Capítulo 37: Maratón 6/9. 《Sola y con más problemas》.

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Narras tú.

Me la he pasado encerrada en mi habitación todo el día de ayer, después del colegio. ¿El motivo? Me duele del culo el estomago. Cuando llegue ayer a casa, mi padre no estaba, y ese momento me habían entrado unas ganas de comer. Me controle pero no pude, corrí a la vitrina donde estaba llena de comida y comí pastelillos, galletas, tomé un yogur del refrigerador y lo bebí todo. Luego, saque mayonesa, jamón y queso y me prepare un sándwich y lo devore. La culpa me recorrió en cinco segundos. Ya estaba en el piso llorando, las semanas que han pasado, y caí en la trampa de volver a comer como cerda. Fui a mi habitación y lo vomite, vomite esas cosas asquerosas.

Me subí a la bascula y daba un peso de 37 kilos. ¿En serio? ¡¿En serio?! Son muy pocos kilos bajados. No, no, no. ¡Sigo siendo una gorda! Grite y raspe mi garganta, comenzando a toser. Por eso nadie me ve lindo, por ser fea y sin un cuerpo bonito.

Mientras, yo sigo aquí, acostada pensando en que no veré en dos semanas a esos hijos de perra, más que el día de exámenes y en la graduación. Quiero pensar que haré para morir. Sigo con eso, y no pienso cambiar.

Cogí mi móvil y luego entré a Twitter, en mi cuenta tan solo tenía 230 seguidores. Antes tenía a 234, que eran ellos... Saben a quien me refiero, a Ana... En fin, ellos. No quiero pensarlos.

En Twitter, había un estado de una chica que decía que, el mundo estaba lleno de personas tan mierdas, y que explotaria, porque cada vez eran más. Y era cierto, cada vez la gente se vuelve más mierda y te hace sentir mal, no les vas a importar jamás...

Como mi padre no estaba, decidí salir a caminar. Pero antes, busque como loca en su habitación de ellos, algo de dinero. Eran doscientos euros, me servirían mucho. Saque mi cajetilla como todos los días, limpie mi sudor que se acumuló al momento de estar vomitando, y lave mis dientes. Tenía muchísimo calor, así que decidí ponerme una playera corta y cuando caminara tratar de no mover mucho los brazos.
Salí con las llaves únicamente, dirigiéndome a un lugar donde vendieran cafés, quería uno, sentía mi estómago raro, y el café no lo vomitaria. Al fín encontre el lugar y entré. Pedí un café de quince euros y tranquilamente lo bebí. Lo terminé de beber y ya no sabía que hacer... ¿Me voy para casa de nuevo? Agh, no. Pague el café y me retiré. Mientras iba caminando, miraba a las personas, unas me miraban a mi de una forma extraña. Y cuando cruce la calle, en frente de mi, había alguien que tal vez tampoco quisiera saber nada de mi existencia. Era Alexby.
Alexby volteo y me miro a los ojos, evite su mirada y apresure mi paso. Mis brazos podían notarse, pero ya no me preocupaba. Oí que me gritaba, que gritaba mi nombre. ¿Para que me hablaría? ¿Para decirme que soy una estúpida e hipócrita? Como todos me lo dijeron. No. No pienso escuchar eso.

Tome un taxi, le di mi dirección y me llevó a casa.
Entre y mi padre no estaba aún.
Me hacía sentir tan bien que no estuviera. El también fue el culpable de que mi tío muriera. ¿Cómo fue?
*FlashBack*.
Esta tarde, se cumplen dos años de que mi tía murió. Mi tío jamás supo que fue mi padre... O si. Pero por mi no lo denunció. El dice que mi padre va a cambiar y me va a tratar mejor, que lo tiene que hacer porque soy una niña a la que le deben de atender y soy bonita. Y esperó que así sea.
Ah, y mi tío se llama José. Es muy buena gente con las personas, a todas las apoya para todo. Trabaja haciendo videojuegos, los gráficos y esas cosas.
Hoy mi tío y yo iremos a el panteón para llevarle flores a mi tía, pero mi padre, esta enfadado con mi madre, y cuando esta enojado con ella, igual conmigo. Y, lo estamos tratando de convencer. Ahora mismo, están hablando cosas de adultos. Y creo que ya casi le da el si, para que pueda ir.
Jorge: ¿En serio quieres ir? Niña. -Me vio mal-.
______: Por favor, papá. -Hice una cara de súplica-.
Jorge: Pues ve. Y te quiero temprano. -Me empujó un poco-.
Asenti, y mi tío lo miró molesto, por lo que me había hecho.
Jorge: ¿Por qué me mirás así? -Le grito amenazante-.
José: ¿No acabas de ver lo que hiciste? -Lo intimidó con la mirada-.
Jorge: No se de que me hablas, pero vete de aquí. ¡Porque eres subnormal! -Se burló de él-.
José: ¿Me has dicho subnormal? -Su cara era de enojo-.
Jorge: Si, si te he dicho así.
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La Suicida. [Rubius y tú]. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora