Capítulo 41.- Donde está el Corazón.

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Se lo dedico a cada persona que lucha todos los días por salir del fondo, por los que se sienten solos y relegados. Por ti; por mí; por ser valientes.

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Todas las canciones de la historia están en Spotify, en una lista llamada: Si tú me amaras The love Story.

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"Donde está el corazón. Cuando la luz esté a tu lado. Cuando la fe esté lista"

Where the Heart is. HAEVN.

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Gracias por ser tan generosos y esperar a que retomara la escritura, a veces me cuesta mucho (Lo saben bien) necesito conexión con lo que narro, y si ese factor no está presente, me resulta imposible cumplir mi cometido: llegar a sus corazones de manera honesta.

Un voto, un like, un lector más, no es mi fin, sino que traspasar una historia de amor muy especial y romántica. 

Llena de orgullo, aquí les dejo, este, el último capítulo de 2023. Les debo uno más, pero ese está a la vuelta de la esquina. Trabajo en él a toda máquina.

No quise poner el resto aquí porque resultaría forzado. Por sus maravillosas características requiere de un tratamiento especial. Junto a culminar con uno de los finales de más alto impacto que hallamos leído hasta ahora. Tranquilos, se viene muy pronto, ese es mi regalo de navidad atrasado para todos ustedes. 

Por fin nos hallamos aquí, a punto de acabar el año; uno lleno de alegrías, satisfacción, algunos dolores que me hicieron crecer y creer en mí, esto último se los debo a ustedes. Pero aún no han visto nada, solo para abrir los juegos, programa este sensacional tema del año 1997, Here We Go, perteneciente a la boy band de pop, oriunda de Orlando. Los guapísimos, NSYNC.

Jordan

Desde que tenía recuerdo, los juegos de baloncesto (una vez al mes) en el inmenso patio trasero ubicado en la iglesia de Santa Cecilia de las Rosas, fueron siempre los mismos: dos equipos, entre los que por lo general nos hallábamos mi grupo de amigos y yo. De igual manera, cada año se organizaban torneos donde competíamos con toda la liga amateur del estado de Washington.

Estos encuentros deportivos mensuales, tan comunes y populares en el barrio, tenían un trasfondo solidario cuya finalidad principal era reunir la mayor cantidad de alimentos para los más desposeídos del lado de Seattle que nos albergaba.

Era usual que los rivales fueran chicos de nuestro propio vecindario, en ciertas ocasiones también los acólitos (aquellos sonsos ayudantes del padre Conrado en las misas) o algún team que viniera de otro lugar eclesiástico de nuestra bella ciudad. Territoriales y fieles al escudo de la parroquia, debíamos sacar la cara por el hecho de ser locales.

Pero esa soleada mañana de sábado, que se contraponía por completo a la noche anterior donde cayó un diluvio en todos los sentidos de la palabra, fue particularmente especial, rompiendo con la rutina tan típica de ellos.

Y aun cuando mi cuerpo estaba muy magullado y amoratado con tanto golpe recibido en la fiesta, un estímulo caído del cielo me hizo olvidar todo para dedicarme a dar un espectáculo deportivo acorde con las expectativas del resto.

Solo por mencionar algo, de manera extraordinaria las chicas de la pastoral juvenil pusieron a un lado sus compromisos, y se nos unieron para hacerlas de porristas. Ellas se reunían cada fin de semana, y de ese modo cocinar galletas de nuez y venderlas durante la tarde, junto a otras actividades, con el fin de reunir dinero para el comedor comunitario.

Si Tú Me AmarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora