Capítulo 1.- Cretino Indolente.

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Dedicada a cada persona que vivirá esta historia conmigo.

"Cierra los ojos y pretende que todo es un mal sueño. Así es como me las arreglo para seguir adelante"

Capitán Jack Sparrow. Piratas del Caribe.

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Rain.

Fiel a mi estilo independiente. A diferencia de mi abuelo paterno (Abogado de Harvard) y de mi padre que se graduó de economista e ingeniero comercial en la universidad de Stanford, yo me fui por otro lado.

Los números nunca fueron lo mío; supongo que lo heredé de mi madre. Y para impartir justicia no era necesario asistir a la escuela de abogados. Por ende, desde muy pequeña decidí que el periodismo sería mi carrera.

Asidua para escribir y leer, siempre me gustó la investigación de temas relevantes. Y no exageraba al decir que, cuando el chico en su bicicleta lanzaba el periódico a nuestro jardín, yo ya estaba esperando para recibirlo. Era apenas una chiquita inquieta y muy curiosa.

Papá se echaba a reír con muchas ganas, mientras en la mesa, y aun cuando, el humeante desayuno estaba servido, como una pequeña adelantada y con algo de dificultad, pues las hojas eran enormes a mis cortos siete años. Aun así, separaba las secciones dejándole a él la parte que hablaba de Economía y Negocios, en tanto yo me quedaba con las crónicas que se referían al Arte en general.

Esa dinámica se mantuvo por años, casi como una religión. Y pese a que antes de eso con la bipolaridad de una niña que no sabía nada de la vida, cada semana cambiaba de carrera, pasando de doctora, maestra, bailarina, futbolista, contorsionista, hasta llegar a domadora de leones, y un ciento de cosas más.

Mi padre me apoyaba en todo y me dio la libertad suficiente para elegir lo que yo quisiera hacer con mi vida. Aun cuando existiera la clara posibilidad de equivocarme. Siempre me dijo que cometer errores era parte de crecer, y que, si lo veía bien, aprendería de ellos. 

Y aún cuando, yo me hubiera convertido en acróbata, sin duda alguna, papá hubiese asistido a cada función en el circo matinée vermouth y noche, solo para verme actuar. Así de grande era su amor por mí.

Como era de esperarse y al alcanzar la edad suficiente, tuve la certeza de que el periodismo de investigación se volvería parte de mi vida.

Gracias a mis excelentes calificaciones obtuve una colegiatura en la Universidad de Washington, donde comenzaba a cursar mi quinto semestre, y no podía ser más feliz.

----¿Qué cómo me fue en el examen? ----Hice una mueca, y un sonido nasal antes de responderle, ya que sabía estaba muy atento----. Bueno, supongo que bien.
----¿No estás segura?
----¿La verdad?
----Fuerte y clara.
----Espero que me haya ido bien. El periodismo Avanzado y Comunicación de Interés Público, es una de mis clases más complicadas, pero no me quedo atrás, estudio todo lo que se haga necesario.
----Lo sé, mi amor. Te quedaste varias noches repasando la materia.

Me comentó, mientras yo salía de la facultad camino a la entrada del campus, hablamos de todo, siempre era así cuando terminaba mi jornada, a diario, ni bien ponía un pie fuera del salón de mi última clase, le hacía la llamada de rigor para que ambos comentáramos que tal había ido nuestro día.

Era una dulce rutina que manteníamos desde que yo iba a la escuela y que a veces solo se vio interrumpida porque él tenía una junta impostergable, o en su defecto iba viajando a alguna parte del mundo justo en ese momento, pero en cuanto le era posible me marcaba, no había nadie más importante que yo; nada se comparaba con el amor que me tenía.

Si Tú Me AmarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora