequeña terraza que había en el salón. La gente seguía divirtiéndose y ajena a todo. Los necesitaba para llenar el lugar y que todo saliera bien, así Ander no tendría oportunidad de nada.
-No me creo que por fin lo tengas todo, ¡¡tenemos que celebrarlo!! -Ethan dejó caer su peso en la barandilla con demasiada emoción.
-No deberías de cantar victoria tan rápido -mi seriedad terminó por arruinarle la sonrisa que llevaba. Suspiró y volvió a centrar la mirada en mí.
-Vamos Álex, podrías relajarte alguna vez, no suele ser malo -su tono irónico no me produjo la sonrisa que esperaba. Tenía que estar concentrado. Nada podía salir mal. Ethan no se daba cuenta de todo lo que había detrás, pero así lo prefería. Era de los pocos que me podía fiar, el único que podía llamar amigo y quería mantenerlos lo más lejos que podía.
-¿De verdad sigues pensando que no sé todo lo que te rodea? -suspiró frotándose la frente-. Sé que nos quieres alejar de esto, pero es inevitable que lo sepamos.
-Y eso demuestra que lo estoy haciendo bien, sino, ahora no estarías diciendo esto -dije terminándome el cigarrillo.
-A veces eres imposible -aquello sí que me arrancó una pequeña muestra de sonrisa. Ethan terminó por sonreír y darme una palmada amistosa en la espalda.
-Tenemos un problema -la voz de Rachel interrumpió nuestras carcajadas que desaparecieron en segundos. Me giré y el rostro de preocupación de Rachel no me lo esperaba. ¿Qué cojones había pasado?
-¡¿Lo vas a decir ahora o cómo?! -dijo Ethan ansioso. Todavía no había pronunciado ninguna palabra, pero mi rostro era una clara advertencia de que tenía que hablar ya.
-Tu querida hermanita ha llegado a casa -dijo sin apartar la mirada.
¡¡Mierda!!, se suponía que primero iría a casa de su padre, por eso había citado a Ander a esta hora. Cerré un momento los ojos pensando en algo.
-¡¡Joder!! -grité. Entré en el salón haciéndome un hueco entre los demás. Noté como Ethan y Rachel venían conmigo. Mis ojos barrieron toda la estancia intentando encontrarla. Solo la había visto en alguna que otra revista, tampoco sabía si la iba a reconocer. A lo mejor ya me había topado con ella y no me había dado cuenta.
-Alex te estaba buscando -Mackenzie captó toda mi atención, una atención que debería de estar en otra cosa.
-Mackenzie ahora no, estoy buscando...
-Se ha ido por el pasillo -no me dejó terminar la frase. Solo con eso volvió a tener toda mi atención en ella. No esperé más y me encaminé hacia el pasillo que separaba las habitaciones.
Sabía cuál era su habitación y desde fuera se escuchaba un pequeño murmuro. Estaba de espaldas y no se había percatado de mi presencia. Fue entonces que supe por qué. Estaba concentrada en el móvil que tenía en las manos. ¿Pero qué pretendía hacer?
No esperé a averiguarlo. Estaba completamente seguro que no sería nada bueno. Si no fuera así no estaría tan nerviosa. Desde mi posición pude ver la inquietud de su cuerpo.
Ya había marcado. Fue cuando sin pensarlo demasiado la cogí del brazo en el que sujetaba el móvil alejándolo de su rostro. La giré pegando su espalda con la pared más cercana para terminar teniendo su rostro a pocos centímetros del mío.
Antes de pronunciar ninguna palabra una voz a través del móvil me hizo tensarme aún más.
La policía.
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Mi pecado I
RomanceSofía procede de una familia muy adinerada, llena de apariencias y poder, pero recibe una llamada que intensifica sus peores pesadillas. No solo tenía que digerir la noticia de que su madre había muerto hace tiempo sino que su padre ahora iba a casa...