Capítulo 17. -Un Error de Dios.

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"Cuando el amor se reprime, el odio ocupa su lugar."

Havelock Ellis


No podía ser otra, con esta le daremos la bienvenida a la mosca en la sopa: Suicide Blonde, de la banda australiana, INXS, será la encargada de abrir los juegos. Si tú quieres programarla para darle más emoción.

Jordan.

----Ya deja el sarcasmo y vete a la cocina, adónde perteneces----dijo con un evidente tono de desprecio junto con agregar----. No quiero verte la cara.
----Esta es la suerte que te tocó. "Mi cara" de mesero muere por atenderte.
Sus palabras me resbalaban, ni siquiera estuvieron cerca de herir mis sentimientos.
----¡Estúpido engreído!
----Sí, claro, pero...--fui interrumpido y de manera abrupta por alguien que no esperaba. --¡Por todos los cielos!

Murmuré, ya que solo eso escapó de mi boca y con bastante dificultad. Entonces tragué saliva, y fruncí el ceño. Mis ojitos incrédulos amenazaron con salir de sus órbitas.

Porque justo enfrente, igual que una estrella del cine porno en la alfombra roja, llegaba para ubicarse en el ala norte del salón, ella, la espectacular y única: Norma Storm. ¡Guau!

Coqueta, hermosa, rupturista y visionaria, reina de las redes sociales, con incontables y carnosos atributos naturales, y otros no tanto, por cierto, rompía la tensa calma de hombres que, en compañía de sus mujeres, eran blanco de dolorosos golpes en las costillas porque los ojos se les iban sin querer.

Vaya a saber Dios, cuantos divorcios auspició con sus tacones altos y vestidos cortos. Aunque siendo honesto, a ella le importaba un comino.

Cada vez que esa mujer exuberante hacía su aparición en el Marea, como parte de un rito de revalidación que muy pocos conocían, el barullo se apagaba, todo se detenía y los suspiros estaban a la orden del día.

Y esa no iba a ser la excepción, suerte que estuve para verla, y de verdad mis ojos se encendieron de lujuria, ella era una especie de hechizo diabólico al que muy pocos se resistían, una imagen de culto. Caer a sus pies se transformó en rutina para sus fieles seguidores.

¿Quién era ella? La manzana de la discordia, la tercera pata del trípode, la mosca en la sopa, la emperadora del tubo, la popular bailarina exótica del club más concurrido de Seattle, el famoso: Las zorras más odiadas del pueblo.

Y no es que un hombre lo haya bautizado así para rebajarlas, nada que ver. Norma tuvo todo que aportar en eso y se sentía orgullosa, pues sabía bien que muchas mujeres la detestaban por sacar ventaja económica de tan "indigno" rubro.

Por tanto, les dio una cucharada de su propia medicina solo para ver cómo se retorcían en ese veneno plagado de envidia que les corría por las venas.

Adelantada e irreverente, zorra por naturaleza, según ella misma. En cuanto puso el ojo, disparó la bala a las intenciones de esas mujeres que la odiaban y que lucharon sin cuartel por destronarla junto con enviar su apabullante figura del demonio directo al exilio.

Ahí se quedaron, lloriqueando en desventuras, derrotadas por su estupidez, cuando en realidad debieron aplaudir que una de ellas lo había logrado, al pasar por sobre los hombres y todo su machismo a nivel empresarial.

En cambio, resignadas a que la ley del más fuerte era válida, incluso en ella, vieron sus esfuerzos mojigatos enterrados en el lodo, al mirar el impresionante cartel luminoso que anunciaba el espectáculo de su tan terrible y temible pesadilla: Norma Storm.

Pero a esa antiheroína, a juicio de algunos, y Diosa para otros, al igual que sucedía conmigo, le importaba un pepino lo que opinaran de la forma en que se ganaba la vida.

Si Tú Me AmarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora