Si Tú Me Amaras

Capítulo 55. - Lápiz Labial.

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Todas las canciones de la historia están en Spotify, en una lista llamada: Si tú me amaras The love Story.

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"Al mal tiempo...Labios rojos"

Anónimo.

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Bienvenido a un episodio donde descubriremos algo más que romance, y para eso, nada mejor que comenzar con ritmo. A partir de aquí, programa, la inmortal y muy bailable, I Wanna Dance With Somebody (Who Loves Me) En la increíble voz de la desaparecida artista norteamericana, Whitney Houston.

Jordan.

Después de tan románticos momentos y revelaciones inesperadas por parte de ambos, decidí romper la magia, pese a que no quería separarme del colibrí, mis intenciones eran abrirle paso a uno de los instantes más increíbles y memorables de la noche.

Y, ya que, nos hallábamos ahí, pensé en darle un nuevo giro a las cosas, aunque de una forma muy particular y a mi estilo. En cuanto la canción que bailábamos acabó me aparté de Rain, previo a abandonar la pista.

----¿Estás cansada, niña?
----No, aunque muero de sed---expresó al sacar la lengua.
----También yo, pero ¿me darías un minuto?
Junté las palmas en el pecho, ella frunció el ceño al enfocarse en mi gesto.
----Ja, ja, ja, no me mires así. No es nada malo.
----Está bien, me intriga saber lo que te traes entre manos---Se las sobó.
----Te tengo una sorpresa---Le acaricié la barbilla con los nudillos. Recé en silencio para que todo lo que tenía en mente resultara exitoso.
----¿Otra? Pensé que con venir hasta Los Ángeles sin ser invitado sería suficiente para provocarme un colapso nervioso.
----Ja, ja, ja, muy graciosa.
----¿Y de qué se trata?
----Ya lo verás. Quédate justo aquí, no te muevas---La besé a modo de reafirmar aquella petición---No se te vaya a ocurrir bailar con alguien más, porque este momento será solo para nosotros. ¿Ok?
----Ja, ja, ja, está bien, no lo haré. Y ya cálmate, vaquero, pareces un novio celoso y alterado.
----Ya quisieras.

No la merecía. Aun así, al fin estábamos dentro de la misma oración, ese "nosotros" que se me escapó sin querer, lo confirmó. Sonrió coqueta, en apariencia le fascinó, pero aún quedaba algo más.

La miré de lado, sus hombros comenzaron a sacudirse. Entonces, comprendí que esa inesperada muestra de celos de mi parte, le resultó muy divertida y no pudo evitar soltar unas risotadas.

En lo personal, me perturbó el hecho de quererla solo para mí. Pero era toda la verdad. 😫

Aun cuando me hubiese quedado horas escuchando su risita de ardilla, tenía asuntos pendientes. Sin perder un segundo corrí hasta extraviarme por entre las personas en la pista atestada. Una vez que me alejé lo suficiente, eché a andar mi plan de conquista.

Primero escaneé el entorno, frustrado, di un golpe con mi pie, pero como era de suponer, a causa de tantos bailarines eufóricos y algunos borrachos en potencia, no logré dar con mi cómplice.

El mismo que estando en la barra cuando yo apenas arribaba a la fiesta, me regaló un consejo que serviría de gran ayuda para mis espontáneos propósitos.

----¿Y cuál es tu mesa?
----Aquella de ahí---Me indicó al frente, estiré el cuello para seguir la trayectoria de sus ojos.
----¿Y la de Alice?
----Ummm, justo a un costado de esa gran columna, ¿lo ves?
----De acuerdo. Están relativamente cerca. Si de verdad quieres conquistarla, no la pierdas de vista.
----Te haré caso, compañero. Y, por cierto, también tengo algo para ti.
----¿A qué te refieres?
----Tampoco me considero un experto en mujeres, pero algo sé. Y si en serio buscas tener éxito con tu chica en un evento como este, debes conocer a las personas correctas.
----Ja, ja, ja, creo que sé de lo que hablas.