Capítulo 24. - Atrápame si puedes.

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"No es cuestión de ganar o perder, es cuestión de riesgo"

Atrápame si puedes-2002.

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Todas las canciones de la historia están en Spotify, en una lista llamada: Si tú me amaras The love Story.

*Solo para iniciar este sensacional capítulo, una exquisita canción que aparecerá más de una vez en la historia.

Programa, Girls Go Wild, (Las chicas se vuelven locas) De la cantautora y compositora estadounidense, Laura Pergolizzi, conocida simplemente como, LP.

Jordan.

----Buenos días.
----Hola. Buenos días.

Saludé al girar hacia el señor de mediana edad que se acercó hasta donde estaba. Me quité los lentes de sol y los puse en el cuello de mi camiseta en señal de respeto.

----Supongo que tú eres el nuevo chofer, ¿verdad? ----preguntó al verme limpiar el coche. Bueno, no había que ser Einstein para asegurarlo.
----Así es. A partir de hoy---le afirmé al extender la mano---Jordan Scallem.
----John Birdman---respondió al estrecharla---Un gusto conocerte.
----Igual---Junté las cejas al asegurar----Usted es el jardinero.
----¿Cómo lo supiste?
----No lo sé, llámelo intuición---Le indiqué su ropa y las herramientas que colgaban del cinturón que llevaba puesto.
----Ja, ja, ja. Estás en lo cierto---Nos echamos a reír---Lindo día, ¿no?
----Sensacional---le dijo mi boca, en cambio, mi mente.

«Pedazo de idiota ¿Dónde te hallabas ayer entre las ocho y las nueve de la mañana cuando más te necesité? Por poco muero asfixiado ante el ataque de los aspersores de agua, y tú de día libre. Debería golpearte»

----En los días así, las chicas se vuelven locas---Soltó una risotada que me sacó de lo que pensaba.
----Ja, ja, ja, ¿qué? ---Hice un mohín y fruncí el ceño. 
----Ya sabes, alberca, tragos y esas cosas---Volteó los ojos---Las amigas de la niña Zoe dejan un desastre en el césped.
----¡Ah! Entiendo

Alcé las cejas y mordí mi labio. Jamás lo había visto de esa forma: chicas salvajes de fiesta. Pero lo cierto era, que desde la ventana de mi cuarto tendría la mejor panorámica y de esa manera espiar a mis anchas.

Los ojos se hicieron para ver, por si a alguien por ahí se le ocurría juzgarme, y la belleza femenina, o no tanto, había que enaltecerla. Ya que, todas las mujeres guardaban un encanto, y la hermosura se reflejaba en el alma, o al menos, eso decía Jacinda. 

----Ojalá que no se les ocurra venir hoy. Estoy preparando todo para una fiesta que harán aquí  dentro de algunas semanas. Y de solo imaginar cómo quedará el patio trasero, Dios, me muero.

Bufó antes de quitarse el sombrero y secar su frente con un pañuelo.

Como todo un ser elemental, por dentro deseé lo mismo, ya que no me iba a encontrar en casa por todo ese día y hubiera sido una pena perderme aquel lindo espectáculo.

----Imagino. Lo lamento por eso.
----No llevas traje----comentó al estudiar mi apariencia. Era más chismoso que una que conozco.
----Ja, ja, ja, no, el señor Langmore me autorizó a vestir casual solo por estos días.

Le conté que a partir de esa misma mañana tendría que presentarme en la empresa para que evaluaran mis habilidades al conducir. Y también hacerme análisis de todo tipo, revisar mi vista, exámenes de droga, en fin.

Comentó que aquello tenía sentido, pues los señores le daban mucha importancia a la seguridad de los empleados que trabajaban para ellos. De paso, me conminó a aprovechar esa oportunidad, ya que, sería un gran aprendizaje para mí.

Si Tú Me AmarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora