Amara
Entramos a la mansión, todos los hombres llevan lo que compramos a la habitación de Adonis, bueno, a la mía... a la nuestra pues.
— ¿Qué es todo eso? — Entra Amanda.
—Mis compras.
— ¿Todo eso compraste? — Inquiere.
—Amanda, te recomiendo que no utilices ese tono con Amara, no es un secreto en la mansión que ella será la mujer de nuestro jefe, de la bestia.
— ¿Y tú quién te crees para venir a hablarme así, Lucy?
—Soy una simple empleada al igual que tú—Deja de mirarla a ella y me mira a mí— ¿La ayudo a desempacar todo de una vez o más tarde, Amara?
—De una vez y, puedes tutearme.
—Como ordenes, Amara.
Caminamos a la habitación para organizar todo dejando a una Amanda echando fuego por las orejas abajo.
—Bien, creo que deberíamos empezar por la ropa. Hay bastante.
—Oye, Lucy.
— ¿Si?
—Conoces a Asteria, ¿no?
—Por supuesto, el rumor de que el jefe la sacó de allí abajo e hizo una excepción con ella no es para nada un secreto. Se murmura de eso en todas partes.
— ¿Sabes que planea hacer con Asteria?
—Creo que por el momento nada. Solo la tiene encerrada en una mejor habitación y le da comida decente. Supongo que lo hizo para satisfacerte. Se una buena esposa y puede que si se lo pidas el empiece a soltarla o dejar que ustedes dos salgan de compras o esas cosas.
—Gracias...
—Esta blusa esta maravillosa—, la saca de la bolsa—Creo que se te vería hermosa con el short.
— ¿Está encerrada en la misma habitación que anoche? — Ignoro su comentario.
— ¿Asteria? Si, por supuesto—. Tomo unas bolsas que tenía separadas y me dirijo hacia donde esta Aster. Abro la puerta y, ¡sí! Está sin llave para mi suerte.
—Hola—, dejo las bolsas en la cama y la muevo para que se despierte ya que la encuentro dormida.
— ¡Mars! — Se sienta de golpe— ¿Cómo estás?
—Dentro de lo que cabe bien, ¿y tú?
—A comparación de como estábamos antes, no me quejo. ¿Ya almorzaste?
—Sí, ¿y tú?
—También—, se acomoda mejor y veo que tiene su pierna encadenada.
— ¿Una cadena? Eso no estaba allí anoche.
—No, me la pusieron esta mañana para prevenir que intente escaparme o algo por el estilo—Sigo observando esta y es larga—. ¡Pero mira! — Se levanta de la cama—, puedo caminar por toda la habitación sin problemas. Y también hay un reloj y un baño propio—, da mini saltitos emocionada.
—Vale—, le tiendo las bolsas—, a lo que vine.
— ¿Para mí? — Abre los ojos con asombro, no se lo cree.
—Para ti—, afirmo—No se tu talla con exactitud pero creo que te quedará bien.
—Santos cielos, muchas gracias—, me da un abrazo el cual correspondo instantáneamente— ¿Puedo ver todo ya?
—Por supuesto, es todo tuyo.
Empieza abriendo primero la bolsa del perfume, es uno dulce pero no hasta el punto de que hostiga. No sé, lo olí en la tienda y dije; perfecto para Aster.
ESTÁS LEYENDO
Secreto prohibido
RomanceAmara Brown siempre ha creído o bueno, se ha tratado de convencer de que su vida es perfecta. A sus 20 años, lo único que piensa es en terminar su carrera universitaria y seguir en su burbuja de: "Tengo una vida perfecta". Pero... ¡Oh sorpresa! Amar...