Después de pagar en la posada. Julieta se subió al coche y comenzaron el viaje hacia la biblioteca de la ciudad. La intención era buscar en la hemeroteca alguna noticia del desastre natural. Mientras se dirigían al lugar. La muchacha sacó su celular y buscó en el navegador tsunami en Terranova, en Labrador, Canadá. Y como por arte de magia el buscador arrojó los resultados que tanto esperaba, aun cuando la atenazaba la dudaba de que pudiera conseguir tan fácil la información que anhelaba. De pronto dio un grito de emoción. Eso provocó que Esteban se orillara al arcén, por temor que le sucediera algo.
—¡¿Qué pasa amor, estás bien?!
—¡No lo puedo creer, aquí está! Encontré la información y al parecer sí es correcta, ya que las fechas corresponden con el tiempo que viví como Alizeé. Ahora mismo leo para todos la información que encontré. Siento haber gritado, pero me emocioné mucho.
»18 de noviembre de 1929. A causa de un terremoto de 7,4 en la escala de Richter. A 250 kilómetros de la costa de Terranova se desencadenó un deslizamiento submarino. Lo que ocasionó un tsunami que pudo notarse en todo el litoral del Atlántico. Se originó una ola de 13 metros. La cual provocó un total de 28 víctimas mortales.
»Ya busqué el nombre de las 28 personas que fallecieron, pero no aparecen. Solo presentan datos generales de la catástrofe.
—Es normal que no den detalles de un incidente que sucedió hace muchos años. Pienso que primero podríamos ir al ayuntamiento a tramitar el acta de defunción de Alizeé. O pedir permiso en el archivo de la ciudad, para rastrear entre los censos de la época. Lo malo es que no sabemos el apellido de Dante, de lo contrario podríamos buscar información de él también, pero no descartemos el indagar en los diarios de la época. En estos momentos tú decides Julieta —el maestro habló entusiasmado, al igual que la muchacha. Esa información les abría un abanico de posibilidades, evitando que claudicaran en su búsqueda.
—Me gustaría que fuéramos primero al ayuntamiento y pedir el acta de defunción. Después a la biblioteca a buscar en los periódicos, por favor.
Esteban asintió. Sin decir, media palabra corrigió el destino en su GPS para manejar hacia el ayuntamiento.
En el momento que llegaron al lugar, se dirigieron al área de registro. La encargada les pidió que rellenaran un formato de búsqueda con los datos del acta que necesitaban obtener. Julieta los llenó con la poca información que tenía.
Cuando se los entregó a la encargada. La mujer negó con la cabeza. Se disculpó diciendo que tratar de rastrear esa información sería muy tardado, ya que las actas de 1930 hacia atrás no fueron digitalizados a causa de que prácticamente no tenían búsquedas de esos registros desde hacía más de ochenta años. Para complicar la situación, no estaban agregando toda la información requerida.
Esteban decidió tomar el asunto en sus manos. Comenzó hablar con la mujer explicándole de forma zalamera y coqueta.
—Mira guapa, yo sé que estás saturada de trabajo; pero somos un grupo de estudiantes que están realizando una investigación que formará parte de un libro de los ciudadanos que fallecieron en el tsunami de 1929. No le mentiré a una chica tan especial como tú. Solo contamos con el dato de que Alizeé murió en el percance ocurrido por un desastre natural. Su apellido de soltera era Beckmann Barré, o al revés. Quizás tenga otro, ya que tenemos entendido que se encontraba casada cuando murió. De lo que sí estamos seguros es que estaba embarazada, pero puede que no lo pongan en su acta de defunción. ¡Entonces! ¿Cuál es el nombre que me dijiste que tiene una mujer tan hermosa como tú?
—Nunca lo mencione, pero me llamo Carolain.
A Julieta le gustó que Esteban le ayudara a conseguir el acta de defunción. No obstante, le molestó que comenzara a coquetear con la tal Carolain. Sobre todo, porque era rubia y de ojos azules. Ese tipo de mujeres la desquiciaban un poco. Entendía que no se podía poner posesiva, ni celosa cuando él solo la estaba ayudando a lograr encontrar a Dante. Por lo que decidió morderse la lengua, mientras miraba y callaba.
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Amor Entre el Tiempo.
RomanceSueños, enfermedad, visiones, son las cosas que empiezan a moverte el piso, una sesión de hipnosis te hace descubrir que estás entre dos hombres, debido a tu reencarnación, a cuál elegirías: amor o lujuria.