Capítulo 40

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—Descubrí cosas que a ellos no les convenía que se supiera, traté de hacerlo público, pero me han ganado. Seguramente van a borrar toda la investigación que hice, todas las pruebas, los recibos, las conversaciones... Pero después de que recibas este video, a tu correo llegará un archivo comprimido. Ahí está la copia de seguridad de toda mi investigación. —Explicó Ángel. —Y descuida, me aseguré de que ellos no supieran que esto te va a llegar a ti, así que no tienes nada de qué temer. —Comentó. —Respecto a la información que te llegará, tampoco te voy a obligar a que la hagas pública. Tú serás quien decida qué hacer con eso, pero si tu decisión es a favor de que se sepa. No luches sola, reúne a la gente que está cansada de las mentiras, a los que tienen sed de justicia y este gobierno les ha fallado, a los que no tienen miedo de luchar por su bienestar. Júntalos y luchen por quienes, como yo, ya no pueden hacerlo.

El video terminó abruptamente en ese momento, apareciendo la opción de si querías reproducirlo nuevamente.

—Después de eso, con ayuda de gente que se hartó de esta dictadura, construí todo esto... Por eso les dije que a él le hubiera encantado verlos nuevamente. —Reflexionó Marisa.

Melisa y Alejandro se quedaron sin palabras.

—No pensé que Ángel pudiera hacer eso en otro universo. —Comentó Addi cruzando sus brazos. —Aunque él siempre fue muy listo.

—Él fue el mejor. —Marisa mostró una sonrisa nostálgica. —Como sea, acabamos de revisar los registros de los más buscados y las tendencias en las redes sociales nos confirman que ustedes han sido considerados personas bastante peligrosas; hay una gran recompensa por su captura, así que, lo mejor será que a partir de ahora vivan aquí. —Informó la líder revolucionaria. —Hablaré con Luz para que les asigne un cuarto y después veremos qué pueden hacer...

—¿Qué podemos hacer? —Interrumpió Melisa desconcertada. —¿Vivir aquí? Está bien, pero... —La pianista miró a los cazadores y a su amigo Alejandro. —¿Qué pasó con el cogniespectro?, tenemos que regresar a la Torre OXXO y conseguirlo antes de que...

—¿Regresar a la Torre OXXO? —rió Marisa negando con la cabeza. —¿Pero cómo se te ocurre eso? ¿Por qué querrías regresar allá?.

—Marisa, necesitamos regresar porque tu universo... —Intentó contar Alejandro.

—No. —Lo interrumpió inmediatamente Cazador Uriel. —Ella no debe saber eso.

—¿Saber qué? —Indagó Cazadora Addi, frunciendo el ceño.

—Sí, ¿saber qué? —Repitió Marisa la pregunta extrañada.

Cazador Uriel hizo una mueca de disgusto. —¿Podemos hablar afuera? —Pidió a Cazadora Addi con una intensidad de voz muy baja.

—¿Está bien?... —Aceptó la cazadora.

Uriel esperó a que ella se adelantara para que pudiera seguirla afuera de la sala.

—Vaya... —Expresó Marisa confundida. —Ustedes saben a lo que se están refiriendo, ¿No?

Melisa miró de reojo a los cazadores que parecían estar discutiendo.

Cazadora Addi tenía una expresión furiosa y de incredulidad, mientras que la de su compañero era similar, pero se mantenía un poco más calmado.

—Yo... No sé con exactitud. —Mintió Alejandro al haber entendido el punto de Cazador Uriel. —Bueno, tal vez tengo una ligera idea, pero no me creas...

La última acción que Melisa vio sobre los cazadores fue cuando asintieron y después de eso, caminaron para entrar nuevamente.

La pianista desvió la mirada rápidamente y prestó atención a Marisa y Alejandro.

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