Capítulo 46: "Nueva vida".

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Hoy es mi primer día de recuperación. Después de estar ese agradable momento con Alex, hoy es el momento. Ha sido difícil el arreglarme, me siento fea, aparte, que difícil es con mi pierna medio rota. Apenas si Alex me pudo auxiliar en el proceso. Ya vamos en el auto, la ciudad esta bastante tranquila.
Alex: Respira, ____. Todo saldrá bien. -Me miró de reojo-.
Había una casa grande, muy lujosa en frente mío, ¿Ahí estaría?
____: ¿Aquí es? -paro Alex y él se bajó del auto sin contestarme, viendo que iría hacia mi puerta para ayudarme-.
Alex: Si. -Me auxilio y con todo y muletas nos acercamos a la casa-.
Alex tocó la casa y salió una señora rubia de ojos azules, era hermosa, con todo y un hermoso vestido rosa. Me sonrió y miro a Alex.
*****: ¿Eres Alex? -Le preguntó-.
Alex: Si, soy yo, Javiera. -Se rió-.
Javiera: Oh, querido. ¿Cómo estás? Ya no me acordaba de ti. Lo siento, jajaja. Román me dijo sobre algo, y luego me dijo que un tal Alex estaría aquí. No supe quién, pero veo que eres tú, desde pequeño que no te veía. -Lo abrazo-.
Alex: Pues, yo sí te recordaba Javiera. Lástima que no soy recordable para la gente, qué triste. -Hizo un puchero-.
Que se imagine a ti. Tú que no tienes quien te quiera, perra.
Javiera: Ya, ya, jajaja. Lo lamento mil veces. Mejor dime, ¿Quién es esta preciosa chica? -Me volteo a ver-.
Está mintiendo, sabes que lo hace por tenerte lastima, asquerosa. No te pongas alegre.
Alex: Ella es ____. Es una gran amiga, y bueno, necesitamos de ti. ¿Es una chica preciosa, no? -Le volteo a ver ahora a ella-.
Javiera: Esta hermosa. -Hizo una extremadamente grande sonrisa-.  Pero, ¿qué esperan? Pasen.
Pasamos y era una bonita casa por dentro. Muy acogedora. Tenía muchos cuadros de pinturas muy preciosas, había unas que no entendía, pero seguro significaba algo para ella.
Pasamos hacia un cuarto que tenía pinta de ya ser un consultorio. Javiera pidió que nos sentáramos y nos explicó que ya pasando a este lado, debíamos de tomar las cosas en serio.
Le pidió a Alex que regresará una hora después. Que ya empezaría la terapia.
Ya era la hora.
Javiera: Bueno, cariño. ¿Cómo estás? -Me hizo una seña de que tomara asiento-.
____: No sé. Da igual cómo me sienta.
Javiera: Claro que no. Yo quiero saber, por favor.
___: ¿Y para qué? No es por ser grosera, pero soy un lamento de persona. ¿Te importa cómo me siento?
Javiera: A ver, si me importa. Yo soy quien te quiere ayudar. Y eso me haría muy feliz. Amo ayudar a la gente, ese es mi propósito en la vida. -sonrío con muchísima felicidad-.
___: ¿Le tiene lástima a los demás? ¿Me tiene lástima a mi? -Pregunté-.
Javiera: ¿Qué? ¿Lástima? No, cariño. Yo no soy así, no me dan lástima los demás. Tan solo que viví tantas cosas que me hacen querer ayudar a los otros, para que puedan sentirse mejor. -Hizo una cálida sonrisa-. Bueno, ¿comenzamos de nuevo?
_____: Ya. -Dije sin ganas-.
Javiera: ¿Cómo estás? Siéntate. -Lo hice ya que la primera vez no le quise hacer caso-.
____: Bien. -Mentí-.
Creo que no quería ayuda. No serviría.
Javiera: ¿Segura? -Frunció las cejas- A mí me puedes decir cómo te sientes, yo no te juzgaré. Estoy aquí para ayudarte. Quiero que me digas que sientes. Qué sucede.
_____: Me siento, me siento destruida. ¿Sabes? Me siento totalmente destruida por dentro y por fuera. -Y los nudos en la garganta aparecían-.
No sé porqué de repente solté eso. Me hubiera contenido. Nadie puede conmigo. Nadie me puede ayudar en este puto sufrimiento.
Javiera: ¿Por qué? -Dijo sería-.
_____: Por cosas.
Javiera: ¿Te importaría contarme? Tal vez no todo. Pero estaremos juntas un buen tiempo, y podríamos ser buenas amigas. -Hizo una mueca-.
_____: ¿Las amigas existen? Mi primera mejor amiga se fue, se fue a causa de mi estupidez. -Una lágrima resbaló-.
Javiera: Oh, pero claro que existen. A lo mejor hubo un mal entendido, y se fue porque no se pudieron arreglar las cosas como se debían. Pero, todo puede tener solución, claro primero hay que pensar lo que pasó, y después, ver el tipo de problema que fue.
_____: Nada de eso. Ella se quiso ir. Prefirió la puta fama, o amistad de una maldita que le había mentido y que apenas conocía. No quiero hablar de ella. No, Javiera. -Empecé a llorar-.
Javiera: Mira, sé que estás pasando por algo extremadamente difícil. Entonces, con el tiempo quiero escuchar todo. Los momentos más fuertes que has vívido, y cómo has llegado hasta aquí. ¿Si?
_____: Ay, tú me vas a terminar odiando. Así son todos. -Seguía llorando-.
Javiera: Yo no soy así. Te equivocas, señorita. -Negó con la cabeza-.
_____: Lo siento...
Javiera: Necesito un café. ¿Gustas uno? -Se dirigió a la mesita de centro que tenía en la esquina, y empezó a prepararse uno-.
____: No, gracias. -Mi estómago se revolvió-.
Javiera: Bueno, no sé tú porque no quieres, pero yo los amo. -Termino de prepararse él café y se sentó en su escritorio, mientras bebía-.
Bastante rico, pensé.
Quiero uno, pero, un kilo subiré. Y, a veces comía por Alex, pero llegue a esconderlo pocas veces.
Javiera: ¿____? ¿Y tus padres?
_____: Para mí están muertos. Los odio. No los necesito en mi vida, ellos me han hecho mucho daño. -Grite desesperadamente-.
Javiera: ¿Qué sucedió? ¿Qué ha pasado con ellos?
_____: Solamente me hicieron daño, eso es todo, a mí y a mis tíos. -Me tape la cara-.
La desesperación de recordar todo lo malo, todo lo que había pasado, me mataba. Quería cortarme, quería beber y fumar, quería matarme como aquella vez. Odiaba las preguntas.
Javiera: Se que te sientes muy mal, lo puedo ver en ti, en tus ojos. En tu forma de llorar, el dolor que sientes. Entiendo que es algo complicado. Pero, necesito que me digas. Cuéntame. -Alzo la voz, y me quedé callada, iba a empezar a contarle, ella me miró atenta-.
_____: A temprana edad, mi padre se iba a tomar todos los días, bueno, no todos, solo los viernes y sábados. Luego, al llegar, golpeaba a mi madre, siempre era eso. Y, cuando era pequeña, mi tía siempre me cuidaba, me quería mucho. Ella me peinaba, me llevaba al colegio, me vestía. Me compraba mis cosas, me consentía mucho. Ella hacía todo por mi. Y, ella jugaba conmigo videojuegos, y me encantaba, porque es una de las actividades que más me gusta. Y, mi tío, su esposo. La amaba, y el me cuidaba como su hija. Lo que mi padre no hizo. El cada vez que podía, me llevaba a comprar juguetes y, el también me consentía bastante. Mi tío una vez me defendió de mi padre, y mi madre siempre se peleaba con mi tía, pero con tal de verme, dejaba que ella ganará la discusión. Había pasado el tiempo y mi tía murió, por culpa de mi padre. El... Él mató a mi tía. La hizo mierda, ni siquiera el puto doctor se dio cuenta de lo sucedido. Simplemente, no le importo. No es justo. Nadie nunca hizo nada. Yo tuve que callar por medio. En el colegio nadie me hablaba, por loca, porque mis padres estaban locos. Él empezó a golpearme. Fueron algunas veces, apenas, porque mi tío se hubiese dado cuenta. Él me llevaba cada mes a llevarle flores a mi tía, mi madre se burlaba de eso, un día me iba a llevar, y, fue el peor día, porque él murió. ¿Sabes quién coñazo fue? El hijo de puta de mi padre. El. El. Mato a los dos. Es un puto asesino. Me da miedo. Estoy aterrada... Y el, no se, Javiera. Me da miedo... Ella... Ella engañaba a mi padre, se acostaba con cualquiera la perra. Me dañaba a mi igual. Siempre me había maltratado psicológicamente, me amenazaba con decirle a mi padre. Nunca me cuidaban. Ellos querían verme muerta, así como yo me quiero ver a mi. Mi padre empezó a golpearme, casi me ha dejado destrozada y hecha pedazos. Cada vez que me veía en el espejo me sentía tonta. Así era siempre. Los años pasaban y nada cambiaba. Era como un cuchillo en el pecho.
Golpes por mis padres.
Ver peleas de ellos.
Que me restregaran lo asquerosa que soy, y miles de insultos y críticas hacia mi.
Él ver a mi padre matar,  robarle a su jefe, a mí madre follar con los tíos que se le cruzaran. Mi casa era una cosa hecha una verdadera mierda. Ahora, ni madre se ha ido con otro tío, mi padre me ha golpeado brutalmente, y me ha corrido con todo y mis cosas. Antes de que pudiera morir, pasó eso. -Mis lamentos eran fuertes, y solo susurraba que estaba harta-.
Javiera me miraba en shock, sorprendida. Ella tenía los ojos cristalizados, no entiendo.
Javiera: Preciosa, lo siento mucho, sé que todo eso que has pasado ha sido muy grave. Y, pronto tenemos que denunciar a esos dos cabronazos. No te preocupes. Qué bueno que me hayas contado todo. Quiero que veas, que contarlo todo, te hace sentir mejor, desahógate de esta manera. Es mucho mejor. Quiero que cada vez que recuerdes eso, pienses en que tu tía y tú tío te hubieran querido en un lugar mejor. Tú eres una persona maravillosa. Qué por algo sigue en este mundo. Donde no todos son malos. Abre los ojos. Ahora a ellos les toca sufrir. Estas primero tú. Nadie es suficiente perfecto. Pero, tú, tú vida. Tú eres la que la tiene que salvar. No me importa lo mal que estés pensando sobre ti y morir. No. ¿Crees que tú no puedes ser feliz? Esos infelices que según son tus padres, lo pagarán, ___. Así que, piénsalo. ¿Lucharas por tu vida? Quiero que tú repitas lo valiente que eres. Que vencerás a tus padres. Quiero que te rías de ellos. Quiero que seas alguien. Alguien que puede con todo. Y muy pronto lo veras. -Callo y me miró a los ojos-.
_____: Eres una buena persona... ¿Te digo algo? Siento ansias. Pero, quiero cambiar esto. Lo quiero. O sea, siempre soñé con eso. Pero, ahora que veo que tú sí me estás apoyando y gracias a Alex, creo que, podré. O a lo mejor caeré en la batalla.
Javiera: Tal vez caes, tal vez no. Pero, lo intentaste, y si estamos aquí es para no irnos, y para qué razones ante todo. Mira, ____. Piensa en lo que te he dicho. Ya ha acabo la cita de hoy. Quiero que hagas lo que te pedí. Y, necesito la dirección de donde vivías antes. Por favor. ¿Mañana nos veremos, vale? -Me abrazo y acepte el cariñoso abrazo, y asentí-.
_____: Lo haré... Gracias, en serio. -Seguí limpiando mis lágrimas-.
Javiera: No agradezcas. Quiero ser tu amiga y alguien que pueda ver que esa chica que ha pasado por lo más atroz, sea la chica más alegre y que su vida cambie en todo para bien. -Me hizo una apreciable mirada-.
Ella y yo salimos de el consultorio y Alex ya había llegado, lo vi y me abrazo.
Alex: ¿Cómo te fue, linda? -Me dirigió una mirada compresiva-.
____: Bien. Javiera es muy linda y buena. -Sonreí-.
Alex: Me hace muy feliz eso. Que pienses así, y que estés bien. Así mantente siempre. -Acaricio mi mejilla-.
Javiera: Alex, ¿Te puedo marcar luego? -Se hicieron unas miradas raras-.
Alex: Claro.
Javiera: Bueno, ____, Alex. Tengan una hermosa tarde. Los dos son preciosos. Cuídense mucho. Mañana te espero, querida. -Me abrazo y me despedí de ella de nuevo al igual que Alex-.
Seguido, nos retiramos y Alex me ayudó a subir al coche con mis muletas.
Todo era tan diferente. Jamás me había desahogado tanto. Jamás me habían dicho tantos consejos. Nunca me habían dicho cosas tan verdaderas y tan sinceras como ella. Ella era como mi tía, ella parecía que había renacido en ella. Suena raro pero era verdad. Ya tenía a dos personas... Aún que, supongo que no todo seguía siendo hermoso.
Alex puso la radio, y había buena música, estaba mi música preferida, ya saben, la electrónica. Alex no me pregunto nada. Solo me sonreía. Yo quise callar en todo el camino, no me era malo ni incomodo. Eso me asustaba, jamás había pensando de esa manera con cosas como estas. Pero me gustaba, yo solo veía la ventana, los árboles y seguir recapacitando lo que me podía estar esperando sea malo o bueno.
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La Suicida. [Rubius y tú]. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora