Una vez todos estuvieron dentro del elevador, Héctor hizo una señal en el panel para activarlo y comenzar a subir.
—Héctor... Gracias por lo de ahorita. —Dijo Alejandro mientras esperaban en el ascenso.
—No tienes que agradecer, Bruno. No siempre tienes a un escritor y una compositora en el museo de la torre OXXO. —Rió.
—Tú, la bata... ¿Eres científico? —Preguntó el pianista.
—Bruno, pensé que me conocías.
Alejandro miró a Melisa y a Uriel preocupado. —Bueno, yo...
Héctor rió. —Descuida, solo estoy bromeando. —Aclaró. —Pues sí... No me gusta estar haciendo énfasis; soy uno de los tantos científicos que hay en esta industria. —Héctor tomó una tarjeta de presentación de un bolsillo interior de su bata y se la entregó a Alejandro.
A pesar de estar hecha de cartulina, la tarjeta brillaba y era animada.
"Héctor, científico y CEO de Industrias Oxxo, tecnología para tu vida".
—¿¡CEO!? —Miró Alejandro a Héctor sorprendido. —¿Qué es CEO?
—Eso significa que, en pocas palabras, Héctor es el presidente de Industrias Oxxo. —Explicó Uriel.
—¿¡Presidente!? ¡Wow, Héctor!
—Fui elegido hace más de 5 años. Con el fallecimiento del fundador, la junta directiva decidió ponerme a cargo.
El elevador había llegado al piso solicitado, Héctor comenzó a caminar y el grupo lo siguió.
—¿Y cómo es que... te volviste científico? —Avanzaba impresionado Alejandro sobre un espacio lleno de archivos digitales con una tenue luz morada emanando de ellos.
—Desde chico tuve demasiados hobbies, mis dos preferidos, la música y la ciencia. Debo admitir que no era tan malo con la guitarra, pero mis padres me aconsejaron que lo mejor era dedicarme a las disciplinas científicas. Así que me inscribieron en el técnico que ofrece Industrias Oxxo y bueno, así es como terminé aquí.
Los chicos llegaron a una puerta que tenía una señal de acceso restringido.
Héctor puso el pulgar en la chapa y automáticamente se abrió. —Bienvenidos a mi sala de invitados personal.
Cazador Uriel, Melisa y Alejandro pasaron maravillados por el espacio; un cuarto bastante amplio impregnado de una luminosidad vibrante y neón proveniente de tiras de luces LED que serpenteaban por los bordes de las paredes y el techo.
Tenía muebles modernos y minimalistas, mientras en el centro permanecía un sofá de diseño ergonómico con detalles metálicos y tapizados.
Las paredes estaban revestidas con paneles holográficos que proyectaban imágenes en movimiento de la ciudad de Puebla.
En puntos estratégicos de la sala, obras de arte tecnológicas adornaban el cuarto, sin olvidar el bar que se encontraba en la esquina.
Todo esto era complementado con detalles lujosos y un suelo holográfico que respondía a los movimientos de los invitados.
—Siéntense en el sofá, en un momento vuelvo. —Pidió Héctor, dirigiéndose a una de las puertas del cuarto para después desaparecer.
—Chicos, no quiero arruinar su visita con su amigo multiversal, pero creo que es el momento perfecto para escapar. —Sugirió Cazador Uriel, aún desconfiado.
—Tranquilo, Uriel. Héctor es de confiar; la verdad, no imaginaba que existiera un universo en el que no hablara de forma cantadita. —Alejandro comenzó a avanzar hacia el sofá.
ESTÁS LEYENDO
La Elección De Amelis
Science FictionEn la aparentemente tranquila Facultad de Artes, Una estudiante llamada Melisa, se encuentra desesperada por el inminente examen de Introducción a la Música. Cuando Melisa, enfocada en su estudio de piano, se enfrenta a la posibilidad de reprobar, A...