Capítulo 35🖤

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Amara

Golpean la tan fuerte que me empiezo a asustar (mas de lo normal, claro) Además, ¿Cómo no estarlo? Con tremendo lio en el que nos metió Rebe.

― ¡Amara, abre la jodida puerta! ― Damián pierde la paciencia.

―Nena, abre, está bien, ¿sí? ― Ahora es mi mellizo quien habla, siento que cree que quien solloza soy yo.

― ¿Y si saltamos por la ventana? ― Susurra mi amiga, con su loca idea.

― ¿Perdiste la cordura al 100%? Te puedes lastimar.

Casi al instante Rebecca grita tras un fuerte ruido. Adam ha disparado a la cerradura.

― ¿Y A-Ángel? ― Tartamudea Rebe y yo tomo su mano tratando de tranquilizarla.

―Se encuentra abajo, deberías ir con el― ordena Adam― necesitamos tener una charla― me mira tras decir esto.

―No, no necesitamos ninguna charla― respondo ya que Rebe está cada vez más pálida.

―Dios mío, tu perfume huele asqueroso― señala a Damián para luego vomitar por todo el suelo de la habitación.

Los chicos no saben que hacer mientras sostengo el cabello de mi amiga para que no se ensucie.

―E-estoy bien...― Damián me ayuda a sostenerla cuando se desmaya, pero al instante llega Ángel, quien no duda en cargarla.

― ¿Qué carajos? ― Pregunta más para el que para nosotros.

―Yo no estoy embarazada― suelto y todos me miran confundidos.

Tomo aire y me preparo mentalmente para decirlo. No puedo permitir que estos 2 hombres crean que estoy en la espera de un bebe cuando no es así.

―Entonces... Ángel, o ve mirando si compras algún te, o si compras una cuna. Rebe aun esta muy sorprendida. Que lo piense bien antes de tomar alguna decisión.

Me dan ganas de reírme ante la expresión que pone. Parece que ha visto al mismísimo diablo.

―Espera, ¿no estas embarazada? ― Mi mellizo sigue algo confundido.

―No, al menos no por el momento― bromeo, tratando de que la situación no sea tan incomoda, pero nadie se ríe.

―Me llevare a Rebecca a casa― Ángel no espera y sale con ella en brazos.

La habitación queda en un silencio terrible. Estoy apunto de romperlo, pero Damián lo hace por mí.

―Bien, tendremos esta conversación ya. Estoy cansado de darle largas.

― ¿Aquí? ― Mi hermano alega.

―Tú también quieres hacerlo. Dejemos de mentir y de evitar las cosas, ¿sí? ― Tengo la atención de los dos y mi nerviosismo sale a flote.

―Bien, sea lo que sea, ¿pueden hacerlo rápido? Estoy cansada.

―Estas consciente de que nos quieres a los dos, Amara― empieza el mafioso.

―Aja, también quería un dragón de pequeña, pero...

―Nena, basta. Es una conversación seria.

―Estoy seria, Adam― me cruzo de brazos.

―Te acuerdas que hace no mucho tuvimos esta conversación, ¿no es así? ― Asiento ante la pregunta de mi hermano.

―Queremos que seas nuestra― me sobresalto cuando Damián se me acerca. Me susurra y todo en mi se eriza.

Secreto prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora