Si Tú Me Amaras

Capítulo 52. - Mujer Bonita.

¡Sorpresa, hoy publiqué más temprano! 😳🥰

Ocurre que ayer terminé de editar muy de madrugada y ya no me dio tiempo a subirlo. ¿Están felices? Yo sé que sí, podrán acceder a él cuando más les acomode.

Se los dedico a ustedes, mis amados lectores, a su paciencia y fidelidad por esta hermosa historia. Bienvenidos.

¿No aman los contrastes? ¿Los bellos matices que se entretejen con cada parte de STMA? Bueno, aquí les dejaré una muestra de ello, envuelta en un sorprendente capítulo. Que tengan un excelente fin de semana, con lectura incluida.

Abróchense los cinturones porque justo ahora vamos a despegar ✈️

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Todas las canciones de la historia están en Spotify, en una lista llamada: Si tú me amaras The love Story.

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"¿Y qué ocurrió cuando él subió a la torre y la rescató? Ella lo rescató a él"

Edward y Vivian-Pretty Woman.

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El día que descubrí esta canción fue para regalársela a uno de mis más amados personajes infantiles dentro de otra de mis obras, ella era Chelsea, la tierna hija de los protagonistas. Hoy se la obsequiaré a Jordan. Programa, la hermosa y delicada, Ángel, perteneciente a los irlandeses, Kodaline.

Jordan.

Sin dejar de pensar en ella, que según la hora ya se hallaba en L.A. Atrapado en los recuerdos, arrastré mis pies, resignado a mi suerte y caminé la corta distancia que me apartaba de casa.

No así de Rain que se encontraba tan lejos de mi profunda soledad y nuestro nostálgico Seattle, desde donde, estaba seguro, yo nunca podría salir a explorar el mundo.

Ojalá lo hubiera podido hacer junto a ella, la protagonista del cuento; la reina de la lluvia; mi ángel vengador; mi niña rara; mi colibrí inquieto; mi valiente heroína; mi única Mujer Bonita.

Mientras las remembranzas se estrellaban en mi revuelta cabeza, de la nada recordé una línea de Pretty Woman, porque se parecía mucho a lo que estaba viviendo en ese momento.

El contexto: a la mañana siguiente de dejar ir a Vivian, y con el corazón destrozado, pues su amor no podía ser, Edward Lewis, estaba a punto de regresar a su ciudad de origen, Nueva York.

Bajó a la recepción para cerrar los triviales trámites previo a abandonar el fastuoso Hotel Beverly Wilshire. Y fue cuando se encontró en el mesón con el amable y servicial gerente, Barney Thompson (El compinche de la chica durante toda la proyección)

Antes de retirarse, Edward le pidió que por favor entregara a la joyería, unas piezas muy costosas que le habían prestado por ser uno de sus mejores clientes en el área.

Registradas bajo la marca de alta gama, FRED, estas fueron las mismas que la mujer bonita lució en su icónica primera incursión a la ópera, que se presentaba en la hermosa San Francisco.

El primer vuelo de Vivian, la canción de fondo, la ópera, Madame Butterfly, el costoso vestido rojo, los guantes largos, las miradas de admiración, el orgullo de su acompañante, la limusina, la alfombra escarlata, el atardecer, el jet privado. Sin duda, formaban un cuento de hadas completo.

Sin querer, en ese segundo se produjo la magia; una chispa; un despertar en Edward, que permanecía muy dolido por haber sido incapaz de retener a Vivian, pese a que la amaba.