Capítulo 34: Maratón 3/9.《Sola y con más problemas》.

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Me veía en el espejo, era asquerosa. Como este martes tan asqueroso. Los odio a todos, así como todos me odian a mi. ¡Los odio!
Cepillé con rabia mi cabello, y ni siquiera me maquille. ¿Para qué? Sigo siendo un asco, ASCO. ¿Se han dado cuenta de cuantas veces se repite eso? Pues, es que, hace falta más, para hacerlo saber, a todos.
Imaginen, siempre quise que alguien me preguntase que, que sentía. O porque lloraba, pero eso nunca ocurrió. Aparte, si hubiera ocurrido, todos pensarían que soy ridícula. ¡Ridícula! Vaya que si, porque lloro por cosas que son muy estúpidas. Por ser una perra tan sensible. Cuántas malditas veces escucho decir, "la sociedad es una mierda".
Cuando, somos la sociedad. Pertenecemos a esas personas que hacen daño. Todos nos hacemos daño a todos. Yo le hago daño a los demás y ellos a mi. Así de fácil.
La puta gente, debería de dejarse de estupideces, pensando en que todo en esta vida se puede lograr, ¿Pero cómo? ¿Yo he logrado algo? NO. Que se dejen de mierdas, porque todo es mentira.
Hablando de mentiras, todos en este mundo mienten. Todos.
Recuerdo que, las personas te dicen, siempre estaré ahí, para ti. Y al final, todos te dejan sola o solo. Porque no les combiene estar con alguien como tú.
¡Lamento decir cosas tan ciertas! No puedo contenerme. Debo de ser sincera... Y lo seré hasta mi último día que se aproxima. Soy cobarde, pero, actuare como la chica valiente que puede con todos los problemas y es capaz de vencer a los demás. ¡Yay! Me haré una chica que no le importa una mierda nada y que es la mejor. Cambiaré cuando quiera mis personalidades. Todo durante estás tres semanas. Dios, me vuelvo loca, quiero un puto cigarrillo.
Prendi uno, y lo comencé inhalar e inhalar, lo terminé y seguí con otros dos.
Revise mi habitación. Había ropa bonita, pero no era para mi. Ay, que tonta. Esa ropa es para gente linda, yo no...
Jo-joder. Mi brazo sangra, que genial. Esto se merece una fiesta, ¿Cómo sería la fiesta? Y me emociono porque me encanta saber que puedo morir desangrada, estas cosas me hacen pensar eso. Cuando tenía once años, una chica de mi colegio llevaba un montón de cortes en los brazos. Luego, corrían rumores de que había muerto desangrada y que solo los padres de su mejor amiga estuvieron en el funeral. JAJAJAJA, ¿ven? Ella murió sin problemas, puros cortes lindos. La navaja pasa tus venas y tú vida se deshace en menos de dos segundos.
¿No les ha pasado que en su cabeza solo les retumba la palabra "morir"? A mi si. Es alucinante. En serio.
En fin, estoy por ir al colegio, así que luego seguire...
Me he puesto una camiseta azul de cuadros, un gorro blanco y unos jeans ajustados del mismo color. Tome mi mochila, y mi móvil. Baje con tranquilidad. Y no me encontre a mi padre. Salí con las llaves de la casa, camine lento hacía el colegio.
Entré y me encontre con Karina, la tercera mejor amiga de Daniela, ella besaba a Mario... Era lo que más me extrañaba. Según son amigas.
Seguí mi camino, y me senté en mis escondites donde nadie me podía ver antes del toque de clases. Un dolor a mi estómago, me hizo chillar un poco. Desde hace una semana no he comido nada. Después del colegio, iré a casa, para subirme en esa báscula.
La campana sonó y corrí al salón. Las clases pasaron súper rápido. En el descanso me dirigí a la biblioteca. Este lugar siempre me cubrió de todos durante años. Estos tres años, creo que casi me término de leer la biblioteca entera.
La señorita que era la encargada de todo lo que sucediese, casi siempre faltaba, y la biblioteca se encontraba sola.
Pase por los pasillos, y sonreí al ver millones de libros.
Que cosas, hace unas semanas faltaban meses para salir, y ahora solo son tres semanas.
Di una vuelta y... mala idea al haberlo hecho. Era Mario. Tomó de mis brazos y me azotó a la pared, empezó a besar mi cuello asquerosamente. Lo trate de habentar y me safe de él, corrí pero me alcanzó. Trato de tocar mis pechos pero no lo deje, me tomo de la cintura y metió sus manos en mi pantalón. Con bastantes lágrimas en los ojos, le di una cachetada. No le importó y beso mis labios, lo quite de mi, pero no podía escaparme. Simplemente, el tenía mucha fuerza. Beso mi abdomen... Y después, desabrocho mi pantalón. Se oían varios pasos, deseaba que alguien me ayudará. Aún que, quien era, fue Mariana, Mario corrió hacía ella. Le susurró algo y luego se fueron felices. No me amenazó, pero supongo que si decía algo, me podría suceder otra cosa. Abroche mis jeans y limpié mis lágrimas, por poco y volvía a ser violada...
Que cojones, ¿Por qué mierda a mi todo?
Aprete mis mejillas de la desesperación. ¡Basura de tipo! Volví a llorar, caminé por los pasillos hasta el salón y ya faltaba más para terminar el día en el colegio.
Entré a mi siguiente clase: Literatura.
La clase comenzó, y ellos, ellos estaban justo a lado del profesor.
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La Suicida. [Rubius y tú]. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora