Capítulo 39🖤

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Amara

―Amara, ¿crees que funcione? ― Hayley me hace un puchero.

―Claro, ese vestido es precioso― la animo. Irá a una fiesta y quiere quedar con un chico.

― ¿Si me veo linda? ― Se mira en el espejo y me hago detrás de ella. Toco suavemente sus hombros.

―No, no te ves linda, te ves divina― nos miro a ambas en el espejo. Somos tan parecidas, lo único que cambia es nuestro tono de piel.

― ¿Y que pasa si siento que no encajo? ― Suspira y se sienta en el tocador, tomo un cepillo y comienzo a organizarle su cabello.

―Me llamaras y patearé el trasero de quien sea necesario― sonríe ante mi respuesta. Le hago una hermosa trenza y la ayudo con su maquillaje.

―Eso espero... es difícil interactuar con personas de mi edad, rara vez obtengo este tipo de permisos.

―Dale tiempo a tu papá, sabes que en este mundo todo es diferente y las cosas son un poco mas pesadas de lo normal.

―Hablando de papá, ¿Cómo van las cosas con él y con Adam? ― Hace muecas "sexis" que solo me provocan risa.

―Si te soy sincera no me he sentido mas feliz en mi vida que en estos momentos.

― ¿Los amas? ― Vaya... no me esperaba esa pregunta.

― ¿Amarlos? ― Me rio― creo que mis sentimientos van mucho más allá de eso. Tengo esa conexión con los dos. Y... es obvio que amo a Adam y, con Damián, bueno, recibí una bala por el― sonrío al recordarlo. Su cara de preocupación me hizo saber lo mucho que le importaba aun sin estar juntos― y podrá ser muy pronto y de mi boca no saldrá siempre esa palabra, pero si, los amo a los dos.

Hayley sonríe ante mi respuesta.

―Me da gusto saber que hay una mujer que ama de forma sincera a mi padre― se levanta y le tiendo un perfume― mamá nunca lo hizo y para serte sincera, siempre se rodeaba de mujeres interesadas.

Miro el reloj y Hayley imita mi acción, ambas sabemos que llegará tarde así que nos apuramos y bajamos. Me despido de ella y no entro nuevamente hasta que su coche arranca.

La casa es mas silenciosa de lo normal, las niñas están en su fiesta y Hayley... pues acaba de irse igual.

Voy al mini bar y me sirvo un trago, Dejo que mi cuerpo se relaje un poco.

― ¿Cansada? ― Sonrío como adolescente enamorada cuando escucho la voz de mi hermano, siento a Damián atrás mío, quien comienza a darme leves masajes.

―Un poco― admito y me recuesto en el pecho de Damián.

―Creo que podemos hacer que eso mejore― la voz ronca de Adam hace que me emocione.

― ¿Ah sí? ― Me giro, mirándolos a los dos de frente― Aunque, pensándolo bien, ustedes se ven un poco cansados― me acerco a ellos poco a poco, hasta que logro que se sienten en un sofá.

Me recojo mi cabello en una coleta improvisada mientras me arrodillo. La mirada de los dos se oscurece y capto como sus respiraciones se vuelven irregulares.

Damián sonríe mientras ayudo a que se quite su vestimenta, mi hermano me observa fijamente, esperando mis siguientes movimientos. Los torturo yendo lentamente. Muerdo mi labio inconscientemente, mirando sus erecciones. Ambos están duros, duros por mí.

Lamo su polla como una paleta, mientras que con mi otra mano acaricio a Adam. La introduzco en mi boca, Damián suelta unos cuantos jadeos y eso es música para mis oídos. Me turno, yendo esta vez con mi hermano. Chupo todo el camino, me ayudo con mis manos, es imposible que me quepa todo. Son de un tamaño generoso y a simple vista me atrevería a asegurarles a ambos aproximadamente 26cm.

Secreto prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora