Al día siguiente Julieta entro en la casa de sus papás. Eufrosina la dirigió a la sala, donde no solo fue recibida por sus padres. Su hermano y su cuñada también se encontraban ahí. Eso la sorprendió, pero puso su mejor cara y los saludo de beso y abrazo a cada uno. Agradeció a su buen juicio el haber ido a su departamento para arreglarse como comúnmente lo hacía.
—Hija, cortaste tu cabello y lo pintaste de rubio. —Comentó su madre con cara de sorpresa. —Me lo dijo Herminia, pero no lo había creído.
—Así es mamá, mi vida se está llenando de muchos cambios, y lo quise reflejar con uno físico también.
—Hija realmente no entendemos por qué le rompiste el corazón a Roberto, si es un gran muchacho. —Preguntó su padre en un tono cariñoso, y desconcertado por lo que le había dicho su esposa.
—Así es, termine mi compromiso con él.
—Yo pienso que estás muy mal hija, él te ama, te salvo la vida, es un hombre muy guapo, de buena familia y de unos insuperables valores morales. —Olivia hablo más golpeado que su esposo, pero quería que su hija entrara en razón, no podía tirar tanto tiempo a la basura, con un hombre así.
—Podrá ser la mayoría de las cosas que dijiste mamá, pero calidad moral sí que no tiene, y tu amiguita Herminia me confirmó que toda su familia es igual a él.
—¿Cómo puedes decir eso?
—Porque lo confirme de primera mano.
—¿A qué te refieres?
—A que llegué a mi apartamento y encontré a mi amiga Sarah y a tu querido Robertito teniendo relaciones sexuales en mi sillón individual, ¿dime mamá, tú te habrías casado con mi papá si lo hubieras descubierto con tu amiga?
—¡No claro que no aceptarían ningún engaño, ni antes ni ahora! —Volteo a ver a su esposo con cara de advertencia.
Joaquín vio a su mujer con las manos levantadas, se sentía amagando con una pistola a punto de disparar, con la mirada amenazadora que le dirigía. Su hermano pegó un grito escandaloso, ya que le estaban contando un chisme jugoso. La alentó a que siguiera hablando.
—Sabía que no te merecía ese abogadito de pacotilla, y la bruja de tu amiguita siempre te ha tenido mucha envidia. —Dijo Joaquín su hermano, carcajeándose porque se le había caído el teatrito a Roberto.
—¿Cómo te sientes? —Preguntó Cathy a Julieta con cara de preocupación; dando un codazo a su esposo para que dejara de reír como un tonto, ya que no estaba pensando en los sentimientos de su hermana.
—La verdad es que lo he estado recapacitando y me siento agradecida de que los haya descubierto. De otra forma me hubieran visto la cara siempre. Eso me hizo entender que no amo a Roberto; creo que, si lo quería de alguna extraña forma, pero no estoy segura de que sea amor. Lo que más me dolió fue el ego y el engaño por parte de los dos. Sobre todo porque utilizaban mi apartamento como motel de paso.
—Pues hermanita, opino que llevas tu duelo rápido.
—Te ha estado buscando tu amiga Alejandra. —Le comento Cathy su cuñada.
—Saliendo de aquí voy a ir a su casa.
—Que bien porque me dijo que no ha parado de llamarte y no le contestas.
—Hija te apoyamos en la decisión que tomaste, claro que estamos contigo. Lo que me molesta es que Herminia y su hijito se dan golpes de pecho. Haciendo pasar a Roberto cuál si fuera una víctima. Están diciendo que tú lo dejaste sin razón alguna. En la mañana en el club todas me veían de tal modo como si yo hubiera sido la responsable del abandono de ese hombre sin moral. No dije nada. Me regresé a la casa muy apenada, ya que no sabía el porqué habías terminado la relación.
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Amor Entre el Tiempo.
RomanceSueños, enfermedad, visiones, son las cosas que empiezan a moverte el piso, una sesión de hipnosis te hace descubrir que estás entre dos hombres, debido a tu reencarnación, a cuál elegirías: amor o lujuria.