Amara
Estos días no han sido tan fáciles, Adonis está tratando de volverse a reincorporar, no es una novedad que lo dejé demasiado mal.
Exactamente hace 2 semanas cremamos el cuerpo de Kath y sembré un pequeño árbol con sus cenizas. No fue nada fácil y tampoco lo fue cuando me informaron que había sido abusada, probablemente antes de fallecer. Admito que, en medio de todo, pensé en entregarme a él, entregarme y buscar la forma de asesinarlo, pero Adam y Damián me hicieron pensar en Alicia, en las chicas, en ellos.
Adonis cada vez me tiene mas odio, me he aliado con familias poderosas, muy poderosas. Estoy fastidiándole, sé que no puede progresar, sé que esta furioso, pero espero que esto solo sea el comienzo.
―Señorita Amara, ya tenemos lista la avioneta― tiro lo que queda de mi cigarro, apagándolo.
―Bien―, tomo una profunda respiración― quiero que exploten todo ese lugar, ¿entendido?
―Si, mi señora― todo el mundo sabe que soy la mujer de Damián, no se atreven a faltarme el respeto y se que mi nombre empieza a resonar por todas partes.
―No tienen permitido irse hasta que acaben con todo, incluido con los hombres, mujeres, los que se encuentren allí. Sin misericordia― Egan asiente. Adonis está tratando de hacer un laboratorio, permití que lo instalará para que le doliera más cuando acabe con eso.
Y, para mi sorpresa, me enteré que están unas personas organizando todo, hombres y mujeres de la bestia. Todos morirán. Él no piensa tener piedad conmigo así que yo tampoco la tendré.
―Todo quedara como usted desea, téngalo por seguro― El aire me golpea, empieza a brisar un poco. Hace frio, pero el clima es agradable.
Entro a la avioneta, reviso todos los explosivos y las armas que llevan de repuesto. Sonrío satisfecha y salgo, dando espacio para que entren.
―Que tengan un excelente viaje― Egan asiente, se prepara y luego despegan.
― ¡Amara! ― Escucho los gritos de mi hermana y corre hacia mí, abrazándome. A su lado viene Damián, viste una camisa y un pantalón negro, tiene una de esas cadenitas puestas y su arma sobresale. Cuando esta lo suficientemente cerca, siento su perfume.
―Alicia― la tomo en brazos, la lleno de muchos besos mientras ella se ríe. No la suelto mientras miro mal a Damián.
― ¿Qué? Deja de mirarme así― hace una pausa― o no, voy a grabarme esa mirada y después me la tatuaré.
― ¿Por qué la sacaste de allí? No es seguro que este por fuera. ¿Y Eris? ¿Y Hayley? ― Ignoro su comentario, no estoy para bromas.
― ¡Esa casa es muy aburridora, además todas los extrañábamos! ― Interrumpe mi hermana.
Permití que las chicas fueran a lo de Kath, después de eso, de forma inmediata las envié a una casa de seguridad.
No están a salvo conmigo. Nadie lo está.
―Te entiendo, Alicia, pero tienes que ayudarnos. No es seguro que estes en otro lugar.
―Extraño ir al parque o a cursos por fuera de casa― hace un puchero y parece que esta a punto de llorar.
― ¿Quieres que te suceda lo mismo que a Katherine? ― La miro fijamente y no la suelto. No me responde a esto― porque no puedes arriesgarte saliendo a sitios, no por ahora. Es peligroso y soy tu hermana, debes obedecerme porque lo que hago es velando por tu seguridad― tal vez soy un poco dura con mis palabras, pero necesito que entienda.
―No me agrada la idea de que estén solas, sin nosotros― comienza Damián.
―Al menos están seguras― bajo a Alicia y le acomodo su vestidito de flores.
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Secreto prohibido
RomanceAmara Brown siempre ha creído o bueno, se ha tratado de convencer de que su vida es perfecta. A sus 20 años, lo único que piensa es en terminar su carrera universitaria y seguir en su burbuja de: "Tengo una vida perfecta". Pero... ¡Oh sorpresa! Amar...