Si Tú Me Amaras

Capítulo 29. - Chocolate Oscuro.

Dedicado a cada persona que ama esta historia, y también a los que vendrán.

"El café logra que salgas de la cama, pero el chocolate hace que valga la pena"

Anónimo.

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Todas las canciones de la historia están en Spotify, en una lista llamada: Si tú me amaras The love Story.

Para una parte de la historia que comenzará a robarte el aliento, una potente y rockera canción que nos lleve a ella. Programa, Cold Comfort Lane, perteneciente a la banda inglesa, Holy Moly & The Crackers

Rain.

Esa tarde yo le demostraría al mundo entero que había perdido el miedo y por ende me transformaría en una nueva mujer, aunque no estaba segura de conseguirlo, al menos por algo debía empezar.

Y si todo salía como esperaba, Jordan le haría justicia a la frase que rezaba «Jamás le robes a alguien que corre más rápido que tú»

Necesitaba con urgencia derrumbar esa imagen de chica buena para convertirme en una versión más oscura de mí misma, desenmarcarme de la figura de esa dulce e inofensiva Rain y así volverme el deseo prohibido de quien se atreviera a poner sus ojos sobre mí.

El peinado y la ropa que lucí ese día no fue casualidad, ellas iban a ser la armadura de guerra, aunque esos lindos soldados lo desconocían.

Mi corazón se sentía desatendido de emociones fuertes y ellos sin querer me las iban a regalar desde su lado del campo de batalla. Solo confiaba en que mi chofer les hiciera frente a mis expectativas.

Por lo pronto, era mi deber ceñirme a ese nuevo discurso, atreverme a rebasar mis propios límites, al transgredir las reglas imitando a Zoe. Y si con eso aprovechaba de vengarme, mucho mejor.

En vista de que en el último tiempo todo parecía estar en mi contra, ese experimento se llevaría a cabo con un par de incautos especímenes: uno me rompió el corazón y el otro era todo lo que no deseaba para mí por tratarse de un chico sin ambiciones de locura.

De hecho, con este último, lo intentamos un par de veces, pero no resultó, yo quería adrenalina y él no gustaba de ella.

Según Ed y su ternura infinita, yo llegué a este mundo para dejar una huella en todas las personas que me conocieran, y claro que lo haría con muchos aspavientos, bombos y platillos.

Desconociendo hasta dónde me iba a llevar esa última decisión, reflexioné que los hombres siempre hacían lo mismo.

Por tanto, junto con reivindicarme. Había llegado el momento de actuar como uno: fría, indolente, y con el ego inflado hasta las nubes.

Entonces me alejé de mi zona de confort, desilusiones y promesas rotas. Deseando que al menos por una vez el factor sorpresa estuviera de mi lado para recibir una ovación de pie a raíz de mi osadía. Según yo, ese imbécil jamás se iba a enterar de donde vino el golpe.

Esa tarde yo actuaría guiada por mi instinto, astucia femenina e ingenio desalmado para sentar un precedente del que nadie se pudiera olvidar. En especial Jordan Scallem, mi peor pesadilla.

----Ya consiguió todo, ¿cierto?
Inquirió con curiosidad.
----Así es. ----Le alargué la bolsa que enseguida tomó.
----¡Ugh! ----Hizo una mohín y volteó los ojos al sentirle el peso----, se compró toda la librería.
----Necesito todos estos, me encanta leer, y varios son biográficos.
----¿No son mejores los iPad?
----Amo el olor del papel.
----Comprendo---Hizo una mueca y alzó las cejas. Seguro me consideraba un loco ratón de biblioteca.
----Y, por cierto, Scallem. No tengo que darte explicaciones. ----Al oírme sonrió apenas junto con ignorar mi comentario.
----¿Y ahora? ----Recargó el peso del cuerpo en una de sus piernas.
----Quiero tomar un café.
----Podríamos comprar uno para llevar.
----Que fastidio. ----Volteé los ojos ----No es lo que se me antoja.
----¿Entonces?
----Me gustaría ir a algún sitio.
----¿No cree que esto de caminar ha sido mucho por un día? Ya debería calmarse.
----Mírenlo a este. ---- Lo recorrí de pies a cabeza---- ¿Quién te crees para venir a sermonearme?
----Solo le señalo el peligro.