Capítulo 33: Maratón 2/9.《Sola y con más problemas》.

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La llamada era de mi padre, lo pense demasiado en contestar, que le colgue. Me cago en todo. ¿Desde cuándo el me llama? Ósea, las veces que lo ha hecho es para joderme.
Y va de nuevo, otra vez me llama. Contesto y trato de ser fuerte. El esta loco.
Jorge: ¿En dónde mierda te encuentras? Te necesito ahora mismo en la casa. -gritó furioso-.
_____: Papá... Estoy en el colegio, no puedo salir ahora. Estoy en algo importante, ya sabes, para que cuando termine mis estudios, pueda mantenerlos a ustedes... -Trague saliva-.
Jorge: No me interesa, te quiero aquí. Zorra, ven acá. -Me amenazó, mientras se oía a mi madre llorando-
_____: Vale, vale. Me iré para allá. Adiós. -Colgué-.
¿Y ahora qué? ¿Ahora qué?
Corrí hacía mi casa, ya que el dinero que le robaba a mi padre ya no era el suficiente para transportarme en taxi o comprar las cosas que necesitaba. Aparte, mi padre jamás se da cuenta. El muy hijo de puta, me dijo que no me daría ni una mierda. No sé si les he dicho, pero el es el "asistente" por así decirlo, de un gran tío que es dueño de dos tiendas súper conocidas aquí en España. Entonces, no tiene porque faltarle nada.
Y cuando le mencioné sobre lo de: mantenerlos a ellos, fue porque desde pequeña me dijeron que terminaría el colegio y no estudiaría la universidad, para que yo los mantuviera, porque se supone que soy una mala hija para ellos. Una vergüenza.
Llegue a la casa y el miedo en mi. Las sombras de tres personas se veían en las cortinas que se encontraban en el living. Saque las llaves, abrí la puerta y ahí estaba: el vecino con quien tuvo relaciones mi madre, mi padre y mi madre. Todos gritando. Mi madre tenía golpes en la cara. El vecino estaba con un moreton en el ojo, mi padre tenía las manos ensangrentadas (Foto multimedia).
Jorge: Hasta que llegas. -dijo-. Ahora dime, ¿Esta zorra se metió con esta mierda?
Carolina: _____... Hija de puta. ¿Le has dicho? Que te den, gilipollas. -se paró y me jalo del cabello, mientras me miraba con odio-.
Jorge: ¿Así qué es verdad? ¿Por qué jamás me dijiste? -Se acercó a mi, y su mano estaba ya en mis brazos, los apretó y me empujó-.
Empecé a sollozar, a tratar de hablar. Pero el vecino comenzó a decir cosas que me daban tanto asco y repulsión. Ese estúpido siempre ha estado con ella, cuando era pequeña se presentó hacía mi, y me dijo que le llamará: "Dave". Maldito.
Dave: Vale, déjate de mierdas. Tu hija es tan estúpida, tu eres tan imbécil, cualquiera te puede engañar. Pero ella, ella es hermosa. ¡Nunca le diste lo que ella quería! Y me la llevaré. Me largare con ella de Madrid. -rió-. ¿Verdad linda?
Carolina: Claro que si. Eso si. -Trato de sonreír-. De hecho, mientras ustedes no estan he sacado varias de mis cosas. Solo faltan algunas y me largo. Jajajajaja. -Dio una fuerte carcajada-.
Jorge: Dilo que quieras hijo de puta. Mueranse los dos. Pudranse y mueranse. Y rápido. No los quiero ver. -Los dos salieron de la casa, riéndose de mi padre-.
Jorge: Y tu, quiero que tu te mueras también. Hazlo. ¿De acuerdo? No te quiero ver. ¡Desaparecete!
Corrí temblando hacía mi habitación. Cerré con seguro y limpié mis lágrimas.
"Sola y con más problemas, ¿eh?".
Si... Más todo. La soledad me acompaña, en mis últimos días de vida. Solo quiero terminar con esto, no tengo esperanza ni futuro. Veo las cosas así y no me creo salir de estos putos problemas. No puedo. No...
Pues, más problemas llegarán querida. No te sorprendas. ¿Cómo te gustaría que fuera tu muerte? ¿Sublime?
¡Si! Muriendo con pastillas, como en las películas. O me tiro de un edificio, o de un puente. ¡Ya sé! ¡Me atravieso cuando pase un auto! Tantas muertes tan fáciles. Así podré estar junto a mi tía.
Me gusta la idea del puente. Te tiene que doler. Tienes que sufrir. Suicida sufre, por favor. Es que, todos quieren que desaparezcas. Mmmm, yo pienso que también te podrías desangrar. Y eso que a ti te encantan los cortes, uno tras otro. Y zaz, mueres desangrada.
¡Eres experta conciencia!
AJÁ.
Mi conciencia era la única que me apoyaba... La única. También mis cigarrillos y mis navajas. Mi móvil y la música, me calmaba. Ya que, por ratos me daban ganas de gritar y llorar. Pero no quería, así debe de ser, debo de sufrir.
Y saben, la locura quería unirse a mi. Descontroladamente jaló las sabanas de mi cama, es que, es algo que me gusta hacer, pues me hace sentir mejor. Bueno es la única cosa rara y bonita que me gusta hacer. Que no sea diferente a lo demás.
Creo que soy subnormal, tengo un mensaje y ni lo he mirado.
Buenos días, señorita _____. Soy Amelia, tu profesora de inglés. Eh, pues, hoy hemos tenido una junta todos los trabajadores del colegio, claro que todos los profesores, para hablar sobre varios asuntos del colegio. Y hemos decidido que en estas tres semanas, falten todos. Ya que, necesitamos hacer varias cosas, y hacer que varios problemas se solucionen. Y te avisaba porque se que siempre vas e irías pasado mañana, seguramente. Se que esto no se da mucho, pero quería decírtelo porque se que no le hablas a muchos y nadie te diría mañana. Por cierto, quien me dio tu número fue Ana. (La graduación sera el viernes, el último día de la tercera semana). En fin, cuidate. -Amelia.
Que mierda, hasta ella sabe que soy una puta antisocial. Gracias a dios ya no vere a esos hijos de la gran puta. Bueno, mañana si... Hostia, esto va para peor.
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La Suicida. [Rubius y tú]. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora