—¿Qué?... ¿Pero cómo? ¿Por qué? —Indagó Melisa, aún con la emoción de volver a observar a aquel ser.
—A medida que desarrollas tus poderes, mi esencia se fusiona más con ellos. Con el cogniespectro en funcionamiento, este espacio es como un reloj de arena, así que iré directo al grano. —Explicó el ser interdimensional. —Como Aelurus ya te explicó, vengo del Universo No.17, uno de los más extraños en todo el multiverso. —Amelis cerró los ojos y la mancha en forma de corazón azul que tenía en su frente se iluminó.
El espacio blanco se disipó para mostrar la realidad de Amelis.
Un universo sin planetas, solo una estrella.
A lo lejos, Melisa pudo observar una variedad de seres abstractos, con formas de animales o fusiones de seres conocidos de la Tierra.
—Al ser uno de los más raros, también era uno de los más poderosos. —Comentó Amelis. —Tanto para proteger el multiverso como para sembrar caos y destrucción.
A lo lejos, Melisa vio la imagen de una entidad que tenía el cuerpo de un león con una melena de plumas, una cola parecida a la de un dragón, ojos grandes y expresivos con iris de múltiples colores que se entremezclaban como un caleidoscopio, un cuerno de unicornio y un par de alas similares a las de una mariposa con patrones que formaban constelaciones brillantes.
—Él es Luminael. —Continuó Amelis. —Cuando el multiverso se vio amenazado por el devorador de realidades, Luminael sacrificó su existencia para sellarlo dentro de sí mismo. Pero en la batalla, las energías temporales de varios universos se vieron alteradas y desestabilizadas por la intensidad del conflicto. Estas perturbaciones crearon ondas temporales que se propagaron a través del multiverso hasta converger en el Universo 17 en una frecuencia equilibrada. La resonancia fusionada con un fragmento de la esencia de Luminael dio paso a mi existencia. —Reveló Amelis. —Por eso la mayoría de mis poderes están relacionados con el multiverso.
El ser le mostró a Melisa la manipulación dimensional, que era la capacidad de abrir portales entre universos.
Luego le mostró la Visión interdimensional, la capacidad que le permitía a Amelis percibir eventos y seres de otros universos mediante la posesión de una variante.
—Mi poder surge de las energías temporales. —Amelis extendió su mano hacia el suelo, y de repente, ante los ojos de Melisa, se materializó un torrente de agua brillante y cristalina.
Intrigada, Melisa bajó la mirada y observó con asombro lo que yacía a sus pies.
—¿Y este río? —Preguntó la pianista, confundida por la presencia del cauce líquido en medio de aquel espacio etéreo.
—Acércate a él. —Sonrió Amelis, con una invitación llena de misterio y promesa.
Melisa se inclinó, cautivada por la visión que se desplegaba ante ella. El torrente de agua parecía cobrar vida propia, sus aguas danzaban con un brillo hipnotizante.
Poco a poco, el río comenzó a clarificarse, revelando la complejidad de su composición. Melisa pudo distinguir cómo dentro de él se entrelazaban miles de pequeños arroyos, unos naciendo de manantiales invisibles, otros cambiando su curso con caprichosas curvas, otros desapareciendo misteriosamente en remolinos de luz.
—Este es el río del todo. —Indicó Amelis con reverencia, como si estuviera revelando un secreto ancestral. —Sumerge tus manos. —Invitó gentilmente, con una sonrisa que destellaba sabiduría y complicidad hacia la chica.
Melisa, embargada por la curiosidad y la emoción, extendió sus manos hacia el río, siguiendo el consejo de Amelis.
En cuanto sus dedos se sumergieron, los ojos de la pianista se tornaron blancos y emitieron luz, un gesto similar al de Amelis con su mancha en forma de corazón.
ESTÁS LEYENDO
La Elección De Amelis
Science FictionEn la aparentemente tranquila Facultad de Artes, Una estudiante llamada Melisa, se encuentra desesperada por el inminente examen de Introducción a la Música. Cuando Melisa, enfocada en su estudio de piano, se enfrenta a la posibilidad de reprobar, A...