Estaba preparada.
Quedaban tan solo unas horas para que mi vida cambiara por completo.
Desde niña, me habían preparado para este evento, estaba convencidísima de que iba a ser retada por un demonio, pues en nuestro aquelarre, todas las que habíamos nacidos marcadas por el triple número, con un don único, habían sido elegidas por uno de ellos. Todas las marcadas, debíamos participar en el ritual al cumplir los veinticinco años. Es decir, esa noche, era mi cumpleaños y debía participar en el ritual a la misma hora en la que años atrás había nacido.
Justamente, a las cinco y cincuenta y cinco horas de la madrugada, se iniciaría el rito, donde cumpliría mi destino
Pero el miedo que sentía se apaciguaba al pensar en ellas, la llegada de mis antepasadas, Iris y Meredith, junto a sus maridos, Harkan y Eros, dos demonios inmortales, me daban las fuerzas suficientes para afrontar el evento.
Las tenía como referencia, pues había escuchado sus historias, y sabía a ciencia cierta que amansar a un demonio no era fácil, pero tampoco imposible.
Aunque dentro de mí ser, aún quedaba una pequeña esperanza de vivir una vida normal y tranquila, puesto que deseaba ser la primera de mi clan en no ser elegida por uno de ellos, pero, por otra parte, deseaba el reto, quería intentarlo al menos.
La noche era fría como siempre en nuestra tierra, caminábamos juntos por los caminos negados en niebla, y lo único que iluminaba el recorrido, eran los farolillos y antorchas que llevábamos. Todos íbamos encapuchados para que nadie pudiera apreciar nuestros rostros, aunque he de admitir, que, si algún aldeano a esas altas horas de la madrugada contemplara esa procesión compuesta de encapuchados con farolillos e inciensos, se moriría de un infarto.
Tras varias horas de caminata, la cual estaba al frente de esa comitiva, justo detrás de mis antepasadas y sus maridos, una de ellas se giró y se acercó a mí.
—¿Ocurre algo? —le pregunté a la bajita de media melena castaña.
Ella agarró mi brazo a modo de jarra y caminó conmigo.
—Nada, quería charlar un rato contigo.
—¿Sobre algo en especial?
Ella me miró y sonrió con la mirada.
—Especial no, pero me gustaría saber cómo te sientes ahora.
—Pues bien, estoy tranquila.
Menuda trola le acababa de soltar.
—Quería decirte que quedan diez minutos para llegar.
¿Ya? Pues sí que había pasado rápido Ni siquiera estaba cansada por el largo camino que habíamos hecho por aquellos senderos.
—Pero, ¿cómo puede ser? Ha pasado demasiado rápido, ¿no crees?
Ella sonrió.
—Harkan ha usado uno de sus dones, por eso no nos hemos enterado casi del trayecto —me respondió.
—¿A sí? ¿Qué ha hecho?
—Ha dado un salto al futuro, haciendo que lleguemos antes y a la misma hora que teníamos que estar, ya sabes, para que no asistiéramos agotados —dijo Meredith mirando al frente y sonriendo.
El poder de esos demonios debía ser increíble, no me cabía la menor duda.
—Pues recuérdame que se lo agradezca —le dije sarcástica—. No quería hacer el ritual agotada.
Nos reímos juntas y seguimos caminando agarradas unos minutos. Entonces ella volvió a preguntarme:
—¿Estás lista?
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La Meiga Número 5
FantasyLa sociedad las creía extinguidas, pero las meigas siempre han estado presentes en Galicia. El aquelarre Zafiro, asentado desde hace milenios en el bosque da Fervenza, es un clan de hechiceros con una larga tradición y dinastía familiar, que esperan...