Capítulo 31. - Obtienes lo que das.

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"No te rindas, tienes una razón para vivir. No olvides, solo obtenemos lo que damos"

New Radicals.

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Todas las canciones de la historia están en Spotify, en una lista llamada: Si tú me amaras The love Story.

¿Nos extrañaste? Descuida, aquí estamos una vez más. Y para comenzar este sensacional capítulo, nada mejor que un cover de 1998, convertido en éxito, que habla de magia, hechizos y misteriosas pociones. Programa, la sensacional, Abracadabra, perteneciente a la banda de Newport Beach, California, Sugar Ray.

Jordan.

----Nada mal --Reí nervioso al sentarme frente a ella y echarle un ojo a su madriguera -- ¿Y los vampiros?
----No sé a qué se debe ese estúpido comentario, pero, aun así, están por llegar, mueren por hincar el diente en tu cuello y chuparte la sangre.
----Ja, ja, ja. Fabuloso.
----¿Asustado? -- Alzó una ceja y me miró por debajo de las pestañas.
----No --Tiré del cuello de mi camiseta, me ahogaba--, para nada. Esto no me intimida.
----¿Listo? --Se sobó las manos sin quitarme los ojos de encima. Mientras yo hacía todos los intentos por fingir que no sentía miedo.
----Nací listo ---aseguré en un tono de voz que ni yo me creía.
----En ese caso. Corta la baraja con la mano izquierda-- Dejó el montón sobre la mesita. La miré con desconfianza cuando puntualizó--Divídela en tres y en la misma dirección.
----¿Así?
----Vas bien, para ser un inútil.
----Gracias por el sarcasmo.
----Solo continúa.

Lo hice, aunque, vacilando. Una línea de sudor cruzó toda mi frente y tragué saliva. Jamás me atreví a experimentar nada igual a eso, y me estaba arrepintiendo. El problema era que ella nunca me iba a dejar salir de ahí sin antes hacer alarde de sus variadas dotes de ocultismo.

Ese domingo por la tarde, al día siguiente de la mentada fiesta de Zoe y aquel inesperado reencuentro con el colibrí que por esas coincidencias de la vida terminó siendo la mismísima Rain Langmore, me atreví a cruzar el puto camino amarillo, y de esa forma llegar a la casa del jodido Mago de Oz.

Aunque me metiera en la boca del lobo, necesitaba respuestas; junto con salir de mi zona de confort. A falta de otro recurso más contundente o cuerdo, eso de que mi inexperta hermana menor tirara las cartas fue lo único que se me ocurrió ¡Carajo!

----Bien. ---Puso cada grupo uno encima del otro, seguido de revolverlas igual a una verdadera reina del póker, pero esotérica. La velocidad que alcanzó al pasarlas de izquierda a derecha me dejó boquiabierto.
----¡Guau, Marina! --Sacudí el pelo.
----¿Qué? --Alzó las cejas y torció la sonrisa.
----No te conocía esas habilidades. Y son ¡Guau!
Me miró en silencio al ladear la cabeza. Ella sí sabía cómo intimidar. Aclaré la garganta antes de preguntarle.
----¿Traigo algo en la cara?
----¿Por qué tienes esa expresión, Jordan?
----¿Cuál?
----Esa de ahí --Hizo una V con los dedos.
----La verdad es que...
----¡¿Qué?! ---exclamó incisiva, yo di un respingo en la silla.
----El olor a incienso --Olfateé el aire, refunfuñando--, es necesario, ¿verdad?
----Desde luego.
----Es que es tan...
----Ya deja de quejarte. Esta es la atmosfera que requiero para hacer mi trabajo.
----Vamos, no me jodas-- gimoteé buscando que lo apagara. Si había algo en el mundo que odiaba, ese era el aroma a vainilla. Hasta sentí náuseas.
----Ya cierra el pico, vaquero.
----¿Y esa canción? --Formé un círculo en el aire.
----Es la apropiada.
----No tenía idea de que te gustara. Ya que es de una década distinta --Me rasqué la clavícula.
----¿Es un delito acaso? ---Alzó las cejas ---La conozco porque apareció en Sabrina, la bruja adolescente.
----¿La serie de los noventa?
----¿Existe otra?
----La de 2018.
----No me atrae. Pese a ser millenial.
----Ya veo. Señorita, generación "Y" ---Entrecerré los ojos--- ¿Y el traje?
----¿De qué demonios hablas? ---Su mirada por debajo de las pestañas lucía oscura.
----Ya sabes, nena: el sombrero en punta, la túnica, la horrible nariz con una verruga.
----¡Ah! Eso. Están guardados en el mismo lugar donde irán a parar todos tus dientes cuando te los haya tirado de un puñetazo si continúas con esto de tomarme el pelo.
----Ja, ja, ja. Tienes respuestas para todo.
----Igual que tú. Y bien. La lectura del Tarot supone una gran cuota de respeto, y si no estás dispuesto a pagarla, ¡Ya puedes irte al carajo!
----Ja, ja, ja, ¡Santo cielo! Qué temperamental.
----Solo toma en serio lo que hago. O de otro modo, te expulsaré de mi cuarto con una maldición en mi rodilla que dejará a tu muñequito sin posibilidad de levantarse. Ni siquiera estoy segura de que logres engendrar algún día.

Si Tú Me AmarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora