¿Ignorarían las señales que los iban a llevar a encontrarse?
Sí, existen dos mundos muy diferentes en un Seattle moderno y lluvioso. Unos que hasta podrían parecer cliché o conocido; sin embargo, ocultan tras de sí algo más que una historia de amor...
Todas las canciones de la historia están en Spotify, en una lista llamada: Si tú me amaras The love Story.
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"Date permiso de cambiar de opinión. De tener días imperfectos. De ser diferente que hace unos años. De crear tu propio camino y destino"
Anónimo.
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*No importa cuantos errores hayamos cometido, a veces hasta las almas más castigadas merecen la posibilidad de redimirse.
A modo de introducirnos en el contexto, solo en algunas partes mezclaré la letra de esta canción con el relato de Jordan. Bienvenidos a este viaje.
Programa, de aquí en más, la emocionante y romántica, Chances, en la voz del legendario cantautor californiano, Five for Fighting.
Jordan.
Despacio, casi en cámara lenta alzó los ojos hasta estrellarlos con la notoria templanza de los míos, sus pestañas aletearon presurosas, lanzando chispas de furia. «Hey, eso salió bastante bien, ¿no?» Me animé por dentro.
Recé en silencio para que aquello fuera real y a pesar de las desventajas de no hallarme en mi elemento, por primera vez en muchos años, decidí romper los patrones del miedo; los complejos, las incontables diferencias y prejuicios.
Y me di permiso de soñar que al fin tendría la clara posibilidad de alcanzar una estrella; mi única debilidad en el mundo, Rain Langmore y sus coloridas alas de colibrí.
De improviso, las mariposas en el estómago me regalaron una sensación de inconveniente alegría y confirmaron todo lo que jamás imaginé nos iba a ocurrir. Mi propósito era ambicioso, pero nada me impedía soñar.
El anhelo de acercarnos a una reconciliación, ¿podía darse solo con decirlo o hacerlo? ¿Nosotros seríamos los afortunados? ¿Existiría una mejor apuesta que el amor?
Aunque Rain parecía ser la respuesta a esas preguntas, ambos sabíamos que en el camino todo daba muestras de que a veces nada duraba para siempre. Solo el tiempo lo diría.
No importando cómo me sintiera esa noche, las expectativas abrían paso a que quizás juntos encontraríamos una nueva ecuación. A pesar de que a causa de mis errores las oportunidades se me escapaban de las manos.
De mi madre aprendí que nunca debía decir "De esta agua no beberé" Porque entonces podía aparecer el amor para cambiar incluso el clima más sombrío.
A razón de tantos inconvenientes en mi vida, me conformé, me rendí, hasta desechar las altas expectativas, al transformarme en un hombre amargado, realista, imposibilitado de soñar.
