Capítulo 25🖤

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Amara

Han pasado 2 días desde que estamos en esta cabaña. Para mí ha sido una eternidad. El primer día al menos había señal, ahora no. El resumen de lo que he hecho hasta ahora es enseñarle y explicarle temas a Kath. Ella se pone muy feliz por eso.

Por otro lado está Aster, quien ha estado muy insistente sobre si hay un plan para escapar de aquí. Siempre trato de desviar el tema porque no quiero que nadie escuche sobre eso, pero ella no colabora mucho.

―Mar, ¿por qué no puedo saber? No... no le contaré a nadie.

―No hay nada que contar... la bestia es mi marido y...

―No mientas, vamos, estamos en medio de la nada, no hay ni micrófonos por aca. Soy tu amiga, puedes hablar conmigo con toda la libertad del mundo.

Termino de secar los platos de la cena y los pongo en su lugar. Estar aquí sin poder hacer muchas cosas es deprimente.

―Aster, pase lo que pase estarás conmigo. No te dejaré, eres mi amiga.

―Entonces... ¿si huiremos?

Desvío mi mirada hacia otro lugar que no sea ella. Supongo que puedo confiar en ella, es mi amiga después de todo.

―Si, lo haremos junto con Alya y Katherine.

― ¿Cuándo?

―Más pronto de lo que te imaginas.

―Uhm... ¿como sabes con certeza que si funcionara?

―Hice un trato.

― ¿Un trato? ¿Con la policía?

― ¡No! Con otro mafioso. Él quería vengarse, así que ayude un poco a eso, y a cambio seré libre de la bestia.

―Lo... lo vendiste.

―Aquí lo que importa es que huiremos, Aster. Te sacaré de esta mierda de vida. Seremos libres.

Asteria comienza a respirar pesadamente, comienza a mirar hacia todos lados y luego sale prácticamente corriendo a su cuarto.

― ¿Padre no te castigará por eso?― Me sobresalto cuando escucho la voz de Kath.

―Escuchar conversaciones ajenas es malo, Katherine― la reprendo.

―Lo sé, pero no pude evitarlo, lo lamento. No le contaré nada de lo que escuche, mamá siempre decía que era muy malo. Estoy de tu lado, Amara― me toma de la mano delicadamente.

Asiento sin saber qué decir. Pasa 1 hora aproximadamente y me encuentro sentada en el sofá con Ágata y Kath, jugando jenga.

― ¡Amara, perdoname!― Me levanto de golpe cuando Aster llega corriendo― ¡No se si ya es muy tarde, pero perdoname!

― ¿Qué sucede?― Mi corazón se agita, como si supiera que algo malo, muy malo va a suceder.

―Yo... le conté todo a Adonis, lo escucho el mismo.

― ¿Qué carajos estás diciendo, Asteria?― Retrocedo, siento que mi corazón deja de latir.

―Yo... él empezó a desconfiar hace no mucho, y... me prometió que si lo ayudaba sería libre, completamente libre, pero hace 2 noches no pude más, después de hablar contigo lo llame y le dije que eras leal a él, que no lo engañarias por nada del mundo, le dije eso sabiendo que era mentira, lo hice porque no quería traicionarte... llevarte a la muerte.

Ahora... ahora lo entiendo todo. La insistencia de ella, la llamada... dios, ¿como fui tan estúpida?

―Pensé que eras mi amiga― susurro, sabiendo que estoy acabada. Una sensación familiar llega a mi, la misma que sentí cuando la persona que creía que era mi mejor amiga me mintió para que traficara droga...

Secreto prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora