Capítulo 26

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Después de despedirme de Marcos, me sentía mal conmigo misma, pues parecía que había estado jugando con él todo ese tiempo. Pero no había sido así, me había apoyado en mis momentos difíciles y se lo agradecería eternamente, pero tanto el, como yo, sabíamos que nunca íbamos a ser nada más que amigos.

Al volver al pazo y comer algo con mi familia, me entregaron una nota donde me reclamaban en el subterráneo en cuanto la leyera.

Supuse, que la reunión seria para mantenernos informados de los avances de los oscuros inquisidores y debatir sobre cómo estaban evolucionando nuestros poderes.

Cuando llegué, solo estaba Iris y Meredith, ni rastro de los demonios.

—Buenas chicas —las saludé mientras me sentaba en el banco alargado de madera.

—Hola cariño —me contestó Meredith.

—Hola Damara —dijo Iris.

Las dos estaban mirando un enrome mapa que teníamos lleno de marcadores rojos que indicaban varios puntos calientes por donde los inquisidores podían pasar para reclutar a su ejército.

—Por lo que me ha comentado Jeremy esta mañana —dijo Iris —. Cada vez están más cerca.

—Se aproximan a nosotros, están a punto de entrar en el país —dijo Meredith mirándome.

—Pero, ¿Cómo puede ser? Los tenemos encima entonces y estamos solos.

Las dos me miraron tras la pregunta y asintieron.

—Debemos hacer algo ya o no podremos con ellos —volví a contestarles.

—Tienes razón, ha llegado el momento de comunicárselo a los clanes para que se preparen —dijo la voz de Harkan que entraba por la puerta seguido de Eros y Ciro y se sentaban en el banco—. Debemos unir a nosotros a los mejores brujos y brujas lo antes posible, el ataque puede ser inminente.

Todos asentimos, y yo, dirigí la mirada hacia mi Duque, que, al mirarme, amagaba una sonrisa.

—No puede pasar de hoy —dijo Iris — Harkan y yo nos marchamos esta misma tarde para avisar a los clanes del sur y las islas, Meredith y Eros necesitamos que pidáis una audiencia con los líderes de los aquelarres del resto del país —continuó dirigiéndose a ellos—. Y Ciro y Damara recorreréis la comarca reclutando a todos los que estén cerca de nosotros y puedan unirse de inmediato.

Estábamos conformes con lo que nos había ordenado Iris.

Asentimos y después Ciro habló.

—Comenzaremos por hablar con Ágata y Leire, he de admitir que las necesitamos.

—Por fin —soltó Meredith—. Menos mal que te estás dando cuenta de que los necesitamos a todos.

Yo le sonreí y él me devolvió la sonrisa, pero con la mirada.

—En cuanto acabemos las llamaré para que vengan hasta aquí y hablaremos con ellas —dije cruzándome de brazos encima de la mesa.

—No va a hacer falta —me contestó Meredith—. Tu madre está preparando una fiesta de cumpleaños para Duna, recuerda que será esta noche en la finca.

—Lo había olvidado por completo —dije moviendo la cabeza negativamente.

—Aprovechar esa fiesta para reclutar a todos los que podáis, no nos queda mucho tiempo —recalcó Iris de nuevo.

Y eso haríamos, esa noche hablaríamos con mis amigas e invitaría a varios brujos y brujas de los clanes de la comarca para así tenderles la emboscada y explicarles la situación.

La Meiga Número 5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora