47.- Pide y se te dará

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Justo cuando empezaba a comenzar a leer de nuevo el diario a Julieta se le ocurrió que no precisaba ir a comprar una computadora para obtenerla, solo necesitaba adquirirla en línea y esperar a que llegar hasta sus manos y así poder hacer uso de ella. Pensó que el café era maravilloso, ya que contaba con el atributo de que le ayudaba a funcionar a su cabeza. Tomó su celular. Entró al navegador, al instante selecciono una laptop de última generación, la cual sería enviada al día siguiente. Habló a recepción comentándoles respecto a la compra, por el hecho de que había, puesto que la entrega se realizará ahí a su nombre.

Tomó de nuevo el diario un tanto, más calmada. Se recostó en la cama, poniéndose cómoda. Abrió las cortinas con el control para que se iluminara la habitación con la luz natural del día y comenzó a leer.

Busco el día 16 de febrero de 1929, pero no hallaba la hoja. Al parecer había sido cortada. Por lo menos eso aparentaba el diario, ya que se encontraban restos de varias hojas arrancadas sin cuidado. Sin embargo, logró localizar una página que estaba fechada dos días después.

Julieta terminó de leer la escueta celebración un tanto decepcionada, ya que, aunque faltaban hojas en el diario estaba segura de que, si en realidad fue verdad lo sucedido en su sueño, ella nunca asistiría a un pícnic romántico con su esposo infiel

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Julieta terminó de leer la escueta celebración un tanto decepcionada, ya que, aunque faltaban hojas en el diario estaba segura de que, si en realidad fue verdad lo sucedido en su sueño, ella nunca asistiría a un pícnic romántico con su esposo infiel. Así que solo fue una alucinación mientras estuvo dormida, por lo tanto, estaba descartado por completo. Por ese lado se encontraba tranquila. Dudaba que si lo que descubrió mientras dormía fuera realidad, respecto al engaño de Dante lo habría buscado en la actualidad. Estaba convencida de que, si alguien amaba de verdad a una persona, no tenía relaciones sexuales con otra.

Terminó de leer la parte que se hallaba registrada en francés. Continúo leyendo el diario que estaba escrito en español. Le llamó la atención la primera página en la nueva lengua. Era corta, pero con muchos mensajes ocultos. Lo sabía, de alguna manera, más no lo podía confirmar. También la contrarió que las hojas escritas en español ya no se encontraran con la fecha. Pensaba que no lo había olvidado, por el contrario, parecía que lo hizo a propósito. Por fin pasó lo que tanto pedía.

Se la pasó leyendo más páginas en las que describía su amor por él y como era feliz por estar en su compañía

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Se la pasó leyendo más páginas en las que describía su amor por él y como era feliz por estar en su compañía. Julieta no dejaba de sentirse incómoda por todas las hojas que leía en español. Le brincaba el hecho de que no tenían fecha, sabía que eso indicaba algo, pero no lograba descifrar el que. Le parecía muy raro, porque a lo largo de diario y medio que escribió con anterioridad dejó de plasmar la fecha en el instante que inició a registrar en español. Rompió el patrón que siempre mantuvo desde que comenzó con la aventura de narrar lo que le pasaba. Lo más extraño de todo fue cuando llegó al final y descubrió que solo una de las páginas tenía la fecha y fue anotada varios días antes de su muerte. También fue la última cosa que puso en el diario.

Julieta se quedó con un mal sabor de boca, al leer la última hoja del diario

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Julieta se quedó con un mal sabor de boca, al leer la última hoja del diario. Sabía que había muchas cosas raras en esas palabras, tal vez tendría que pedirle a Alejandra que le ayudara con algunas sesiones de regresión para ver si podía recordar que era lo que se escondía entre líneas del diario.

Fue hacia las cartas, pero no descubrió gran cosa en ellas. Casi todas eran de amistades que mantenían en París enviadas a nombre de su madre. Ahora se sentía inquieta y necesitaba de Esteban. Tenía una profunda necesidad de hablar con él, pero no lo haría. Se acostó en la cama exhausta de tanto pensar las cosas y se obligó a dormir.

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