Amara
—Amara, no puedes dejar ir a este cliente — Me dice exaltada Dalila mientras yo me siento en su cama.
— ¿No es malo repetir con el mismo?
— ¡Claro que no! Antes agradece que le gustaras al tal Ángel. Él fue muy específico y dijo que quería a la misma chica que lo acompañó la vez pasada, sino es así, no quiere nada.
—...
—Bien, como tu superior te estoy dando un trabajo Amara, cúmplelo. Metete a duchar y cuando salgas te arreglas.
Tomo aire y voy al baño de Dalila, sabiendo que discutir con ella será inútil.
Me desnudo y me meto a la ducha. No me mojo el cabello ya que no quiero secarlo y al parecer tampoco es que haya mucho tiempo.
Como bien dijo Dalila; Ángel me solicitó de nuevo, quiere que lo acompañe a un club. Esa fue la única información que me dio Dalila, bueno, también me dijo que pasará a recogerme aquí, en el apartamento de Dalila, como la vez pasada.
Termino mi ducha, me lavo los dientes y salgo envuelta en una toalla.
—Apúrate Amara, no hay demasiado tiempo.
—Bueno ya voy, que tampoco es culpa mía que me hayas avisado un viernes una hora y media antes, cuando estaba a la otra punta de la ciudad.
—Aja, hablando de eso, últimamente has pasado mucho tiempo con la tal Sonny, ¿no? — Dice mientras tira una blusa cruzada de manga larga color negro.
—Pues sí, es una amiga y puedo salir con ella cuando me dé la gana—. Me mira mal y me tira un short.
—Vístete mejor.
Empiezo a vestirme y una vez casi lista Dalila me pasa unas sandalias de tacón. Me dejo el cabello suelto y me aplico un brillo para los labios.
— ¿Lista? — Me pregunta y me tiende un perfume el cual me aplico.
—Sí—. Justo termino de decir esto y suena un carro, avisando de su llegada.
—Ya llegó. Que te vaya bien. No la cagues y recuerda; si te lo coges tendrás dinero extra.
Salgo del apartamento de Dalila y veo un carro deportivo estacionado. Sale Ángel, me abre la puerta del carro y me siento. Se sube, pone el seguro de las puertas y el aire acondicionado.
Vale, esto es un poco incómodo según yo.
Se concentra en manejar y unos cuantos minutos después lanza una pregunta:
— ¿Cómo estas, Amara? — ¿Qué carajos?, ¿Cómo que Amara? ¿No era "Lucier"?
— ¿Ah?
—Amara Brown Jones. Lindo nombre y lindos apellidos.
— ¿Gracias?
— ¿Cuántos años es que tienes? ¿20? ¿21? — Hace una pausa y se responde así mismo—; lamento mi memoria, ya me acordé; cumples los 21 el 31 de octubre, junto con tu mellizo, Adam, ¿correcto?
— ¿Disculpe? — Pregunto asombrada por toda la información que me terminó de decir sobre mí.
—Admito que llamaste mi atención desde que te vi, me dio curiosidad saber más sobre ti. Pero al parecer no fui el único al que... le gustaste.
— ¿Qué quieres decir con eso?
—Llegamos. Bájate y actúa como una buena puta, di una buena paga—. Se baja del deportivo. Respiro para no perder el control e imito su acción.
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Secreto prohibido
RomanceAmara Brown siempre ha creído o bueno, se ha tratado de convencer de que su vida es perfecta. A sus 20 años, lo único que piensa es en terminar su carrera universitaria y seguir en su burbuja de: "Tengo una vida perfecta". Pero... ¡Oh sorpresa! Amar...