Capítulo 33 🖤

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Amara

―Adam... es complicado― trato de alejarme para evitar esta conversación, pero no me lo permite.

Tengo algo de miedo, lo admito. Me siento rara, me siento rara porque a pesar de que me cogí a Adonis estando enamorada de mi mellizo, se las razones por las que lo hice, sé que no fue por amor. Pero con Damián... con el todo es diferente. Siento que es una persona que tiene el control y no lo cede... eso me pone muy nerviosa.

―Me importa una mierda, Amara. Dame una maldita explicación para todo esto. Empezando por esa maldita herida― señala.

―Me dispararon― susurro, tratando de restarle importancia, pero el rostro de él se convierte.

― ¿Quién? ― Aprieta su mandíbula.

―Adam...

― ¿Quién? ― Veo como poco a poco se pone rojo de la ira.

―Los hombres de Adonis― ahora el que trata de irse es el, pero lo detengo― ¡Cálmate, joder! ¿Qué mierda se supone que vas a hacer?

― ¡Te lastimaron, Amara...!

― ¿Y? Estoy viva, Adam. No hagas una locura por favor. La bala no iba para mí, estaba destinada para Damián.

―Espera, ¿me estás diciendo que recibiste una bala por Damián?

Tomo aire, llenando mis pulmones y teniendo fe en que mi voz no me va a fallar, decido hablar...

―Si, recibí una bala por el― hago una corta pausa queriendo controlar el temblor de mis piernas― te amo, Adam, lo sabes. Te amo más que a nada...

―Eso ya lo sé― murmura.

―Pero desde que vi a Damián por primera vez, en LA, me sentí muy diferente. Sentí... lo que jamás había sentido por otro hombre que no fueras tu. Siento un cosquilleo, unas sensaciones raras en mi estómago y...

―Estás hablando muy rápido, respira― para mi sorpresa, no se escucha enojado.

―Siento esa rara conexión con el... Y por más que trato, no puedo reprimirla. Perdóname...

―No te disculpes― cuando mis ojos comienzan a picar por las lágrimas que trato de que no salgan, Adam con suavidad me atrae hacia él.

―No fue algo que escogí, pero no logro sacarlo de mi mente. Y... admito que he llegado a pensar en el de una forma sexual y tal vez un poco más allá de eso...

Los segundos pasan, luego los minutos y Adam no dice nada. Por alguna razón quiero llorar, quiero gritar, no se que son estas sensaciones nuevas para mí.

―Adam...― tomo su rostro en mis manos― di algo por favor. No te quedes callado. Tu silencio me mata.

―Uno no siempre puede decidir que sentir y por quien, simplemente sucede.

― ¿Solo dirás eso?

― ¿Sientes que algo te falta si no estas con él?

―Oye. No. No hagas eso. No malinterpretes las cosas. Me siento genial contigo, te amo y adoro, solo que desde que lo conozco a él... me hace sentir "cosas" ...

― ¿Lo amas?

―No puedo responder a eso, creo que es muy poco tiempo para decidir si lo amo o no.

―Pero recibiste una bala por él― me recuerda.

―Porque me importa― confieso― Y fue un impulso, no lo pensé en cuanto vi que le iban a disparar. Solo corrí tratando de evitarlo, mi mente estaba en blanco en esos momentos.

Secreto prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora