Prólogo e Introducción. -

171 21 17
                                    

"Si tú me amaras mi pasado, estaría de más. Mi vida empezaría al verte llegar. Renunciaría a todo sin culpabilidad. Por ti yo mataría, por ti me moriría".

Al principio, esta historia puede parecer muy predecible, obvia, conocida, y hasta cliché, y sí, están en lo cierto. Pero les aseguro que nada es lo que parece y eso la vuelve increíble. Les invito a descubrirla a partir de ahora.

Sería genial si de aquí en adelante, pudieras programar: Si tú me amaras, en la voz del interprete mexicano, Cristián Castro. Búscala en mi lista Spotify, con el mismo nombre de la historia.


Prólogo.


----Espérate ahí, no huyas.

Dijo al alcanzarme en el estacionamiento, agarrando uno de mis brazos, girando mi cuerpo hacia el suyo, mientras una intensa lluvia nos empapaba hasta los huesos. El corazón se me iba a salir del pecho, su lejana presencia me ponía los pelos de punta.

----No estoy huyendo----le aclaré, pero él, más, se aferraba mientras yo le exigía----. ¡Y ya suéltame!
----No lo haré. No hasta que me digas lo que sucede.
----¿Qué demonios quieres, Jordan?

Grité por sobre el fuerte ruido ambiente. Y entonces me sorprendió al sostenerme de ambos brazos para obligarme a mirarlo a la cara. En mis ojos también llovía, de tanta furia, decepción y dolor.

----Necesito hablar contigo----susurró casi sin aliento.
----Se está cayendo el cielo sobre nosotros, ¿y resulta que ahora sí quieres hablar conmigo? ¿Eres idiota o qué? ----espeté furiosa.
----¿Qué mierda fue todo eso de allá adentro? ----preguntó atravesando mis ojos con los suyos----. Necesito que me lo expliques.

Exigió un tanto alterado y con una prepotencia que pese a mi tristeza me hizo reír por dentro, su premura por saber quién era ese chico, lo estaba volviendo loco y a mí, me llenaba de una pobre satisfacción.

El vapor que salía de sus pulmones, como de los míos, denotaba cuan agitados estábamos. Sus ojos de hielo me miraron fijamente, como queriendo estudiar mi tembloroso lenguaje corporal.

Silente, misterioso, tan serio, que me estremecí, tanto por su confusa actitud que denotaba celos desmedidos como por las pesadas gotas de lluvia que acariciaban mi piel.

Nuestros cuerpos se sacudían de frío, y algo más. Esa noche; la misma que marcaría el principio de algo que jamás imaginamos; la noche en que nuestra historia daría un vuelco de insospechadas consecuencias.

----Yo no tengo por qué darte explicaciones, si no las pido, mucho menos las doy. ----Intenté zafarme de su agarre intimidante----. Suéltame, no quiero estar aquí

Le volví a pedir, pero resultó inútil, él era físicamente más fuerte que yo, en realidad desde hacía algún tiempo era más fuerte que yo en todos los aspectos, dado que a partir del día en que nos conocimos de alguna manera él ejerció un punzante control sobre mí, él había cambiado lo que yo era, y ya no me encontraba, ni me reconocía a mí misma.

Odiaba sentirme vulnerable por su maldita culpa. Juntos éramos algo así como un proyecto fallido de, La Bella y la Bestia, una leve aproximación a lo que algunos llaman «Historia de amor», aunque bastante oscura. En concreto, muy triste, dramática, patética y tan terrible.

----¿Por qué te vas así?

Preguntó de manera enérgica, sacudiéndome sutilmente, el agua corría por los oscuros mechones que caían de su frente como una cascada, mientras luchaba porque yo le sostuviera la mirada.

Si Tú Me AmarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora