La Elección De Amelis

Capítulo 46

Aelurus se dirigió hacia Cazadora Addi y Cazador Uriel, llevando sus manos detrás de su espalda. —Cazadores de Variantes... Por si no se lo han preguntado, se encuentran en la base de la Orden De Los Equilibristas. Cualquier acción que intenten, ya sea atacar o escapar, será interrumpida por el equipo de intervención multiversal... o por mí. ¿Entendido?

—Totalmente —respondió Cazadora Addi con un gesto de comprensión exagerado, mientras que Uriel se limitó a asentir.

—Bien —dijo Aelurus, fijando la mirada en ellos. —Ahora... Cuéntenme. ¿Qué planean?

—Pues no mucho —respondió tranquilamente Cazadora Addi. —Mi universo fue destruido hace como... ¿10 años en tiempo multiversal?... En fin, cuando no tienes universo, no es como que puedas planear muchas cosas, ¿no? —rió sarcásticamente.

Cazador Uriel la miró entrecerrando los ojos, indicándole que no era el momento para ese tipo de comportamiento. —Planeamos ayudar a los chicos en lo que podamos —dijo, manteniendo la mirada en el líder de la orden.

La declaración tomó por sorpresa a Aelurus. —¿Ayudarlos? —sonrió burlonamente. —Ustedes son cazadores de variantes. Su objetivo no va más allá de causar desorden en el multiverso y hacerle la vida imposible a la orden. No ayudan, hacen lo contrario.

—¿Y ustedes qué hacen? —preguntó Cazador Uriel inmediatamente. —¿Tú qué haces, por ejemplo?

—Yo —sonrió y cruzó los brazos. —Yo soy el que cuida que el multiverso siga su curso natural. Tomo decisiones para eliminar parásitos como ustedes que pueden desencadenar un caos de escala inimaginable.

—Entiendo... ¿Entonces tú eres el responsable de la muerte de los demás miembros de tu orden? —indagó Cazador Uriel. —¿Tú fuiste quien tomó la decisión de enviarlos?

La pregunta tomó por sorpresa a Aelurus, pues no esperaba que supiera de esa situación. —Eso fue un acuerdo mutuo, no tienes ni idea de lo que pasó.

—No. No estuve allí —admitió Cazador Uriel. —¿Pero sabes dónde sí estuve? En mi universo. El 1031. Había más de 7 mil millones de personas y todas murieron. ¿Adivina quiénes fueron los únicos que se dignaron a tratar de ayudar? ¡Los cazadores de variantes! Pero según tú, cuidas y nosotros somos los parásitos ¿no?

Aelurus negó con la cabeza. —Ellos no querían ayudarlos, solo los cazan para reclutar más gente a su mafia.

—Y tú supuestamente cuidas, pero solo mandas a tu equipo multiversal a 'mantener el orden' mientras 2000 universos ya fueron consumidos y el conteo sigue.

—¿Entonces ese es su plan? ¿Venir a señalar mis errores?

—Nuestro propósito es auxiliar a los jóvenes —expuso Cazador Uriel. —Somos conscientes de que eso resulta imposible si ustedes los persiguen. ¿Acaso necesitamos persuadirlos? Así como hay líderes que se jactan de su sabiduría, enviando a adolescentes humanos en misiones suicidas como si fuera cosa fácil, también hay cazadores de variantes que no solo persiguen dinero o recompensas egoístas ¿Ves? —explicó Cazador Uriel, aproximándose al líder sin mostrar temor. —Existen Cazadores De Variantes que aspiran a hacer lo que ustedes no lograron en esos otros 2000 universos: ayudar.

Aelurus no se dejó intimidar por su mirada desafiante. —¿Y qué pasa si no deseo hacerlo?

Cazador Uriel esbozó una sonrisa incrédula. —Conozco tu dilema, equilibrista. Esta es una guerra que pierdes a cada instante que transcurre. No estás en posición de rechazar ayuda y lo sabes perfectamente.

Astraea y Arden permanecían alertas ante cualquier posible embestida por parte del cazador.

Aún sosteniendo su mirada, Aelurus se dirigió a su equipo de intervención multiversal. —Capitana, Agente... ¿Cuál es su nombre, perdón? —preguntó el líder de la orden a los cazadores.