10.- La primera sesión

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Como Alejandra acababa de llegar de Europa. Aún no tenía un consultorio. De manera que decidió improvisar uno en el estudio de su apartamento. Fue a comprar un precioso sillón reclinable blanco acolchonado. El cual puso al centro de la habitación. Instaló junto a él una cómoda silla ergonómica del mismo color, que había comprado en línea. Esa sería para ella, debido a lo que había experimentado en sus clases, era importante que el terapeuta también se sintiera cómodo en todo momento. Así prestaría completa atención al paciente. Instaló su cámara Nikon en un trípode quedando frente a ellas. Se encontraba lista a grabar en el momento que pulsara el botón de rec. Mantenía cercas una libreta con la que tomar notas. Por último, su celular como medida preventiva a captar el audio. Descubrió, en el tiempo en el que realizó sus estudios, que era mejor pecar de precavida a perder alguna información importante. La cual podría ser esencial para ayudar a sus pacientes.

Como siempre. Julieta llegó cinco minutos antes de las ocho al apartamento de Alejandra. Se sentía cuál conejillo de indias. La verdad estaba muy dudosa de que el tratamiento pudiera funcionar. Lamentablemente, se había comprometido con Alejandra y no podía jugar sucio.

—Hola Jully, bienvenida. Entra por favor. —Abrió la puerta Ale. Dándole un beso y abrazo.

—¿Y qué sucedió con Joel?

—En la tarde comimos juntos. Platicamos de todo un poco y me acompañó a comprar un sillón para comenzar mis sesiones. Me encuentro muy emocionada. Estoy segura de que esto te va a servir. De mí te acuerdas.

—No dudo de ti. Solo del método, pero no me hagas caso.

—Jully. Necesito que abras tu mente. Es importante que todos tus canales sensoriales estén dispuestos a entrar en estado hipnótico.

—Lo intentaré. ¿Ya no verás a Joel el día de hoy?

—Sí, sale de su trabajo a las doce de la noche y estaremos juntos.

—¿Y siempre le toca la misma guardia?

—No. Está cubriendo a un amigo que salió de vacaciones.

—Le comenté a Roberto de la terapia y no le pareció que fuera muy buena idea.

—Lo imagino. Él jamás ha albergado mucha fe en mí. ¿Te molesta si iniciamos?, ya que por lo que veo estás renuente a llevar a cabo la terapia. Debido a que tenemos un trato no te queda más remedio. Así que. Al mal paso, darle prisa.

Ingresaron al estudio y Jully se recostó en el sillón reclinable. Ale abrió su reproductor de audio en su laptop y empezó a reproducir una lista de música relajante. Prendió la cámara y la puso a grabar. Al igual que el audio de su celular.

—Estoy filmando la sesión, ya que es importante para mí que no se pierda ningún detalle que nos pueda servir de ayuda. A continuación, te voy a hacer unas preguntas con las que podré realizar tu expediente. Sé que te parecerá tonto. Te conozco, pero esto tiene que hacerse de forma profesional. ¿Estás de acuerdo, Julieta?

—Ya que. ¿Acaso tengo otra opción? —Levantó la ceja en forma de pregunta.

Ale sabía que iba a contestar así. Ignoró sus quejas. Estaba segura de que en cuanto dejara de tener asma se lo agradecería.

—Bien, comencemos con el cuestionario. Te pido que pongas de tu parte. Es primordial que lo tomes con seriedad. Es más, imagina que es un protocolo de tu trabajo para todos los colaboradores: ¿Me puede dar la fecha de hoy, por favor?

—Lunes 25 de marzo de 2019. —Julieta la miró con cara de fastidio por hacerle una pregunta tan tonta a su parecer.

—Disculpa por las preguntas de seguridad que te hago. Es necesario establecer que sabes exactamente en qué día te encuentras. Por favor, si confías en mí continúa con la sesión.

Amor Entre el Tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora