Capítulo 46. - Odio, luego Existo.

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No imaginan cuanto he llorado de emoción al escribir este capítulo, uno que en parte, y al igual que otros tantos lleva consigo un trozo de mi propia historia personal, y así dejarla como un legado. Se los dedico a ustedes y a todos los lectores que vendrán.

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Todas las canciones de la historia están en Spotify, en una lista llamada: Si tú me amaras The love Story.

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"El odio daña más al que odia que al odiado"

Eric Jerome Dickey.

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*¡Es especial; es único, por tanto, merecía ser de larga duración! Bienvenido al espectacular capítulo 46 a través de los ojos del colibrí. Solo espero que ya te hayas recuperado del que supuse sería un final de alto impacto, porque este guarda más sorpresas.

Para iniciar los primeros pasajes de tan vibrante episodio, programa, una canción, alegre y contagiosa: Jump (For My Love) (Salta por mi amor) en la voz de la agrupación, The Pointer Sisters.

Rain

Ese sábado por la mañana, todavía sin recuperarme del shock que Alba me provocó con sus confesiones inesperadas, deseé estar en cualquier lugar menos ahí. No sabía cómo explicarle que a partir de la noche anterior odiaba hablar de Jordan.

Rayos, quería enterrarme en una maceta del patio, todo parecía indicar que nos vio en la terraza. Volteé los ojos, esperando que solo haya sido testigo de la discusión al final, y no del beso que sin exagerar por poco me condujo a mi primera vez. Qué maldito bochorno.

Con la mandíbula desencajada y reteniendo el aire en los pulmones, giré en mis talones sin emitir palabra alguna, se me agotaron todas. ¿Qué podía decir ante tal descubrimiento?

«¡Puta madre!» Mascullé unas maldiciones al salir de la cocina, mientras el corazón se me escapaba por la boca: Me habían pillado infraganti.

Cargando la bandeja para esa mala versión, de la Bella Durmiente, a paso lento, me abrí camino hacia la escalera, y entonces recordé cada detalle de lo que nos sucedió la noche anterior, antes de que entre Jordan y yo todo se derrumbara.

Sacudí la cabeza, ya no quería pensar en aquello, porque seguro, y aunque me dolía imaginarlo, él estaba con su novia quizás en circunstancias más "acaloradas" mientras yo hacía enormes esfuerzos por no deprimirme.

Tal vez hasta de porrista en el juego donde él (Si es que logró levantarse) Se luciría como la estrella, eso ni lo puse en duda, al muy maldito le encantaba tener la atención sobre él. Y si su amorosa chica estaba en las gradas para alentarlo, mucho mejor.

Al tiempo que saboreaba mi mala suerte, escalón por escalón, algunas lágrimas traicioneras se agolparon detrás de mis ojos, resoplé varias veces, tratando de controlar el llanto inminente, mientras la cara de Jordan y los jodidos hoyuelos en sus mejillas se me aparecían, para recordarme que lo nuestro jamás podría ser.

Diezmada, al entrar al corredor mi corazón se apretó, detuve mi marcha, ya que desde la distancia miré la puerta de mi cuarto, la encerrona en ese mismo lugar me llenó de nostalgia, cerré los ojos, y nos vi, con mi escasa estatura y la suya que yo adoraba.

Aún sentía los susurros, la calidez de su aliento dulce, sus palabras, lo rasposo de su voz, su aroma, sus fuertes brazos atrapándome, sus ojos azules que nunca dejaron de mirarme, las caricias en mi cara, los roces. Entonces sacudí mis pensamientos.

Si Tú Me AmarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora