Capítulo 12

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—¿Qué fue eso? —preguntó Jessica con perplejidad en su voz.

Alejandro, absorto en sus pensamientos, regresó al presente cuando escucho la pregunta de la chica. —¿Qué? —respondió con confusión genuina.

—¿Por qué le dijiste eso? —inquirió Jessica con insistencia.

—¿Decirle qué? —preguntó Alejandro, ahora completamente confundido por la conversación.

"Dios, gloria y tú"

Mensaje de Danna: Qué onda con eso, amix.

Mensaje de voz: Dyllan me dijo... momentos difíciles. 

—¿Jessi, estás? —Su voz  interrumpió sus pensamientos.

Alejandro miró a Jessica, pero sus ojos no la veían realmente. En su mente, vio a la Jessica de su universo. Una sombra melancólica se cernía sobre él.

Mensaje de texto de Jessica: Perame, ¿qué pasó?.

—Dyllan... —murmuró Alejandro, mientras su mente luchaba por mantenerse en el presente.

Un torbellino de recuerdos tristes intermitentes asaltaba su mente, como un aguacero de emociones. 

—Si no puedes escuchar los audios... Dyllan...

Mensaje de audio de Danna: Traigo un nudo en la garganta.

—Jessi... la profa...

Los ecos de sus recuerdos resonaron en sus pensamientos, martillando la tristeza que en ese tiempo lo aquejo

Dyllan...

Dyllan...

DE DYLLAN.

Alejandro suspiró y negó con la cabeza. —Como te explicaba, Dyllan es uno de nuestros mejores amigos en mi universo, y su mamá es la profesora Citlali. La conocemos y...

—Espera. —Jessica lo miró incrédula. —¿Hablas de la profesora Citlali de la Técnica?

—Sí.

—¿Es su mamá... del chico?.

Alejandro asintió con una sonrisa. —Fuimos sus alumnos.

—¡Sí!, una profesora excelente. Aprendí mucho de ella.

—Lo es. —Alejandro miró al cielo, que tenía un azul espectacular con algunas nubes a lo lejos. —El multiverso es un mar de diferentes eventos y decisiones...

El reloj de Jessica sonó y marcó las 3:30.

—Ay, no... ¡Se me está haciendo tarde!.

—¿Con?

—Iré a un evento con mi familia, todavía tengo que bañarme, ayudar a mi mamá, a mi papá, a mi abuelito. —La chica sacó su celular para enviar algunos mensajes por lo que parecía. —Nos vemos, Alejandro.

El pianista levantó la mano y se despidió. —Gracias, Jessica, te debo una pizza. —Bromeó Alejandro.

—¡Súper!, es mi comida favorita.

Una gran diferencia con respecto a la Jessica que conocía. —No olvides darle un gran abrazo a tu abuelito.

La chica asintió a lo lejos.

Alejandro se sentía afortunado de contar con su ayuda, incluso en otro universo.

Entonces, recordó que no estaba de visita.

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