Capítulo 23 🖤

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Amara

Las semanas pasan lentamente mientras que mis pensamientos me consumen cada vez más. No puedo parar de pensar en muchas posibilidades... y cielos, eso me quita el sueño por las noches. Vivo con un miedo constante a cada rato, preguntándome; ¿qué es lo que me espera el futuro?

El imperio de Adonis cae lentamente cada vez más, eso ocasiona que esté demasiado insoportable, mientras que Agata le da la mayor información posible a Damian, así que el imperio de él al parecer crece cada vez más. Se supone que, como lo habíamos acordado, el traidor sería Mario, pero Adonis comienza a sospechar de alguien de adentro. Y claro, la idea es hacer que piense que son sus "socios".

Mi hermano cada vez se desespera más por tenerme cerca... amenaza con que vendrá hasta aquí... aunque, es muy poco probable... ¿no?

―Buenas tardes señorita―, salgo de mi trance cuando Agata entra a la habitación―, su desayuno está listo.

―Gracias Alya, bajo enseguida―. Me termino de peinar el cabello. Pongo un poco de maquillaje sobre mi rostro para no lucir tan pálida.

Con pasos firmes bajo las escaleras que me llevan hasta el comedor.

―Buenos días―, saludo a Adonis, tratando de que mi sonrisa sea lo más genuina posible.

―Buenos días, Amara―, me devuelve el beso. Luce... un poco serio.

― ¿Todo está bien?

― ¿Tú qué crees?― Me asusto un poco, su forma de reaccionar es algo agresiva―. ¿¡Tu que carajos crees!?― Me sobresalto ante su grito.

―Entiendo que...

― ¡Todo está del carajo, Amara! ¡Nada está malditamente bien! ¿¡Crees que algo va correctamente últimamente!?

Cuando veo que se acerca un poco más, intento retroceder, pero el es mas rápido, tomándome del cuello bruscamente. Llevo mis manos a su agarre, tratando de liberarme pero es imposible, es mucho más fuerte que yo.

De una sola maniobra me tumba en el comedor, mi espalda impacta contra todo lo que yacía allí.

―A-adonis―, murmuro, desesperada. Mis ojos lagrimean y siento que comienzo a ver borroso.

Trato de empujarlo con mis piernas pero su agarre es demasiado fuerte. No quiero hacer un movimiento demasiado arriesgado, porque sé que en cualquier momento muchisimas armas me estarian apuntando directamente a mi cien.

― ¡Señor!― La voz de Ágata retumba en mis oídos, no mucho después soy liberada del peso de la bestia.

Respira pesadamente mientras que ella lo sujeta.

― ¿Quién crees que eres, Alya?

―La persona que vela por el bienestar de su esposa. Para eso me contrató, señor―, responde ella segura.

Adonis vuelve en sí a los pocos segundos. Me observa mientras me incorporo. Me repara detenidamente. Como me gustaría poder saber lo que pasa por esa cabeza.

― ¿Ya?― Pregunto, tratando de sonar lo más calmada posible―. Soy tu mujer, no tu puto saco de boxeo. Si quieres desquitarte con alguien, no lo hagas conmigo. No es mi jodida culpa que tengas a unos incompetentes trabajando para ti.

Tiemblo del miedo, pero trato de no hacerlo tan notorio. Kath hace presencia al igual que Aster.

― ¿Que paso aqui?― Le hago una seña a Kath con la mano para que no hable.

―Alya, manda a recoger todo esto y que preparen un nuevo desayuno para Katherine y Asteria, no tengo hambre, se me fue el apetito―. Miro una vez más a Adonis antes de darme la vuelta, caminando hacia el patio.

Me siento en el césped, sintiendo la brisa de la mañana. Pido un cigarrillo y sin prisa me fumo este. Tratando de despejar un poco mi mente respecto a todo. Un par de horas me quedo así... mirando a la nada sin más.

―Hey―, me sobresalto ante la presencia de Aster―. Perdón, no te quería asustar.

―No te preocupes, estaba algo distraída.

―Vi lo que sucedió con la bestia. Amara... me quiero ir, por favor.

―Aster...

―Tu debes de tener algún plan para escapar, ¿no es así? Amara, por favor, tengo miedo. Este ambiente no es mucho de mi agrado. Solo... solo quiero tener algo de paz.

―Hola―, Agata aparece. Observo de reojo como Aster hace una mueca.

―Aster, ¿podrías ir a jugar un poco con Kath? Por favor―, no dice nada mientras se levanta, yendo por Kath quien no se encuentra muy lejos de aquí.

―Agata...

―Lo sé, Amara, sé lo que dirás. Y ya hable con Damian. Muy pronto ya nos marcharemos.

― ¿Cuanto tiempo es "muy pronto"

―Esta semana, en 4 días aproximadamente. Damian está muy satisfecho con todo lo que ha podido recuperar.

4 días... 26 de Abril... ¿Será ese el día en el que por fin podré ser libre?

―Perfecto―, asiento―. ¿Estaba más calmado?

― ¿Adonis? Si, lo dejaste como bobo con lo que le dijiste. Solo se que se fue porque "encontraron" una supuesta pista de Mario.

―Hablando de Mario... ¿qué ha pasado con él?

―Creo que entre menos sepas, es mejor, Amara. Al menos por tu seguridad―. No hablo más sobre el tema.

Las horas pasan y me dedico a Kath, hago de maestra y le enseño algunas cosas. Es una pequeña muy inteligente, le encanta leer. Me encuentro con ella sobre mi regazo leyendo "el principito".

Mi corazón comienza a latir un poco más rápido cuando siento la presencia de Adonis.

―Katherine, retírate por favor―, la pequeña asiente sin rechistar y se marcha.

Me levanto, mirándolo fijamente.

― ¿Ahora que? ¿Vienes a asfixiarme nuevamente?

―No, para nada. Vengo a decirte que hagas maletas.

― ¿Maletas? ¿Para qué?

―Te irás unos días a una cabaña. Junto con Katherine, Asteria y Alya. Y obviamente personal de seguridad.

― ¿A qué se debe ese cambio?

―La policía está pisandonos los talones. Es mejor despejar esta mansión un poco. Estoy moviendo a gente también, aquí quedarán solo personas requeridas.

― ¿Y tú? ¿Vendrás con nosotras?

―No, yo tengo tratos que cerrar y tengo que estar pendiente de otras cosas.

Asiento sin decir nada. Adonis se acerca a mí y de repente me sorprende con un beso. Nos separamos por falta de aire. Suelto un pequeño jadeo cuando me suelta.

―Lo siento, no fue la forma correcta de reaccionar esta mañana. Tengo muchas cosas en la cabeza y algunas no están saliendo como esperamos.

―Acepto tus disculpas, pero que sea la última vez que sucede algo así.

―Por supuesto―, asegura.

― ¿Cuántos días estaremos en esa cabaña?

―Aún no lo sé. Hasta que las cosas estén mejor.

Respiro profundamente. Todo esto acabará pronto. Me aseguro. Todo estará bien dentro de poco y podré volver a mi vida normal.

Secreto prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora