Amara
Miro mi reflejo en el espejo... mi cabello ya está mucho más largo, mis tatuajes son llamativos, y lo que más atrae de mí son mis ojos grises... Nada mal.
A veces, es difícil para mi dejar de admirarme. Si, tengo mis momentos en los que estoy como la mierda, pero otros en los que es absolutamente todo lo contrario.
Mi móvil vibra, es número privado. Contesto, segura de que es Dalila.
―Bebe, ¿Cómo estás?
Definitivamente Dalila esta loca. ¿Qué le pasa? ¿Tiene memoria a corto plazo?
―Dalila― le hago saber con mi tono de voz que no estoy para bromas.
―Que grosera, antes me tratabas diferente.
― ¿Antes de que me trajeras a Grecia con engaños? ¿O antes de que intentaras secuestrar a dos niñas? ― Trato de contenerme, pero es un poco difícil cuando se trata de esta mujer.
―Bueno, es pasado, ¿no? Además, no debes de estar pasándola tan mal cogiéndote a tu hermano y a Damián.
―Yo no, ¿tu sigues cogiendo con cualquiera por 5 dólares? ― Escucho su respiración, como se agita poco a poco y se que no le gustan mis respuestas, pero no me dejaré mas de ella y no tengo porque actuar de manera hipócrita.
―Bien, tu no cambias― se ríe a través de la línea― Pero te llamaba para ver si estabas lista, en una hora nos vemos donde acordamos, amiga.
―No tienes porque recordármelo. Créeme, estoy esperando ansiosa― Alicia entra junto con Katherine y Eris, les hago una seña para que me esperen un momento.
―Solo que se me había escapado un detalle― suspira dramáticamente― ven sola― me rio y eso al parecer no le hace mucha gracia― hablo en serio. Será una charla solo de las dos, no tienen porque venir guardaespaldas, ni alguno de tus amantes o lo que sea.
―Bien― le aseguro, sabiendo que obviamente no iré sola. Con Dalila nunca se sabe.
Cuelga la llamada y centro mi atención en las niñas.
― ¿Todo bien? ― Les pregunto mientras me siento en la cama, al lado de ellas. Miro la hora; tengo que empezar a salir ya, pero siempre tendré tiempo para ellas.
―Es que... queríamos decirte algo― empieza Katherine. Ella es la mas "tierna" de las 3, y así mismo es un poco más tímida.
―Sip, algo muuy importante, hermanita. Es un permiso― sonríe Alicia.
― ¿Y que seria eso? ― Miro a Eris, que, así no me vea supongo que será quien termine de pedir dicho permiso.
―Tenemos una compañerita en común que celebrara su cumpleaños en su casa, una fiesta de pijamadas. Y nos invitó a los 3. ¿Podemos ir?
―No lo sé... no creo que sea lo mejor. ¿Ya lo hablaron con tu papá?
―Nop, todavía no― responde Alicia― porque tu lo vas a convencer.
― ¿Yo? ― La miro de forma interrogativa, ella solo hace un puchero y pone esos ojitos...
―Por fis...
―No depende de mí únicamente. Lo hablaré con Damián. ¿Cuándo es la fiesta?
―Pasado mañana― responde Kath emocionada.
―Mañana les doy una respuesta. Y ya es tarde niñas, deberían irse a la cama― las acompaño a sus respectivas habitaciones y les doy un beso en la frente de buenas noches.
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Secreto prohibido
RomanceAmara Brown siempre ha creído o bueno, se ha tratado de convencer de que su vida es perfecta. A sus 20 años, lo único que piensa es en terminar su carrera universitaria y seguir en su burbuja de: "Tengo una vida perfecta". Pero... ¡Oh sorpresa! Amar...