Amara
La luz suave del amanecer se filtra a través de las cortinas de la habitación, iluminando esta misma de una manera que hace que me duela la cabeza. Me levanto yendo por los pasillos, trato de no hacer ruido para no despertar a los demás.
Admiro las paredes que ahora están decoradas con fotos de nuestra familia. Guardamos uno en especial para cuando nazca el nuevo integrante de la familia. Me acerco a la ventana que da hacia el jardín, admirando la vista. Tener 9 meses de embarazo y estar a 38 grados no es de mucha ayuda. Agregando que ahora parezco una papa andante, esa no es una buena combinación.
― ¿Qué haces? ― Me giro cuando escucho la voz de Damián― deberías estar descansando.
―El día acaba de iniciar― doy una vueltita sonriente― y, estoy perfectamente bien― respiro profundamente tratando de ignorar una contracción un poco molesta.
― ¿Estas bien? ― Adam me sostiene.
―Si... solo fue un poco mas fuerte de lo normal― me enderezo como puedo, últimamente el o la bebe anda muy inquieto. Tenemos los nombres preparados por si es niño o niña, los 3 decidimos que fuera sorpresa, aunque su habitación ya esta lista para la llegada.
―Debes estar en cama, es peligroso que andes por ahí.
―No me regañes, Damián. Puedo caminar, ¿entendido?
De mala gana asiente. Todos estos meses tenemos consultas seguidas, al principio, nos dijeron que lo mejor era abortar al bebe, ya que podría venir con problemas, decidimos esperar un poquito más y para nuestra sorpresa, no salió nada anormal en los exámenes.
Si, todo el embarazo esta sano, nada de malformaciones, el único detalle es que cuando digo que parezco una papa andante, es verdad, subí muchísimo de peso. Se supone que debería estar las 24/7 quieta, pero eso es imposible.
Y, no es que sea un embarazo de alto riesgo como tal, solo que mis hombres son muy, muy sobreprotectores conmigo.
Durante estos 6 meses y medio prácticamente he estado en casa, nos hemos escondido de todos los hombres de la bestia y de la bestia. No temo por mí, ahora temo por una nueva personita.
― ¿Tienes hambre? ― Asiento de manera frenética.
―Siempre tengo hambre, Damián.
―Pediré que te preparen algo hermanita― Adam camina velozmente, supongo que a la cocina. Si necesito algo, el no espera mas de 5 segundos antes de resolver.
―Dios mío, he subido bastante de peso― trato de mirar mis pies pero solo me veo la panza.
―Te ves jodidamente majestuosa de todas las formas posibles― Damián me toma por detrás, alzándome.
― ¡Oye!
― ¿Qué? No pesas, amor. Y créeme que jamás te dejaría caer.
Me roba un beso, una pequeña sonrisita se me escapa cuando toca mi vientre e inmediatamente se mueve allí.
― ¿Ves? Me siente― susurra. Los ojos de Damián se iluminan y alcanzo a observar una sonrisita.
―Es demasiado inquieto― hago un pequeño puchero.
―Se parece a ti.
―Naah.
La mañana se va rápidamente, las niñas hacen sus tareas muy juiciosas mientras Sonny, Rebe y yo pasamos la tarde. Bueno... no solo nosotras.
―Ares solo sabe dormir― Sonny bebe un poco de su café.
―Belleza, tiene 4 meses, ¿Qué más quieres que haga?
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Secreto prohibido
Roman d'amourAmara Brown siempre ha creído o bueno, se ha tratado de convencer de que su vida es perfecta. A sus 20 años, lo único que piensa es en terminar su carrera universitaria y seguir en su burbuja de: "Tengo una vida perfecta". Pero... ¡Oh sorpresa! Amar...